Abel Aparicio: “San Román de la Vega es mi lugar y en él disfruto de la vida, que es de lo que se trata”

Abel Aparicio. Foto: Manuel Cuenya.

Manuel Cuenya

“Una noche de primavera, dando un placentero paseo mientras observaba imperturbable el firmamento, rebobiné la película de mis recuerdos, concretamente, quería ir al fotograma en el que aparecía en verano bañándome en el río que pasa por mi pueblo, San Román de la Vega. Estando en ese río, aparte de disfrutar del agua y de amigos y amigas, me solía hacer una pregunta, esta agua, ¿de dónde vendrá? ¿En qué lugar nacerá el Tuerto? Aquella pregunta que me hacía, volvió a proyectarse en mi cabeza durante un par de semanas más y, o encontraba la respuesta o aquello no iba a detenerse...”

(Abel Aparicio, prólogo de verano de 'La ruta del Tuerto')

Conozco al poeta y narrador Abel Aparicio desde hace años. Y con él he compartido algunos encuentros, recitales y algún magosto/filandón, tanto en Noceda del Bierzo como en el valle de Bubín (Igüeña). O bien, en Ponferrada y Bembibre, entre otros sitios.

Siempre comprometido con las nobles causas ha participado en diversos recitales poéticos en varias ciudades de la geografía española, entre ellas, en Madrid, donde residiera durante años, en León, o en la provincia de Toledo, donde también ha vivido durante un tiempo.

Inquieto y dinámico, Abel es coautor y coordinador de una antología de poesía social, 'Esto no rima', en la que colaboraron grandes autores, entre ellos el genial poeta y músico Ángel Petisme.

Ha colaborado, asimismo, con algunas revistas literarias como 'Es hora de embriagarse con poesía', 'Furmientu' o 'La Curuja', aparte de sus participaciones en libros de poesía: 'Versos para derribar muros', 'Versos a Oliegos', 'En-clave de Orión' (de Carlos Huerta, El Solito trovador) o 'Poesía de guerrilla', y aun en libros de fotografía, véase 'La luz de mi noche', de Presa (premiado como libro Leonés del Año 2013)

Originario de San Román de la Vega, confiesa que es en su pueblo donde se siente feliz y seguro, “donde pasean mis recuerdos y nacen cada día nuevas experiencias”, matiza. “Un pueblo vivo, que fue y por suerte seguirá siendo. Como todos los sitios, también tiene sus dificultades, problemas y enfrentamientos”.

Cuenta el autor de 'Tintero de tierra' –recordando lo que escribe Sergio del Molino en 'La España vacía'– que muchas veces se habla de los pueblos como lugares mágicos e idílicos. “Se escribe desde la distancia, la altanería del emigrante erudito, el recuerdo e incluso desde la imaginación, pero la realidad suele ser otra. En definitiva, San Román de la Vega tiene sus cosas buenas y malas, pero es mi lugar y en él disfruto de la vida, que es de lo que se trata”, sintetiza este poeta y narrador, cuya escritura se asienta sobre todo en la memoria (la recuperación de la Memoria Histórica), de todas aquellas personas que quedaran sepultadas en las cunetas y fosas comunes a resultas de la sangrienta Guerra Incivil, incluso de la inmediata posguerra.

Se escribe desde la distancia, la altanería del emigrante erudito, el recuerdo e incluso desde la imaginación, pero la realidad suele ser otra

A este respecto, sostiene que somos herederos del franquismo en muchos aspectos y, “hasta que no rompamos esa barrera, no seremos un país digno”. Recuerda que, hace pocos años, el director de un periódico digital de Astorga (a quien no merece la pena nombrar, aclara él), empleó el título de 'Zombis en Astorga' para referirse a un homenaje que le hiciera el Ateneo Republicano de Astorga a las víctimas de la Guerra Civil (provocada por un golpe de estado) y de la represión franquista. O bien cuando “un diputado del Partido Popular llegó a decir que los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre sólo cuando hay subvenciones”.

