Como en gran parte de España, el partido político Vox creía llegado su momento para ser determinante en numerosas instituciones de la provincia de León aprovechando un importante aumento del apoyo electoral en los comicios municipales celebrados el pasado domingo.
En la segunda parte acertaron: la formación de extrema derecha multiplicó por más de dos de las papeletas con su nombre dentro de las urnas: pasó de 6.505 votos en las elecciones de 2019 a 14.299 en la pasada noche electoral del 28M. Eso ha tenido ha tenido incluso un reflejo aún mayor, ya que en cuanto al número de concejales ha multiplicado por cuatro, pasando de contar apenas con siete ediles hace cuatro años a disponer ahora de 29. Por poner en contexto su fuerza en otras elecciones, al ser una formación con pocos años de presencia en la provincia, sus resultados en las autonómicas de 2022 fueron de 34.619 votos y en 2019, en las primeras generales del 28 de abril, 33.449, y en las del 10 de noviembre, 40.884 con los que consiguieron diputado nacional.
¿Quiere eso decir que con ese éxito en la mano en estas municipales, Vox tocará más poder local ahora en la provincia leonesa? Pues no parece ese el escenario sino más bien el contrario, una práctica irrelevancia institucional a falta de que todavía se produzcan negociaciones y posibles acuerdos en las próximas semanas. Pero en muy escasos sitios la formación que lidera Santiago Abascal en España y Juan García-Gallardo en Castilla y León será llave y eso debilita sus expectativas hasta la mínima expresión.
Entre los posibles mejores escenarios, en cuanto a instituciones relevantes, tan sólo destaca el caso del Ayuntamiento de Ponferrada. Como en León capital, en la capital del Bierzo Vox obtuvo dos concejales gracias a 2.347 votos, algo por debajo de Coalición por el Bierzo. Y en el escenario que ha quedado, con el alcalde socialista Olegario Ramón manteniéndose como el más votado, y la fuerte subida del Partido Popular de Marco Morala, ambos, Vox y Coalición, son una doble llave evidente para que se pueda forjar un cambio de Gobierno municipal y de Alcaldía en favor de Morala.
Eso sitúa a Vox en la negociación, pero tendría que formarse un tripartito, ya que si no hay acuerdo a estas tres bandas y gobierna la lista más votada, quedará Ramón en minoría pero con el bastón de mando. Un PP fuertemente interesado en dar un vuelco a Ponferrada ofrecerá sin duda buenas condiciones a bercianistas y extrema derecha. Y en realidad es el único punto donde Vox, con Patricia González y Gerardo González electos, tendría alguna opción importante.
El único reducto verde, una posible Alcaldía muy en el aire
Luego está el caso del pequeño Ayuntamiento de Santa María de Ordás. En este minúsculo municipio leonés entre la ribera y la Montaña Central, de apenas 333 vecinos que suman entre sus nueve pueblos, Vox ha resultado ser el partido más votado el pasado domingo. En el mapa provincial, es el único puntito verde fosforito que identifica al partido.
La candidatura joven que lideraba Ana María Álvarez Arias se impuso por cuatro votos a la del PSOE, de modo que finalmente se repartirán tres concejales cada uno. Pero el desempate, la llave, la tendrá en sus manos el único edil del PP, Jose Manuel Gonzalez Quintela, que ya había sido el único líder de la oposición en el pasado mandato.
¿Y por dónde se decanta? Pues aunque “todavía es pronto y ya hemos quedado para ir escuchando sus proyectos e ideas” antes de decidir, de momento el popular deja claro que “en los pueblos pequeños como éste nos conocemos todos, no hay gran política de siglas ni de egos, como en otros ámbitos”. En principio, valora que pesarán mucho esas relaciones más personales, así como también el hecho de que las principales instituciones, “de dónde nos llega el poco dinero a los pueblos pequeños”, como la Diputación, Vox no tendrá mano pero sí cualquiera de los dos grandes partidos. Un contexto que a priori no pone fácil el acuerdo para que la formación de Abascal gobierne por primera vez en una institución leonesa, por pequeña que sea.
Manda UPL, Vox no es necesario
En el resto, el reparto territorial de los 29 concejales de Vox electos les deja en posiciones anecdóticas, sin opción de pactar ni decidir. En León capital, UPL será determinante para decantarse entre el PSOE más apoyado o el PP en segunda posición, no así los dos concejales que por primera vez obtiene la formación de extrema derecha. En la Diputación de León pasará lo mismo: Los leonesistas tendrán tres actas, frente a una de Vox. Y por más que sea la primera vez que la consiguen, tampoco decantará las fuerzas entre los 12 diputados populares y los 10 socialistas cuando la mayoría absoluta ha de sumar 13.
Y así se repite el panorama caso por caso: en San Andrés del Rabanedo los tres ediles obtenidos por Vox no parecen a priori esenciales para un pacto que en todo caso tendría que ser a traes bandas, con UPL como fuerza más votada. En Villaquilambre apenas consiguieron uno, como Ciudadanos o Vive Villaquilambre, y la partida se juega también entre el PP y el PSOE y sus cinco actas cada uno, nuevamente con los tres leonesistas siendo claves con su decisión final.
En Astorga ni salieron y en La Bañeza obtuvieron dos concejales, que sólo podría dar para volver a hacer alcalde al popular Javier Carrera, vencedor con ocho ediles, pero que tiene otras opciones de pacto posibles ante el descalabro del PSOE. Y en esa deriva de práctica irrelevancia continuaría el recuento ya hacia municipios de menores dimensiones, en ninguno de los cuales el haber conseguido un acta servirá para que entren en gobierno municipal alguno.