Con Italia como país invitado, el deporte como protagonista y participación destacada de realizadores leoneses celebra el Festival Luna de Cortos su décima edición, que tendrá lugar en Riego de la Vega del 5 al 12 de agosto con entrada gratuita para asistir a las proyecciones y las actividades paralelas de una cita ya consolidada en el calendario cultural de la provincia.
El director de Luna de Cortos, Bal Ferrero, el diputado de Cultura, Arte y Patrimonio de la Diputación de León en funciones, Pablo López Presa, y la cantante leonesa Nerea Fernández presentaron el festival, que constará de 75 proyecciones con dos aspirantes en la sección a concurso: los documentales Campos, de los leoneses David Casado y Óscar Falagán sobre fútbol y despoblación; y Boxing for Freedom, de Juan Antonio Moreno y Silvia Venegas, sobre la boxeadora de Afganistán Sadaf Rahimi.
El vínculo con el deporte ya es perceptible en el propio cartel del festival, protagonizado por una fotografía de la exgimnasta leonesa Carolina Rodríguez, olímpica en los Juegos de Atenas 2004, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. En consonancia con la filosofía del evento, el 90% de los soportes publicitarios estarán realizados con materiales reciclados.
Dado que Italia es el país invitado, el Festival Luna de Cortos ha concedido su Premio al Cine Internacional al director de la célebre película Cinema Paradiso, Giuseppe Tornatore, sin todavía conocerse si podrá acudir a la gala de clausura, cuya presentadora será la actriz, productora y guionista María Giménez de Cala y en la que actuará la cantante Nerea Fernández. El Instituto Leonés de Cultura (ILC) aporta una subvención de 5.000 euros, la máxima que puede conceder a un evento de estas características, destacó Pablo López Presa.
Más de 700 películas compiten en las secciones a concurso de un festival que se completa con actividades paralelas como una exposición de carteles de cine clásico y otra de proyectores del cinematógrafo con material del coleccionista Miguel Pérez 'Trébol'. Son atractivos añadidos de un evento que nació en Veguellina de Órbigo y que se ha asentado tras la pandemia en Riego de la Vega.