Eduardo Aguirre: “Recelo del columnismo que solo dicta sentencias condenatorias”

Eduardo Aguirre y Margarita Merino

Manuel Cuenya

Conocido por su columna 'Al trasluz' en 'Diario de León', el periodista y escritor Eduardo Aguirre lleva ya más de 33 años aportándonos una mirada crítica llena de humor y ternura.

Cuenta que escribir su columna semanal le sigue llevando el mismo tiempo que cuando comenzó, aunque cada vez le resulta más difícil, según él, no porque le cueste encontrar temas, sino porque detecta los riesgos de la opinión como poder, de la impiedad, de la soberbia... “Recelo del columnismo que solo dicta sentencias condenatorias”, aclara Eduardo Aguirre, que, aunque nacido en Madrid, lleva toda una vida en León, ciudad que se le antoja abarcable y además le ha permitido ser él mismo. “Donde se confío en mí, cuando era un periodista aún bisoño, donde conocí a mi mujer y nació mi hijo. Si además este frío vuestro no mordiese... la ciudad perfecta”, señala con humor este intrépido periodista y creador literario, en cuyo caso ambos registros forman parte de una misma vocación: la escritura.

“En periodismo, defiendo la férrea diferencia entre opinión e información, salvo en géneros que permiten mezclarnos, como el reportaje y la entrevista. Valle Inclán dijo que el periodismo 'avillana' el estilo del escritor. No lo creo así, simplemente, sus claves no son las mismas. El buen periodista aunque trabaja con fórmulas más limitadas que un escritor, sobre todo al redactar noticias, sabe eludir estos inconvenientes, sin por ello faltar al debido distanciamiento. A cada trabajo, su voz. Lo que importa es que el resultado, en periodismo o en ficción, sea verdad. Una clase de verdad que está más allá del realismo o de la mera enumeración de datos. En fin... llamémoslo ética”, sostiene este habilidoso columnista, que transforma en literatura, con voluntad de estilo, cada una de sus piezas. Voluntad o intención de estilo que no debemos confundir, en su opinión, con el preciosismo formal, que a él no le interesa.

“A mi entender, todo en la columna ha de estar sujeto a una estructura interna y externa, a una intención, a una atmósfera... que el lector no debe notar en exceso, oculta bajo una apariencia de facilidad. Que esto sea lo que yo crea no significa, claro, que lo consiga. A mí me gusta decir que el columnismo es el grafiti del periódico”, afirma Aguirre, a quien sus primos así como sus compañeros del colegio recuerdan como un niño gracioso, que tuvo enseguida sentido del gag, habida cuenta de que sus ídolos no eran los futbolistas, sino los humoristas Tip y Coll. Asimismo, se define como un entusiasta del cine humorístico, del humor en general. Y sobre todo del cine de Woody Allen.

Valle Inclán dijo que el periodismo 'avillana' el estilo del escritor. No lo creo así, simplemente, sus claves no son las mismas

“A Allen lo considero mi amigo invisible. Me siento profundamente agradecido a la felicidad que me ha proporcionado y que espero me siga proporcionando. Cuando de adolescente vi 'Toma el dinero y corre', su primera película, volví al día siguiente y al otro. Me llegué a saber los golpes de memoria. Recibí un impacto tremendo, fue mi '¡eureka!'. Y luego volvió a impactarme con su combinación de comedia y drama, que ya estaba en el Quijote”, rememora el autor de libros como 'Cervantes, enigma del humor' y 'Blues de Cervantes', entre otros. No en vano, es un devoto de la obra cervantina. Del humor cervantino, que es, a su juicio, una de las grandes aportaciones de la cultura española al mundo.

El universo cervantino del humor

Considera que 'Cervantes, enigma del humor' es un falso ensayo en el sentido de que lo presenta como una investigación imposible, tratando de descubrir cuál fue el gag que hizo desternillarse al estudiante observado por Felipe III, que llevó al rey a exclamar lo siguiente: “Ese joven está fuera de sí o está leyendo el Quijote”. “Una triple rima de humor, amor y dolor, que Cervantes unifica a través de la ternura”, apostilla Aguirre, cuyo libro 'Blues de Cervantes' nació de su voluntad de dar 'respuesta' a la crisis económica. Una crisis que fue, y sigue siendo, también de valores, según el creador de 'El cosmos de piedra', que publicara en colaboración con el fotógrafo Luis Miguel Ramos, en el que desarrolla una indagación acerca de los efectos del poder sobre quien lo ejerce, dándoles voz a los medallones de la fachada de San Marcos.

