Los trabajadores del Banco Sabadell de León salieron hoy a la Plaza de San Marcelo de la capital leonesa para protestar por un Expediente de Regulación de Empleo que calificaron de “salvaje”, al plantear el cierre de once de las 17 oficinas de la provincia y el despido de 21 de los 102 empleados que conforman la plantilla de la entidad en León.
Concretamente, las oficinas cerradas serán las de Bembibre, Benavides de Órbigo, Carrizo de la Ribera, La Robla, Riaño, Sahagún de Campos, Toreno, Trobajo del Camino y Villaobispo de las Regueras.
El representante sindical de la Unión General de los Trabajadores, Javier Vega, consideró “injusto” el ERE y explicó que en el último semestre más de 1.800 trabajadores de la entidad en toda España “ya se han marchado de la entidad”, con lo que “ya se cumplía la excedencia de personal”. Sin embargo, en los últimos meses se ha contratado a 200 personas nuevas y, a pesar de ello, “hay un ERE nuevo para 1.936 en toda España, 21 de ellos en la provincia de León”.
Vega denunció que el cierre de las oficinas se producirá en zonas rurales, lo que “supondrá un problema”, ya que “se están eliminando los servicios financieros de muchos lugares en los que la gente no podrá acceder”.
Por su parte, el representante de Comisiones Obreras, Ramón Jorge, señaló que las causas argumentadas por el Banco Sabadell son económicas, “en una empresa que en el primer semestre del año ha ganado 220 millones de euros” y que “no tiene causas organizativas porque tiene que contratar personal para poder abrir las oficinas”. Por ello, sospechó que la única causa pueda ser “hacer subir las acciones”, es decir, modificar los índices para mejorar la valor de la acción del banco“.
Finalmente, el representante de la Federación Sicam-Aprobas, Braulio Sampedro, denunció la “mala disposición de la empresa a un pacto con los sindicatos” que conlleve la anulación de un ERE “innecesario a todos los efectos” porque “no sobra absolutamente nadie”.
También estuvo presente en la concentración el secretario general de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández, quien consideró “absolutamente inadmisible” el despido de los trabajadores. “No puede ser que cuando el banco está incrementando exponencialmente los beneficios y ganando un 55 por ciento más en el último semestre despida a 21 trabajadores”, señaló.
Fernández advirtió que el cierre de las once oficinas provocará “una exclusión financiera en la provincia”, por lo que rechazó enérgicamente los despidos y exigió “el manteamiento de todos y cada uno de los puestos de trabajo”.