'La libertad huyendo del pueblo', lo último del escritor leonés Javier Pérez

Julia Manso

¿Por qué empezaron a evacuar el Louvre en 1938?

Me dice Javier Pérez, autor de La libertad huyendo del pueblo, que esa fue la pregunta de la que partió la idea para escribir esta novela, verdadero ejercicio de equilibrismo entre la novela histórica, y la sátira más cruel. O quizás debería decir humor negro, sin más ambigüedades.

“Lo peor de que te invadan los alemanes es lo que madrugan esos cabrones. Cuando te invaden los alemanes, las tropas ocupantes están de patrulla desde las siete de la mañana, o antes, pidiendo papeles y tocando los huevos al personal. En cambio, si te hubiesen invadido los españoles, podrías hacer lo que te diera la gana hasta las once y pico, por lo menos, y sólo estarías invadido de lunes por la mañana a viernes al mediodía: una invasión moderada. A lo mejor por eso los españoles nunca conseguimos invadir más que países de mierda, o convertir en países de mierda los que alguna vez invadimos, que esa es otra posibilidad...”

Así empieza la novela, cuando un famoso pintor español afincado en París ayuda a los nazis a robar los mejores cuadros de las colecciones públicas y privadas, y el tono no decae ya en ningún momento.

Acción, intriga, enfrentamientos políticos y mucha picaresca en una época en la que ministerio nazi de propaganda tenía, como primera consigna, la necesidad de que la gente se divirtiese en bares, salas de fiesta y cabarets para que no pensaran en unirse a la resistencia. El toque de queda era un magnífico pretexto que aprovechaban los casados para dormir fuera de casa; los museos, defendidos solamente por unos pocos funcionarios fieles, se habían convertido en víctimas fáciles para ladrones y otros desaprensivos, y el mercado negro del arte florecía en su máximo esplendor. Todo es un poco cínico, un poco tremendo, y muy, muy peligroso.

Sí, es cierto: la novela resulta a veces completamente descarnada, sobre todo en su segunda parte, cuando en la actualidad se sigue comerciando con esos cuadros, y cuando es necesario encontrar compradores que tengan, a la vez, mucho dinero y pocos escrúpulos. ¿No debería ser tan raro, verdad? Pero hay alguna condición más que el comprador debe cumplir, y eso complica las cosas...

La historia es realmente trepidante, pero, sin embargo, y a pesar del tono humorístico, o tal vez gracias a él, para mí lo más interesante de La libertad huyendo del pueblo es su aproximación a todos esos hechos desconocidos, como el modo en que los nazis tuvieron que encontrar gobernadores alemanes para todas las ciudades ocupadas en un país casi tan grande como el suyo propio y cómo acabaron nombrando prácticamente a cualquiera, justamente por falta de personal, o como las tropas de ocupación se fueron trasladando paulatinamente a Rusia hasta que los franceses estaban prácticamente ocupándose a sí mismos porque casi no quedaban alemanes en su suelo. Incluso se habla de cómo algunos heroicos grupos, como el de Varian Fry, sacaban a personas de Francia, rumbo a América, aprovechando la relajación del ambiente en los primeros años.

La trama es ingeniosa. El ambiente es inquietante. La novela es divertida. De eso doy fe.

Y en cuanto a la pregunta que le dio origen: ¿Por qué empezaron los franceses a evacuar el Louvre en 1938? Pues puede que por prudencia, porque las veían venir. O puede que, en vez de verlas venir, estuviesen ellos pensando en tomar la iniciativa y luego cambiaron de opinión. O puede que temiesen el inicio de una guerra civil en su país, parecida a la nuestra...

Hagan sus apuestas. Nos vemos al final del libro.

Ficha bibliográfica

  • Libro: 'La libertad huyendo del pueblo'. Novedad 2023
  • Editorial: IVAT, SL. (Ediciones Homo Legens)
  • Tamaño: 165 x 230 milimetros
  • Páginas: 412
  • Encuadernación: tapa blanda (rústica)
  • Calidad: Papel ahuesado de 80 gramos
  • ISBN: 978-84-19349-55-2
  • Dónde comprarlo: en la librería de cabecera, para estimular el comercio de barrio, o, si no fuera posible, en la web.

Javier Pérez colecta diversos galardones literarios; entre ellos, ganó el premio Azorín en 2006 y lleva publicada una docena de novelas.