Arrieros somos y en Santiago Millas nos encontraremos

C. Lozano Gallego

Si preguntamos a cualquier turista por la importancia de la Maragatería en el panorama histórico, artístico o cultural, sin duda nos señalará el Palacio Episcopal de Astorga o la fachada barroca de la Seo astorgana como los hitos fundamentales que todo peregrino y visitante debe conocer. Si la pregunta fuera enfocada al tema gastronómico, la cecina, el cocido maragato, los hojaldres o el chocolate harían las delicias de todo buen paladar que se precie.

Pero si por algo fue conocida la comarca maragata durante siglos fue por su actividad arriera. Ya en el siglo XIV se encuentran testimonios de este oficio que caracterizaría la historia de Santiago Millas especialmente entre los siglos XVII-XIX, época de mayor esplendor del pueblo. Y es que los maragatos de Santiago Millas se hicieron famosos en toda España como transportistas de mercancías, en su mayoría productos de Galicia y la costa del Cantábrico hacia Madrid y las capitales de León, Castilla y Extremadura. De hecho, la fama y poder económico de las familias arrieras, producto de su presencia constante en los caminos de la Península y su llamativa vestimenta a los ojos de escritores y eruditos, contribuirían a la creación de una estela de leyenda que nacería con la literatura romántica del siglo XIX y perviviría prácticamente hasta nuestros días.

Precisamente en los últimos años, como resultado de la puesta en valor del oficio arriero, nace en la localidad de Santiago Millas el Museo de la Arriería Maragata 'Ventura Alonso'. Situado en una construcción típica de la comarca, el edificio fue en sus orígenes vivienda de Julián Alonso Rodríguez, que en 1915 la donó para escuela de niños y vivienda de la maestra.

La visita a la exposición comienza con una pequeña ambientación en el paisaje maragato y su realidad social, que invita al visitante a retrotraerse a los rasgos de una actividad que conformaría la vida de las gentes de la comarca. La segunda parte del museo presenta los aspectos más tradicionales del oficio arriero a través de viejas fotografías, grabados y objetos que hacen posible la transmisión al espectador de un oficio del que solo queda el recuerdo. Textos de viajeros y narraciones literarias sirven para apoyar los objetivos de la exposición, que eleva la tradición arriera desde el recuerdo lejano hasta la nostalgia infinita que por siempre descansará en la milenaria tierra maragata.