Gil de Robles abre su exposición 'Nudos y gubias' el nuevo retablo de la ermita de Santa Elena de Lomba

V. Silván/ Ical

El Museo del Bierzo de Ponferrada acoge desde este miércoles y hasta el 31 de mayo la exposición 'Nudos y gubias' del escultor Gil del Pozo, que cuenta con 25 piezas, entre ellas el retablo mayor para la ermita de Santa Elena en Lomba (Benuza), que fue paso de las llamas el pasado año. “Es el último altar hecho en el Bierzo y espero que pase a la historia”, afirmó el artesano.

Y es que Gil del Pozo lamentó ser ahora “uno de los pocos artesanos que sobrevive haciendo esto porque casi toda la artesanía se está perdiendo”. Así, consideró que es “triste” sentirse como el último superviviente de una estirpe mientras Ponferrada “se está convirtiendo en una ciudad de servicios en la que cada vez se crea menos”. “Es triste que no haya continuidad y que la gente vaya a lo más fácil y a lo más cómodo”, añadió.

En este sentido, lamentó que “los productos artesanos y tradicionales que tenemos a nuestro alcance se esté abandonando”. “El concepto de la madera aquí es para quemar y nadie piensa en darle otra utilidad”, valoró Gil del Pozo, que entiende que su muestra 'Nudos y gubias' puede servir para mostrar a la gente que se pueden hacer otras cosas.

Una muestra con 25 piezas algunas realizadas hace ya dos décadas y que resumen el trabajo de este escultor ponferradino que confiesa ser “un universo dentro de un metro cincuenta” y que en cada obra vuelca los sentimientos que tiene en el momento de tallarla., provocados por los acontecimientos de tu alrededor o circunstancias internas. “La escultura más especial es siempre la última que estás haciendo, cuando estás trabajando te vuelcas siempre en la última obra”, afirmó Gil del Pozo.

El último retablo

De las manos de Gil del Pozo ha salido el nuevo retablo para la ermita de Santa Elena de Lomba, en el municipio de Benuza (La Cabrera), después de que hace un año un incendio destrozará su altar. Se trata de una construcción que trata de seguir las líneas del retablo original, según indicó el artesano“, ”con la decoración y motivos que había en la época aunque no se puede reproducir al pie de la letra porque no hay planos y apenas hay fotos“.

El retablo presenta las figuras del principio y fin, el alfa y omega, y está presidido por la paloma que representa al Espiritu Santo. Una obra en la que ha empleado diversos tipos de madera del pino norte al pino rojo, pasando por el abeto, la pinotea, el chopo del país y el roble para las puertas talladas del Sagrario.

El resto de sus creaciones representan guerreros estelares de castaño milenario, princesas de cerezo, venus esculpidas sobre cedro de cementerio -concretamente del antiguo camposanto del Carmen de Ponferrada-, caballos con alma de negrillo y hélices de álamo que durante las próximas semanas compartirán espacio y harán compañía a la vieja higuera del patio del Museo del Bierzo.