Castilla y León se sitúa en 2017 en séptimo lugar entre las autonomías en competitividad, con un nivel ‘medio-bajo’

ICAL

La Comunidad de Castilla y León se situó en 2017 en el séptimo lugar entre las autonomías españolas en competitividad, con un nivel 'medio-bajo', en un ejercicio en el que mostró “un débil crecimiento anual”. Así se refleja en el Informe de la Competitividad Regional en España 2018, editado por el Consejo General de Economistas de España, que sitúa a las 17 autonomías españolas conforme a un Índice de Competitividad Regional (ICREG), que se elabora sobre 53 variables distintas que conforman siete ejes.

El documento, recogido por Ical, revela que los ejes de Infraestructuras básicas y Eficiencia empresarial fueron los más dinámicos en términos relativos en Castilla y León, aunque la autonomía ocupó en estos aspectos los puestos nueve y 13 del ranking autonómico, respectivamente.

Por el contrario, expone que los ejes de Entorno institucional e Innovación empeoraron en el último año, aunque Castilla y León se situó en los puestos quinto y sexto, respectivamente, en estos indicadores. Asimismo, el resto de ejes, Mercado de Trabajo (noveno puesto), Capital Humano (octavo) y Entorno Económico (décimo) mejoraron, pero “por debajo del promedio de las 17 autonomías.

Las variables que contribuyeron más positivamente en sus respectivos ejes fueron variación del PIB real y PIB por habitante; Tasa de paro; Nivel formativo alto; Desigualdad; Stock de capital y Tráfico de mercancías; Mujeres empleadoras; Patentes concedidas; Viviendas con conexión a Internet y Empresas con sitio web. La contribución fue más negativa en Tasa de ahorro; Delitos y Déficit público; Inversión en protección ambiental y Empresas con red de local.

Madrid, País Vasco y Navarra fueron las comunidades más competitivas, en este mismo orden, y mantuvieron en 2017, los primeros lugares del ranking e integraron el grupo de competitividad relativa alta. Extremadura, Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha e Islas Baleares obtuvieron los menores valores del ICREG y fueron las de competitividad baja.

Cataluña, Aragón, y La Rioja se situaron en los estratos intermedios, en el grupo de competitividad relativa media-alta; mientras Castilla y León, Principado de Asturias, Cantabria, Galicia, Valencia y Murcia integraron el grupo con nivel competitivo relativo medio-bajo.

La ordenación de las comunidades autónomas y la composición de los grupos permanecen prácticamente inalteradas respecto a 2016. Únicamente, Islas Baleares desciende un nivel competitivo (de medio-bajo a bajo).

Triángulo competitivo

El Consejo General de Economistas de España constata que las regiones más competitivas son las que se encuentran en el interior del “triángulo competitivo” formado por los vértices de País Vasco, Cataluña y Comunidad de Madrid.

En conjunto, la competitividad estructural, en promedio de las 17 autonomías, aumentó un 4,3 por ciento en 2017. Este crecimiento, señalaron, debe interpretarse en términos comparados, es decir, respecto a su variación, superior o inferior, en otros años. Siguiendo este planteamiento, esta cifra supera con creces el crecimiento medio del periodo 2008-2017 (1,5 por ciento), si bien es “la tasa más baja de las obtenidas en el periodo de recuperación 2013-2017, lo que concuerda con una desaceleración económica”.

Las autonomías que redujeron más intensamente la brecha competitiva, es decir, aumentaron su puntuación del ICREG respecto a los valores medios, fueron Canarias, Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha, que presentaron un “fuerte dinamismo” en términos competitivos en 2017. Sin embargo, todas las autonomías superaron en 2017 los niveles competitivos previos a la crisis (año 2008). El ICREG aumentó en 16 de las 17, “incremento que va acompañado de una reducción en las disparidades interterritoriales”.

Islas Baleares fue la única Comunidad en la que descendió el valor del ICREG en 2017; y Cataluña Navarra fueron las de menor crecimiento de la competitividad, mientras que Extremadura y Canarias encabezaron el crecimiento.

De forma más detallada, el informe recalca que el dinamismo competitivo relativo fue “fuerte” en Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura; fue “moderado” en Aragón, Asturias, Cantabria, Galicia y Madrid; y “débil” en Castilla y León, Cataluña, Valencia, Murcia, Navarra, País Vasco y La Rioja.