En la segunda jornada de huelga realizada por los sindicatos del sector ferroviario tras la del 3 de agosto, han detenido tres trenes antes de llegar a la estación, lo que ha impedido la salida de los viajantes.
La huelga, que había provocado pocas incidencias hasta el momento, ha retenido un tren regional con recorrido de Vigo a Madrid, con 55 minutos de retraso; un Alvia de Gijón a Alicante, que se ha retrasado 50 minutos; y otro Alvia de Vigo a Barcelona, que su retención ha durado 30 minutos.
Han sido entre 70 y 80 los trabajadores que impidieron el funcionamiento habitual de estas vías. La policía ha despejado finalmente la estación y ha conseguido que los trenes, que han afectado a más de un centenar de personas, continúen con su recorrido
Esta huelga representa la protesta por las medidas liberalizadoras del gobierno que pretende, según fuentes del sindicato de CCOO, ''la liberación del transporte de viajeros para julio del año que viene, y así la partición de Renfe en cuatro sociedades y la partición de Adif en dos''.
El objetivo sería privatizar las empresas, ''pretenden hacer un ferrocarril elitista y exclusivamente para gente que se lo pueda permitir, nosotros defendemos un ferrocarril público y de todos''. La privatización supondrá pérdida de puestos de trabajo y para los usuarios se espera una subida de precios, según Juan Andrés, secretario provincial del Sector Ferroviario del sindicato en León.
De la huelga se han encargado todos los sindicatos del Comité General de las empresas de Adif, Feve y Renfe, que son CCO, UGT, CGT, el sindicato ferroviario, Semaf y el sindicato de circulación ferroviaria. La poca cantidad de gente que se puede sumar a la huelga se debe a los servicios mínimos fijados por el gobierno.