Se lamenta Abel de que, mientras en el Estado español ocurre esto, en París le rinden un homenaje con todos los honores a la figura del fotógrafo y militante de las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña, Francesc Boix, “una persona que luchó en el bando republicano, defendiendo la democracia y que acabó preso en Mauthausen, siendo el único español que declaró en los juicios de Núremberg”.

Asimismo, rememora el regreso a España, después de ochenta años, de Ascensión Mendieta, gracias, entre otros, a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Y de este modo pudo exhumar los restos de su padre, Timoteo Mendieta, fusilado el 15 de noviembre de 1939, y arrojado a una fosa común en el cementerio de Guadalajara. Recientemente ha podido darle un entierro digno en el cementerio civil de La Almudena de Madrid, “algo de lo que debió ocuparse el Estado hace varias décadas. Estamos hablando de derechos humanos, simple y llanamente”, apostilla Abel, quien construye su poesía a partir de sus raíces, como podemos comprobar leyendo su ópera prima, 'Tintero de tierra', un poemario escrito con sangre y con alma, con la sangre de la tierra y el espíritu del compromiso con la realidad de nuestro tiempo y aun de otras épocas, esas que debemos recordar, aunque nos duela, porque forman parte de nuestro pasado, incluso de nuestra historia horrible, para poder entender quiénes somos y hacia dónde nos encaminamos.

Es probable que su obra más 'revolucionaria', la más guerrillera, sea 'Alboradas en los zurrones del pastor', escrito con transparencia: «soy, lo que escribo», dice en su poema 'Mordaza'.

En esta obra poetiza, en definitiva, con el espíritu del compromiso con las tradiciones, con lo rural, con aquello que ha marcado su forma de sentir y estar en el mundo, como queda reflejado en sus poemas 'Filandón', 'Magostu' o 'Héroes'.

Se trata de un poemario conformado por sesenta y tres poemas, once de los cuales están en leonés, a modo de homenaje y recuperación de la lengua de nuestros antepasados, tanto es así que su creador introduce su libro con una cita del gran poeta y narrador Julio Llamazares: «Durante mucho tiempo mis antepasados cuidaron sus rebaños en la región donde se espesan el silencio y la retama. / Y no tuvieron otro dios que su existencia ni otra memoria que el olvido». Las raíces familiares, la memoria (la memoria histórica), como motores que impulsan la creatividad de Aparicio, cuya percepción poética está en las trincheras.

El viaje como manantial de inspiración

En el fondo, 'Alboradas en los zurrones del pastor' (editado por Marciano Sonoro), es un viaje trashumante realizado por su autor en compañía de un pastor, 'El Ruso', paisano y amigo suyo.

A través de este emocionante peregrinaje o viaje iniciático “por la cañada”, Abel nos religa con la Naturaleza como fuente de sabiduría, porque “el dolor de esta tierra/es mi dolor” a la vez que nos hace tomar conciencia de la importancia de nuestros 'güelos', abuelos y abuelas, “heroínas tan cercanas... que tallan poesías/ con cada batalla ganada”.

Un diputado del Partido Popular llegó a decir que los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre sólo cuando hay subvenciones.

El propio Abel señala que la suya es una obra pegada a la tierra, a la realidad, a la trinchera, al amor, a la vida. “Entiendo que así debe ser la poesía, sangrar, llorar o reír”.

Como apasionado de la literatura de viajes y buen viajero, sus 'Alboradas...' le han llevado, de nuevo, por 'La ruta del tuerto' (ediciones Duerna), su reciente criatura literaria, en el que nos muestra lo que existe a la vera del río Tuerto, “lo que transcurre entre las localidades de La Bañeza y Los Barrios de Nistoso, lo que se ve y lo invisible, lo que te cuentan y los silencios, los palacios y las ruinas. Muchos libros y guías de viajes solo destacan lo más amable, yo intento mostrar lo que agrada a la vista pero también lo que duele. No todo el monte es orégano... Siempre intento acércame y ver con mis propios ojos aquello que me cuentan”.