Su admiración por Cervantes le ha llevado también a componer su 'Entrevista a Cervantes', en la que hizo subir a un escenario al autor del Quijote, en esta ocasión encarnado por una mujer, la gran actriz mexicana Ángeles Rodríguez, que nos late, como dirían en el país azteca, realmente portentosa.

“Incluso me atreví a hacer de mí mismo –matiza Aguirre–, por cierto algo no tan sencillo como parece, ni siquiera para mí. Fue todo un reto, pero sobre todo una ocasión para reflexionar sobre algunos de los temas que más me interesan, entre ellos dicha relación cervantina de amor, humor y dolor. Pero también acerca de la fuerza liberadora del perdón”.

Su vocación por la escritura ya parte de cuando era un niño y le dictaba cuentos a su padre, que él le transcribía a máquina. Recuerda que, aunque no fuera un virtuoso, y sí un crío que sacaba un diez en los ejercicios de redacción, siempre ha escrito. “Quizá escribir me ha servido para ser más Jekyll que Hyde, y viceversa, claro. No lo sé... Escribo con el niño que fui, que a su vez llevaba dentro al adulto futuro. Y esto quizá le sirva a quien lee con el niño que fue y que llevaba dentro un adulto. El lector no solo te percibe en lo que escribes, sino en lo que te has callado o no eres consciente de haber transmitido”, especifica este apasionado lector, fan declarado de la Biblioteca Pública de León, “a la que debo haber leído más libros de los que pude y puedo comprar”, el cual comenzó su andadura lectora con los tebeos, en especial Astérix, Tintín y el teniente Blueberry. “Y toda la pandilla de Bruguera, claro”.

Confiesa que 'Desayuno en Tiffany's, de Truman Capote, fue la primera novela que leyó sin saltarse ni una sola línea, algo similar a lo que le ocurriera con los cuentos de Hemingway.

“Cervantes fue para mí un descubrimiento tardío, al que llego a través del amor por mi padre, tras su fallecimiento. Tolkien es otro autor que llevo en mi corazón. Lo cierto es que desde hace años leo más ensayo que novela. Es la lectura, no tanto un género concreto, la que siempre ha formado parte de mi vida”, apostilla Aguirre, que reconoce leer sólo aquello que le interesa, sin atenerse a ningún localismo ni chovinismo/chauvinismo.

En este sentido, reivindica la obra poética de Gamoneda como una de las más importantes de la literatura española del siglo XX. Y no porque haya creado su obra en León, que esto sería circunstancial.

“Gamoneda es bueno por ser universal. Lo mismo puedo decir de Luis García Zurdo, en las artes plásticas, ha hecho una gran obra europea desde su taller en San Feliz. Las etiquetas están bien para diferenciar la sal del azúcar, pero poco más”.

A mi entender, todo en la columna ha de estar sujeto a una estructura interna y externa, a una intención, a una atmósfera... que el lector no debe notar en exceso, oculta bajo una apariencia de facilidad...

Asimismo, le gustan otras voces leonesas (no por chovinismo, sino porque sus obras se sostienen por sí mismas), entre las cuales está la poesía de Salvador Negro (a quien hemos entrevistado en esta misma sección). O bien Toño Benavides (también entrevistado recientemente), al que Aguirre considera “uno de los grandes ilustradores europeos, además de un excelente escritor”.

