El nuevo Papa escoge el nombre de León XIV, es medio español y dio misa en 2002 en la capital leonesa

Habemus Papam. Y con nombre León.

El cónclave vaticano ha elegido en el segundo día al cardenal Robert Francis Prevost como nuevo pontífice de la Iglesia Católica. Ha tomado el nombre de León XIV, en una elección que resuena especialmente en España y, de manera singular, en la ciudad de León. Su predecesor homónimo, León XIII (1878-1903), fue el primer papa en ser fotografiado (y el mas longevo), y ahora el testigo pasa a un papa de ascendencia española, con una sólida formación y una trayectoria que lo une profundamente a tierras leonesas.

Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Prevost se apellida de segundo Martínez porque es hijo de madre de ascendencia española (su abuela lo era), lo que marca desde sus orígenes un vínculo con la cultura hispana. Su conexión con España no es solo familiar: en el año 2002 visitó León como Prior General de la Orden de San Agustín, con motivo del centenario del actual colegio de los Agustinos, según informó La Nueva Crónica.

Durante aquella visita, la Asociación de Antiguos Alumnos de los Agustinos de León le distinguió como Asociado de Honor, imponiéndole la insignia de la institución. También ofició una misa solemne junto a los frailes leoneses y compartió con la comunidad educativa un vino español en las instalaciones del colegio. Posteriormente, se desplazó al Hotel San Marcos para celebrar con los agustinos.

Reacciones desde León

Lo recuerda bien el coadjutor de la Parroquia de Nuestra Madre del Buen Consejo, de los Padres Agustinos en León, Ignacio Castellanos, quien recibió hoy “con alegría” el nombramiento del padre Prevost como nuevo Papa. “Ha sido general de todos los agustinos, tiene un conocimiento exhaustivo de todas las naciones, del ambiente religioso de cada nación y no solamente del agustiniano, sino del mundo en general. Habrán visto esas cualidades”, manifestó en declaraciones a Ical.

También se manifestó el obispo de León,  Luis Ángel de las Heras, mostrado su “alegría” por la elección de Prevost Martínez. El prelado leonés señaló que no conoce personalmente al nuevo pontífice pero manifestó que “transmite paz y bondad, inteligencia y cordialidad”. Además, señaló que “sus hermanos agustinos” le transmitieron “su emoción” y el convencimiento de que será un gran Papa. 

Esta presencia en León no fue un gesto simbólico, sino una muestra de su cercanía con una comunidad que representa fielmente los valores de la orden a la que pertenece. El colegio de los Agustinos de León, con más de un siglo de historia, fue el escenario perfecto para mostrar la humildad, la cercanía y el compromiso del entonces superior agustino, características que ahora lo definen como nuevo líder de la Iglesia.

Prevost, que ha desarrollado buena parte de su carrera pastoral en América Latina, especialmente en Perú —donde fue obispo de Chiclayo—, representa una figura eclesial moderna y global. Tiene también la nacionalidad peruana y es políglota: habla español, francés, italiano y portugués, y lee latín y alemán. Su formación académica es extensa: licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, máster en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago y doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) de Roma, con una tesis dedicada al gobierno interno de la orden agustina.

Con su elección, la Iglesia Católica vive un hecho inédito: por primera vez un papa estadounidense asume el trono de San Pedro. Sin embargo, más allá de su nacionalidad, León XIV encarna un modelo de pontífice profundamente espiritual, humilde y conectado con las realidades locales, como la comunidad agustiniana de León que tan cálidamente le acogió. Su llegada al pontificado abre una etapa de esperanzas renovadas, especialmente en aquellos lugares que ya conocen de primera mano su cercanía y sencillez.