El maíz bate récords en la provincia

Carlos S. Campillo/Ical. Cosecha de maíz en Villamañán.

Ical

La Comisión Provincial de Estadística Agraria de León aprobó en su última sesión una revisión al alza de los rendimientos del maíz y los situó en 10,1 toneladas por hectárea. De esta forma, en esta campaña 2013-2014 de nuevo se batió un récord en la superficie de siembra de maíz en la provincia de León con 65.300 hectáreas cultivadas para grano, a las que habría que sumar las destinadas a forraje mediante ensilado. La mayor superficie y unos rendimientos al menos al nivel de los mejores años, llevan la estimación oficial de la cosecha hasta un volumen histórico de 659.000 toneladas de grano.

Estas producciones, según el sindicato agrario Asaja, se consideran “casi un milagro” después del retraso en las siembras debido a una primavera lluviosa y han sido posibles, a su juicio, gracias al clima favorable de los meses de otoño y a los cambios agronómicos al aumentar de forma considerable la superficie que se riega por aspersión en los regadíos modernizados, sustituyendo al riego por inundación. En los regadíos modernizados, más caros por el consumo energético y la amortización de las fuertes inversiones, se consiguen producciones al menos un 20 por ciento superiores a las de las zonas con riego tradicional.

En estos momentos la cosecha de maíz va muy avanzada y se acerca al 50 por ciento de la superficie total, lo que en opinión de Asaja no es bueno para el sector ya que los almacenes se encuentra saturados, por encima de su capacidad de almacenamiento y secano, lo que influye de forma significativa en la caída de los precios.

Unos precios, apuntan desde la organización, que se rigen por las tendencias de los mercados internacionales y son excesivamente bajos, situándose por debajo de los necesarios para obtener una rentabilidad razonable, habida cuenta de los elevados costes de producción por la subida de la renta de la tierra y todos los insumos. En la sesión de la Lonja Agropecuaria de León de este miércoles repitió a 171 euros la tonelada, lo que supone una drástica caída del 32,6 por ciento respecto a la cotización de 254 euros por tonelada de hace un año. Este diferencial de 83 euros por tonelada de la cotización actual con respecto a la de la pasada campaña supone una caída global de los ingresos de los agricultores de 54,7 millones de euros, es decir, una media de 10.600 euros por productor.

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