El bembibrense Conrado Semedo aguarda en el CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) el traslado al aeropuerto, donde ya logró eludir en el último instante el pasado 25 de febrero el primer intento para deportarle gracias a la negativa del piloto.
Esta vez tendrá más complicado mantenerse en tierra, ante la nueva comunicación que ha recibido este lunes del Ministeiro de Interior, confirmando la ejecución de la orden judicial para ser deportado por cinco años a Cabo Verde; un país desconocido para el bembibrense 'caboberciano', sin familia, amigos ni conocimiento de su lengua.
El joven de 33 años ha cumplido condena de tres años por un delito menor de tráfico de drogas, pero además pesa sobre él esta orden de deportación, que ha tratado de eludir desde que fuera trasladado al Centro de Internamiento de Extranjeros, en Aluche. Su permisó de residencia en España caducó y fue imposible realizar su deportación, motivo por el cuál al estar 'sin papeles', y pese a su total arraigo en el Bierzo, se procede a su expulsión al país origen de su familia.
El pasado 25 de febrero, la resistencia empleada para subirse al vuelo en la terminal madrileña motivó que el comandante negase a emprender vuelo con él a bordo. La azafata, avisó al comandante del vuelo y fue quien se negó a despegar. Según el protocolo del Ministerio del Interior, el comandante está en su derecho de no emprender el vuelo al ser informado de que hay una deportación entre el pasaje.
El joven Conrado Semedo nació hace 33 años en Bembibre. Hijo de caboverdianos residentes en Portugal, Semedo vino al mundo un día después de que sus padres decidieran mudarse al Bierzo, de modo que por aquel entonces, sus padres registraron su nacimiento en el consulado. No posee la nacionalidad española, sino un permiso de residencia que no pudo renovar por estar interno en prisión. Aunque su madre, Tina Robalo, intentó realizar el procedimiento en su nombre para renovarlo, la Justicia no se lo permitió.