La Junta reconoce la “evolución positiva” de León en una situación “contenida con tendencia al descenso”

De la llamada de atención al reconocimiento por la “evolución positiva” ha pasado una semana. La Junta de Castilla y León llamó el pasado martes al alcalde de León, José Antonio Diez, para advertirle sobre la aplicación de posibles medidas restrictivas en caso de no frenar la curva de contagios de coronavirus, algo extrapolable al municipio de San Andrés del Rabanedo. Siete días después, la consejera de Sanidad del Gobierno autonómico, Verónica Casado, aplaudió el control de la pandemia tanto en estos núcleos urbanos como en el Área de Salud de León, que presenta “una situación contenida con tendencia al descenso”.

La tendencia a la baja se manifestó en el Área de Salud de León al registrar en los últimos días 544 casos. El Área de Salud del Bierzo sufrió un “discreto aumento” con 69 casos en la última semana. “Pero parte de una situación epidemiológica muy contenida”, precisó Casado al hacer este martes el repaso detallado de las distintas zonas de Castilla y León.

Por lo que se refiere a la situación general de Castilla y León, Verónica Casado puso al acento en la estadística que la sitúa como la tercera comunidad autónoma española en número de ingresos hospitalarios y la tercera en las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos). Las ciudades de Valladolid y Salamanca han mostrado una “tendencia positiva”, mientras que Palencia va en sentido contrario. El Gobierno autonómico mantendrá encuentros con los tres alcaldes en la tarde de este martes.

“Ni muchísimo menos el confinamiento es un castigo”, zanjó la consejera de Sanidad, para quien “política y ciencia tienen que ir de la mano” en la adopción de medidas, señaló al referirse a la reunión del pasado viernes de todos los miembros del Ejecutivo autonómico con el grupo de expertos.

Casado aprovechó para lanzar un mensaje dirigido a los jóvenes, a los que instó a extremar la precaución con el argumento de que no sufrirán tanto como otros colectivos la crisis sanitaria pero sí sus efectos económicos. Y a la población en general le trasladó una petición de “uso razonable” de los servicios sanitarios, especialmente de la Atención Primaria dada su “sobrecarga” de trabajo en las actuales circunstancias.