La Consejería de Sanidad sostiene que la atención hospitalaria está “garantizada” en Castilla y León a pesar de que se hayan cerrado algunas camas, ya que el índice de ocupación medio en estos centros no supera el 74 por ciento, un porcentaje que en verano cae hasta el 60 por ciento. Por ello, su titular, Antonio María Sáez Aguado, afirmó hoy que es una medida de “responsabilidad”, que aunque genere “incomodidades” a los trabajadores.
En ese sentido, el consejero señaló que su departamento está aplicando cambios en la gestión de las camas hospitalarias, reubicando enfermos en diferentes unidades, lo que permite que no estén todas operativas, ya que han constatado que no se ocupan. Sáez Aguado añadió que en 2012 y en el primer semestre de 2013 se han mantenido estables los ingresos hospitalarios, lo que a su juicio indica que no se ha reducido el número de pacientes atendidos, ni su estancia media.
Asimismo, Sáez Aguado explicó que el 26 por ciento de las camas de los hospitales de Castilla y León no se ocupan, lo que permite una gestión diferente a la tradicional, ya que en su opinión no es necesario tener el cien por cien operativas. Apuntó que permite reducir las sustituciones de profesionales, sin afectar a la asistencia, aunque estos cambios organizativos obliguen a los trabajadores a moverse de unidad para atender a sus pacientes, como han denunciado los sindicatos.
También, el titular de Sanidad insistió en que esta medida no afecta a las listas de espera quirúrgicas ya que afirmó que las intervenciones no se realizan en las camas, sino en los quirófanos. Además, puntualizó que durante el pasado año sólo se anularon 15 o 20 operaciones de un total de 130.000 por “problemas” en el número de camas.
Finalmente, Sáez Aguado prevé que el cien por cien de las plazas estén operativas entre el próximo mes y febrero ante la incidencia de la gripe y los cambios climatológicos por la llegada del invierno.