Asimismo, destaca a Demetrio Fernández y su 'Sinfonía de Praga'. 'Sinfonía de Praga' es, según Aguirre, un experimento riguroso sobre las voces del narrador, que a la vez resulta muy entretenida. “También, un juego plenamente conseguido, entre la ficción y el ensayo: 'A través del Quijote', de José María Merino... Con los autores que me llegan no percibo fronteras ni fechas, en mi interior Margarita Merino dialoga con Walt Whitman: ... Vela Zanetti con John Ford... Dickens con Cervantes... Amancio con Miguel Ángel... En música... el crooner Javier Arias, quien, entre otros, tiene un disco de homenaje a Chet Baker que está a la altura de lo mejor, nacional e internacional. En pintura, Rafael Carralero Carabias y sus paisajes espirituales en los que no solo te adentras sino que te hallas. Todos llevamos dentro una parada de postas, a las que nos llegan viajeros desde muchas partes y épocas. En definitiva, una biblioteca íntima donde Ethan cabalga junto a Ahab”, apunta este gestor cultural, al que se le da bien detectar dónde está el oro, es decir la valía de los demás.

“Organizarle una exposición al artista famoso tiene poco mérito, lo tiene más organizársela cuando su valía aún no era reconocida o lo estuvo y fue olvidada. He contado con la suerte de trabajar con estupendos técnicos que suplían mis lagunas”, explica el polifacético Aguirre, que siente gran preocupación ante la situación vírica que estamos viviendo, aunque trata de racionalizarla. Una crisis que tendrá sus repercusiones, si bien deberíamos diferenciar, en su opinión, entre cultura e industria cultural, “pues no siempre coinciden en sus intereses. Poetas, novelistas, pintores, cantantes, músicos... se verán influidos, ya lo están, en cuanto utilizan su propio interior para crear... y no quiero decir con ello que el coronavirus se convertirá en tema de su próximas creaciones... pero es indudable que ya les ha marcado un antes y un después. Y en lo que afecta a la industria cultural... creo que las nuevas normas de distanciamiento lo cambiarán todo, pero se encontrarán fórmulas, algunas hasta que mejoren la situación anterior. Me preocupa más el efecto sobre quienes viven con lo justo. Stephen King y su editorial se recuperarán pronto”, argumenta Aguirre, que en estos momentos está trabajando en un ensayo sobre cine, que estará listo para el año que viene. “Tengo mucha ilusión en el taller 'El Quijote para mayores', que iba a hacer con el Ayuntamiento de León, y que por el confinamiento hemos tenido que aplazar”.

Con los autores que me llegan no percibo fronteras ni fechas, en mi interior Margarita Merino dialoga con Walt Whitman... Vela Zanetti con John Ford... Dickens con Cervantes... Amancio con Miguel Ángel...

Desde hace un año colabora con 'Papel Literario', el suplemento cultural del periódico venezolano 'El Nacional', que le permite ahondar con más extensión que la columna en temas que le interesan.

Entrevista breve a Eduardo Aguirre

“La cualidad que prefiero en una persona es la bondad, la mejor de todas las inteligencias”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'El Quijote', obra maestra universal del humor.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Don Quijote, como personaje. Cervantes, como autor. Mi padre, como guía.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

No soy masoquista, si me resulta insoportable no lo leo, salvo bajo tortura. Entonces, confesaría lo que me piden, con tal de no seguir leyéndolo.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Mi mujer dice que soy intenso.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La bondad, la mejor de todas las inteligencias.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

En muchos políticos, no en todos, percibo falta de vocación de servicio. Falta amor y noción del otro. En cuanto a la sociedad... quisiera no percibirla como masa que coletea, pero a veces me lo pone difícil. Dicho esto, creo que hay más gente buena que mala. La palabra prójimo ha caído en desuso, para nuestra desgracia.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Ir con mi mujer a ver la última de Woody Allen, aunque sea de las serias. La película, no ella.

¿Por qué escribes?

Si me registro a mí mismo no me encuentro otra vocación que esa: escribir.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No, pero me sirven para tener un trato más directo con lectores.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Soy de una generación que además de la literatura -Capote, Hemingway, Greene, García Márquez- tiene sus pilares creativos en el cine -Allen, Peckinpah, Eastwood, los clásicos-, pero también en la música -Kristofferson, Willie Nelson, Merle Haggard, Ray Charles, la música de los años 30, 40 y 50, muy especialmente Irving Berlin-, todos ellos han me han impregnado. Vengo de ahí.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Es de Unamuno: “¡El yo, el yo, me roban el yo!” Y en eso estamos, en que no nos lo roben. No es fácil, hay quien incluso se lo roba a sí mismo.

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