Después de un arranque anómalo en el periodo previo a las rebajas con sustanciosos descuentos de navidad y pese a ello con descensos en la venta de hasta un 40% en comparación al año anterior, los comerciantes leoneses han comenzado a palpar un atisbo de esperanza y la cifra de los cuarenta millones como venta global en este periodo de invierno que daban como buena antes de comenzar las rebajas, parece cada vez más cerca.
Cerca y posible tal y como ha detallado a iLeon.com Alfredo Martínez, responsable del área de comercio en la FELE, Federación de Empresarios Leoneses. El punto de inflexión que ha abierto la válvula de escape y ha dado un buen respiro a todo el comercio leonés se ha materializado en el fin de semana que sirvió, sobre todo para los más peques, para prolongar la fiesta de reyes.
Sobre todo el día siete. Esa fue como una fecha increible, tal y como ha explicado Alfredo Martínez, porque las ventas de ese día en concreto recodaron los años de las vacas gordas, en los que entre la venta de los días de navidad, sin apenas descuentos, y las propias rebajas, la cifra global de cierre de temporada rozaba los 80 millones de euros.
80 euros
Pero en esta ocasión y dada la que está cayendo, ha añadido Alfredo Martínez, “en el comercio leonés dábamos por buena la cifra de los cuarenta millones, aunque nos parecía que iba a ser muy difícil; pero tal y como han sucedido los acontecimientos en estos últimos día vemos que es muy posible”.
Alfredo Martínez estima que la mayor afluencia de público se concentrará los fines de semana y entiende que con un par de sábados y domingos como el pasado siete y ocho, se cumplirían la previsión de ventas.
El gasto medio de cada leonés en estas rebajas se estima que rondará entorno a los 80 euros, debido lógicamente a la situación económica aunque Alfredo Martínez ha recordado en que aún quedan muchas personas que esperan a un último esfuerzo, en el que se le da el rebaje final a los precios.
Además Alfredo Martínez ha recordado que las rebajas conviven con los preparativos de la llegada de la campaña de primavera, que en dos o tres semanas ya estará colgada en los escaparates, “y los consumidores saben que queda un último empujón y que los comerciantes preferimos acabar con las existencias de temporada antes de poner en marcha la siguiente”.