La leonesa Sara García Alonso, investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, recientemente seleccionada como miembro de la reserva de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA), incidió en la necesidad de mostrar la labor investigadora en las mujeres durante las Jornadas de las Investigadoras Científicas que se celebran en Salamanca con la participación de las cuatro universidades de la comunidad autónoma.
“Eventos como este son de una importancia crucial porque tenemos un talento femenino masivo y a veces el problema es que no se visibiliza. Aquí podemos compartir nuestra investigación con el público en general y eso es importante para poner en valor todo lo que somos capaces de hacer y el talento que hay”, declaró la biotecnóloga formada en la Universidad de León y doctorada en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca.
Sin embargo, tampoco supo explicar del todo la carencia de perfiles femeninos en ámbitos científicos. “Es algo que nos preguntamos. Yo desde niña sabía que me gustaba esto, la ciencia y la tecnología, y nunca me puse límites. Pero es verdad que no sé si por miedo, por inseguridad, por falta de referentes, por creerse menos capaces, por ciertos estereotipos, quizá no se animan. Y para nada hay carreras de hombres y de mujeres, hay que abogar por animarlas a conseguirlo y fomentar su curiosidad e interés”, reflexionó la astronauta reservista.
Novena edición con más de 400 inscritas
Las cuatro universidades públicas de Castilla y León, Salamanca, Valladolid, León y Burgos visibilizan desde este jueves la labor investigadora de las mujeres a fin de potenciar la vocación de perfiles femeninos en la ciencia, mediante la celebración en el auditorio de la Hospedería Fonseca de la capital del Tormes de la novena edición de las Jornadas Investigadoras de Castilla y León, que cuenta con un total de 163 ponentes, incluidas la hematóloga María Victoria Mateos y la aspirante a astronauta Sara García, y más de 400 inscritas, y que se prolongará hasta mañana.
Así lo explicó la directora de las jornadas, Ana Belén Gil, quien insistió en la necesidad de incorporar a más mujeres a las carreras científicas. “Por lo que sea, a las mujeres no les gustan los perfiles de ingeniería o matemáticas, se van a perfiles biosanitarios y demás. Pero las empresas y el desarrollo y la evolución de la tecnología necesitan ese tipo de perfiles para que estén representadas todas las diversidades y sensibilidades necesarias para avanzar en el progreso de la ciencia”, afirmó en declaraciones recogidas por Ia Agencia ICAL al durante el acto inaugural.
Por eso, la idea de este congreso es visibilizar la labor de las mujeres en investigación y “hacerla atractiva”, porque, según matizó, con “modelos o referentes” es más fácil atraer a estudiantes a este campo. Sin embargo, no supo precisar por qué se da esta falta de perfiles femeninos. “Nosotras somos investigadoras en distintos ámbitos, así que somos las menos indicadas para saber por qué otras mujeres no eligen estos perfiles. A nosotras nos gusta, entonces, nuestra labor fundamental es estar aquí y dar testimonio de que son perfiles muy aptos para las mujeres”, valoró.
Asimismo, Gil negó que exista un techo de cristal y afirmó que hay muchas salidas profesionales para las mujeres en estos ámbitos. “Las empresas tecnológicas y de desarrollo en investigación requieren muchos perfiles femeninos porque les falta ocupar esa parcela de diversidad que necesitan. Al contrario, tienen muchas dificultades para encontrarlos y los buscan porque las políticas de empresa lo que quieren es incorporar perfiles de todo tipo para incrementar lo necesario para trabajar en innovación. Las mujeres son fundamentales y no hay tantas como se requieren”, concluyó.
Hacer atractiva la ciencia para las niñas
En cuanto a los referentes femeninos que impartieron las conferencias del día de apertura figuró María Victoria Mateos Manteca, investigadora clínica en Hematología y Hemoterapia en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y en el Ibsal, presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia y recientemente reconocida como mejor investigadora clínica en mieloma del mundo, quien centró su discurso en tres pilares. “El esfuerzo, la colaboración, trabajar en un ambiente adecuado, y la mentorización, muy importante para que las jóvenes investigadoras no decaigan, continúen con su esfuerzo y, al final, todo el trabajo dé su fruto”, explicó.
Sobre le momento que atraviesa el perfil investigador desde el punto de vista laboral, Mateos se mostró optimista. “Se está avanzando, cada vez se está profesionalizando más la figura del investigador, fundamentalmente la del investigador básico, el que se dedica a la investigación traslacional. Ese es un punto de partida muy bueno y tenemos que ver a los largo de los próximos años el rendimiento que tiene esta profesionalizan, que seguro que es bueno. Y yo creo que los avances que se están produciendo son muy importantes, siempre buscando que la investigación tenga una aplicación clínica que llegue a la población y su impacto sea mucho mayor”, reflexionó.
En último término, se refirió a la importancia del ejemplo de mujeres, como ella, que han trascendido en profesiones científicas. “Ese es el motivo fundamental de mi presencia aquí. El camino no es fácil, siempre hay barreras profesionales, personases, familiares.. Pero una tiene que intentar vencerlas, buscarse un objetivo muy bien definido, rodearse de gente que te apoye y creer en tu objetivo, en tu principio, y al final se conseguirá”, apostilló.