Este libro, además, está bellamente ilustrado con las fotos de artista berciano Amando Casado. Y podríamos inscribirlo en la llamada “literatura fluvial leonesa”, que tantos y tan buenos volúmenes nos ha procurado como 'El Órbigo', de Martínez Reñones e Isabel Rodríguez, 'Orillas del Órbigo', de Antonio Colinas, 'Los caminos del Esla', de Juan Pedro Aparicio y José María Merino, 'El Sil que baxaba de la nieve', de Roberto González Quevedo o 'El río del olvido', de Julio Llamazares, entre otros.

Cabe destacar que la obra de Llamazares ha ejercido una gran influencia en Abel Aparicio, convencido de que los libros del autor de 'Cuaderno del Duero' y 'Distintas formas de mirar el agua' “están forjados con la poesía del paisaje, con todo lo que esto conlleva”.

Aparte de Julio Llamazares y Miguel Hernández (otro de sus poetas de cabecera), Abel reivindica autores y autoras como Dulce Chacón, Juan Carlos Mestre, Emilio Gancedo, Sofía Castañón, Gsús Bonilla, David González, Sara Gallardo, Ana Pérez Cañamares o el Nobel Gabriel García Márquez... “Seguro que se me escapan muchos y muchas, pero quizá estas personas son las que más me marcaron en su momento”, precisa Abel, devoto de la literatura que se ha hecho y se está haciendo en León, con “su diversidad de estilo, su conciencia crítica y el continuo fluir. ¿Serán sus ríos que nos empapan de vida? Quién sabe”, declara, con un punto de humor, este poeta, narrador y viajero, que ya está pensando en escribir una pequeña novela ambientada en la zona del río Tremor, mezclando minería y memoria histórica. Y para quien la escritura creativa sirve “para verte tal y como eres. Un papel en blanco es un espejo en el que reflejarte a través de tus palabras”.

Entrevista breve a Abel Aparicio

“Disfruta todo lo que puedas y lucha por aquello en lo que crees”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'El señor de los anillos', de J.R.R. Tolkien y si me permites otro, 'La España vacía', de Sergio del Molino.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

En la literatura Gsús Bonilla, le debo mucho. En la vida, Irene, una rapacina de cuatro años me está descubriendo un mundo nuevo.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Todos aquellos y aquellas que escriben al dictado de sus amos.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Sinceridad y perseverancia.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Transparencia, no soporto las medias verdades ni las frases que pueden tomar mil caminos.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

La política es algo fundamental que abarca casi todo. Por ejemplo, solicitar una atención sanitaria digna en el mundo rural, guste o no, es hacer política y, dependiendo de tu opinión, te estás posicionando en una ideología o en otra.

Contratar personal en invierno para desbrozar y cuidar los montes, es hacer política, no contratarlos, también. En este caso, como en el anterior, tu opinión sobre este tema te posiciona.

Decir “muere una mujer ”cuando es asesinada por su pareja por el hecho de ser mujer, también es hacer política.

Aquel general golpista y dictador dijo: “usted haga como yo y no se meta en política” y aún arrastramos ese dogma.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Disfrutar de mi familia, viajar, leer, salir con la bicicleta, contar chistes, ver películas...La vida puede ser maravillosa.

¿Por qué escribes?

Porque me siento a gusto, me relaja y disfruto.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No mucho, la verdad.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Aquellas que vierten agua transparente y fría. Las que no dejan de manar -aunque sea una gota cada media hora- ni se venden a una empresa multinacional de aguas. Toño Morala y Felipe Zapico pueden ser un buen ejemplo de estas fuentes.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Tengo un blog, abelaparicio.blogspot.com, pero cada vez lo tengo más abandonado.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Disfruta todo lo que puedas y lucha por aquello en lo que crees.

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