El 11 de julio falleció en París el escritor moravo Milan Kundera, nacido en Brno en 1929. Pensador y novelista, nos deja un amplio legado literario y de reflexiones, entre ellas, acerca de la importancia de la memoria para los pueblos, como ya dejó escrito en su obra El libro de la risa y el olvido. Su publicación, donde recuerda el pensamiento del historiador eslovaco Milan Hübl (1927-1989), fue el detonante para privarle de la ciudadanía checoslovaca en 1981:
“Para liquidar a los pueblos se comienza por despojarles de su memoria. Se destruyen sus libros, su cultura, su historia. Luego viene alguien y les escribe otros libros, les da otra cultura y les inventa otra historia. Entonces el pueblo comienza lentamente a olvidar lo que es y lo que era. Y el mundo que lo rodea lo olvida todavía más deprisa.”
Un pueblo es mucho más que una multitud. Milan Kundera asume la reflexión de Hübl y nos deja escrito:
“¿Pero qué es la multitud? Para mí, esta palabra va ligada al imaginario socialista, primero en su sentido positivo, la multitud que se manifiesta, que organiza una revolución, que celebra una victoria, y luego en el sentido negativo, multitud de los cuarteles, multitud disciplinada, multitud metida en cintura. El hombre que forma parte de esa multitud tiene escasas posibilidades épicas; escasas ocasiones de actuar; sus pequeños gestos sometidos a control no pueden poner en movimiento una serie de acontecimientos encadenados: al azar.”
No cabe duda de que Milan Kundera es un perseguido, un antitotalitario defensor de la cultura, en especial, la centroeuropea; comprometido, como atestigua su obra El occidente secuestrado. La invasión de Checoslovaquia por el Pacto de Varsovia en 1968, siendo profesor de cine y literatura, conlleva la prohibición de sus obras; su formación musical, recibida de su padre, discípulo del compositor moravo Leos Janacek, le permitió sobrevivir como pianista de jazz.
En 1975, se instala en París y desde entonces acumula éxitos como novelista, especialmente interesado en la estética literaria, sin que ello le impida mantener la defensa de la libertad y destacar la importancia de la cultura: “La cultura es la memoria de los pueblos, la conciencia colectiva y la continuidad histórica, el modo de pensar y vivir.”
Lo que nos ha demostrado Milan Kundera es que todo hombre, y todo pueblo, puede levantar la voz y ser escuchado. Sin duda, sus aportaciones le hacen merecedor de permanecer vivo en la memoria colectiva.
Miguel Ángel Diego Núñez es autor del libro Regionalismo y regionalistas leoneses del siglo XX (una antología).