Más de 300 refugiados ucranianos han sido acogidos por los leoneses, muchos de ellos han ido a parar a pequeños pueblos de la provincia que han conseguido revivir con la llegada de las familias ucranianas. Los ayuntamientos y juntas vecinales de estas localidades se han volcado para acoger a los ucranianos que han huído de la guerra, pero se enfrentan solos a los gastos y procesos administrativos para asegurar una estabilidad a estas familias.
Es el caso de los Ayuntamientos de Truchas y Puente de Domingo Flórez, a los que han llegado un total de 29 personas de origen ucraniano que actualmente viven en los pueblos de estos municipios desde gran parte de su llegada a España.
En Truchas, desde finales de mayo, han acogido a cuatro familias formadas por cinco adultos y 10 niños, que con su presencia en el pueblo han logrado que el colegio no cerrase, ya que solo había tres niños matriculados. Francisco Simón, alcalde de Truchas, celebra este hecho, pero lamenta que desde el punto de vista económico están haciendo todo solos: “Somos un Ayuntamiento pequeño, las dos personas que estamos nos hemos dedicado a tiempo completo a este tema”.
Para el consistorio, esta serie de gastos podrían ser inasumibles a largo plazo, a pesar de que todas las Juntas Vecinales del municipio de Truchas han creado una cuenta conjunta para estos gastos, aportando 200 euros cada una, lo que hace un total de 2.600 euros. Estos gastos se han destinado a pagar la luz y el gas de las viviendas en las que residen las familias, junto con la leña y el transporte que han tenido que utilizar para llevar a cabo todos los trámites burocráticos necesarios en la ciudad de León.
Cáritas, Cruz Roja, vecinos y asociaciones de voluntarios han ayudado en algunos gastos al Ayuntamiento, pero el alcalde asegura que a la larga, tendrán dificultades: “Me preocupa cómo seguirá la situación. Si tardamos en recibir las ayudas, y ellos tardan en establecerse y ser capaces de mantenerse económicamente por su cuenta... No podemos destinar más dinero durante mucho tiempo más”.
Sin ayudas oficiales
Y es que lo que tienen en común ambos ayuntamientos es que no han recibido ninguna ayuda, ni por parte de la Junta de Castilla y León ni por el Gobierno de España: “Nosotros estamos tramitando las ayudas con los Servicios Sociales de la Diputación de León, pero de momento no tenemos ninguna ayuda”, afirma el alcalde de Truchas.
Julio Arias, alcalde de Puente de Domingo Flórez, coincide con Simón, aunque asegurando el resto de trámites burocráticos se han realizado con presteza, no puede decir lo mismo de los fondos de ayuda. En su caso, es consciente de las dificultades económicas a las que se enfrenta el Ayuntamiento a largo plazo, pero asegura que están dispuestos a ello: “Cuando nos ofrecimos para acogerles sabíamos lo que conllevaría. Pensamos que es lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros si nos encontrásemos en su lugar”.
Al municipio de Puente de Domingo Flórez han llegado 14 refugiados ucranianos, 9 adultos y 5 niños muy pequeños que se alojan en cuatro viviendas de las que han pagado la renta, unos 250 euros por casa según el alcalde, y la instalación de la conexión a internet, también han corrido con los gastos de transporte: “De alimentación no les falta de nada, los vecinos del pueblo les han donado de todo y les han ayudado a crear huertas para autoabastecerse”, cuenta Arias.
Un futuro estable
Los ayuntamientos están buscando opciones para que los refugiados ucranianos puedan comenzar a generar ingresos propios en España. En Truchas, una de ellas será contratada por el Ayuntamiento para realizar labores de limpieza. También en restaurantes de la zona o en canteras se podría contratar a algunos, y es lo que están intentando lograr desde el equipo del consistorio.
En el caso de los refugiados ucranianos que han llegado a Puente, el alcalde asegura que al menos 10 de ellos pretenden quedarse, de hecho han comenzado a dar clases de español en el Ayuntamiento.
Las canteras son la salida laboral que han encontrado también en Puente de Domingo Flórez: “Vamos a intentar que, al menos, un miembro de cada familia consiga allí un trabajo y tengan sus ingresos. Podrían trabajar también en el hotel del pueblo. Estamos en ello”, asegura Julio Arias.