Parque Jurásico (1993) cimentó un tipo de superproducción familiar y fantástica, una marca que ha perdurado hasta nuestros días. La adaptación de una novela tan popular como la de Michael Crichton, la incorporación de Spielberg al proyecto y el murmullo publicitario en torno al uso de unos efectos digitales o CGI [siglas de Computer Generated Image, en inglés 'imagen generada por ordenador'] que iban a dibujar sobre la pantalla toda esa fauna jurásica de un modo nunca visto hasta entonces, produjeron un efecto mediático irresistible para la audiencia. Desde entonces y hasta el título que nos ocupa los dinosaurios no han dejado de dominar las taquillas de medio mundo.
En Jurassic World: Dominion (2022), la anterior cinta de la saga, veíamos como los dinosaurios habían logrado extenderse por todo el mundo de una manera invasiva, dividiendo a la especie humana entre los partidarios de acabar con ellos y los grupos ecologistas que luchaban por su preservación. Cinco años después de aquello solo unos pocos de esos gigantes de la naturaleza sobreviven en las regiones ecuatoriales. ¿Y cuál es el rebuscado y finamente no muy original leitmotiv de esta nueva entrega? Pues no se lo van a creer, resulta que tres de esas especies que viven en esa biosfera tropical contienen en su ADN la clave para fabricar un medicamento que aportará grandes beneficios a la raza humana. Dicho y hecho, allí se envía a un equipo especial, capitaneado por una Scarlett Johansson que hace lo que puede con su personaje, para conseguir ese valioso material genético. Y ya se pueden imaginar el resto, comienzan a sucederse aventuras tremebundas y disparates argumentales que nos recuerdan constantemente lo innecesario de seguir exprimiendo esta franquicia hasta límites bochornosos.
Resumiendo, este último episodio jurásico no disimula su afán recaudador y retoma sin rubor todos aquellos resortes que, casi a modo de recurrente y temible algoritmo, aseguran la presencia de público en las salas. A falta del efecto sorpresa y la fascinación casi virgen por estos seres colosales que explotaban los primeros títulos de la saga, ahora seguimos encontrando un sentido del espectáculo que quizás siga siendo medianamente eficiente, pero bajo el que no encontramos ningún sustento dramático ni nada que pueda perdurar en el tiempo. Otra de dinosaurios, pero una que ya debería hacer pensar a sus responsables que es momento de dejarlo y cerrar la puerta al salir.