Alicia López: “La poesía representa una catarsis y es una bocanada de aire que me invita a sonreír o a llorar”

Manuel Cuenya

Avanzo, perdida, errante,

a lo largo de un infinito muro de granito.

Se agitan las piedras con mis pasos,

gimen tristeza

al ver que mis labios, enmudecidos, sellados,

gritan y gritan un silencio

ahogado...

(Alicia López Martínez, 'Cenizas', incluido en 'Pálpitos de luna nueva')

Filóloga, profesora de Lengua y Literatura, Alicia López Martínez es poeta y autora de 'Pálpitos de luna nueva', editado por PiEdiciones en 2018, cuyas ilustraciones, la mayoría, incluida la cubierta del libro, corresponden a su hijo, que es todo un artista.

“Las ilustraciones que complementan el libro son el lazo de unión entre mi hijo Iván y yo. 'Ut pictura poesis', que dijo Quinto Horacio Flaco”, nos aclara Alicia, que muestra su gratitud a la editorial PiEdiciones por haberle dado la posibilidad de publicar. Y le permitiera, en su opinión, dar estos pequeños pasos.

El título de este volumen, prologado por el escritor Juan Campal (quien figura en la fragua de este diario digital), sintetiza la concepción que tiene su creadora de lo que significa para ella escribir: “es pálpito y es luna, símbolo recurrente en mi obra porque se trata de mi alter ego en el que desbordo toda la imaginación. 'Pálpitos de luna nueva' es por tanto un título –añade– que es metáfora que refleja el cambio, la evolución”.

Y en este mismo sentido el título de su libro hace referencia a un renacimiento, a una reaparición. “Nueva en su significado pleno: nueva vida”, precisa Alicia, que hizo una selección de poemas de diferentes épocas con el fin de reflejar el eco de su trayectoria vital.

“Irrumpe, brota, se desvela Alicia en estos 'Pálpitos de luna nueva' con unos poemas que, sin abandonar el suave y rítmico oleaje de su, tantas veces, marina voz, me atrevo a decir, reúnen toda la delicadeza belleza de la fuerza de una mar embravecida y dispuesta a cantar vivamente toda su potencia liberadora”, escribe el narrador y poeta Juan Campal en el prólogo.

'Pálpitos de luna nueva', ensalzado por el polifacético Ramiro Pinto (a quien también le hemos dedicado fragua) “busca la complicidad con el lector en un acto de (con) vivencia abierta a todo tipo de interpretaciones”, afirma esta lectora 'empedernida', cuyo gusto por la literatura nace de niña. Y que siendo adolescente ya escribía de un modo creativo en su afán por “comunicar y comunicarme con”.

Escribe Ramiro Pinto, a propósito de 'Pálpitos de luna nueva', que Alicia “parte de ella misma, pero busca al otro, al lector, sin caer en confesarse gracias al uso de la metáfora, para convertir su realidad en poesía que busca lo concreto... Sabe lo que es hacer poesía, qué es, pero no se esconde en ella, no camufla sus tallos de versos ni sus flores en la técnica, como suele ser frecuente, sino que se entrega, se da...”

León y Asturias. Sus ojos se admiran mutuamente. Nada sería sin Asturias y su cantábrico oleaje y nada sería sin León y su tierra de secano.

A través de la poesía se dio cuenta de que podía comunicar sus estados anímicos, sus visiones del mundo... Y de este modo ha continuado hasta la fecha actual. “La dualidad entre poesía y yo es patente y queda reflejada en múltiples poemas donde dialogo con ella, donde la añoro o donde, simplemente, soy ella. Es mi todo y mi nada, el yin y el yang, mi refugio y mi zozobra... La poesía, que es la suma de sentimiento y expresión a través de la palabra, representa una catarsis y es una bocanada de aire que me invita a sonreír o a llorar”, sostiene Alicia, quien, a resultas de su formación filológica y su profesión como docente, es consciente de sus ventajas a la hora de acceder a la literatura de manera continua, descubriendo y redescubriendo autores y técnicas, aunque para ser poeta no haga falta una formación en filología, según ella. “A su vez a través de las clases intento que el alumnado acceda también a ella, ya sea a través de estudio o de una manera lúdica”, señala esta profesora, que tuviera la ocasión de ejercer como lectora de Español en Wisconsin (Estados Unidos), lo que supuso para ella una gran experiencia.

“EE.UU significó vencer el reto de saberme poseedora de mi yo. Estar en ese país, ha calado en mi personalidad por haber sido la primera bifurcación en el camino de la vida y un punto y aparte. Allí se terminó el mundo universitario y entré de lleno en el mundo laboral con todo lo que ello conlleva. Su estancia es parte de mi vida pero tiene escaso significado en mi obra”, rememora la poeta asturleonesa Alicia, porque sus raíces, “complementarias”, son León y Asturias. “Sus ojos se admiran mutuamente. Nada sería sin Asturias y su cantábrico oleaje y nada sería sin León y su tierra de secano”.

Gijón representa, a su juicio, su lugar de nacimiento y su primera infancia. “Es una ciudad que identifico ineludiblemente con la mar que es símbolo recurrente en mi obra al encarnar mi fuerza y mi búsqueda de libertad aunque esta acabe, en algunas ocasiones, en lágrima”.

Y “León es tierra de sol”. Su segunda o primera patria. “No sabría concretarlo”. En León se ha formado, “aquí desarrollo mi labor profesional; en definitiva, aquí vivo y revivo cada uno de los días”.

Se curvaba mi vientre,

plácida colina de esperanza.

La simiente crecía en la oscura matriz

colmada de calor y de alimento,

cuajada de flores de amor materno.

Se curvaba mi vientre,

cada día,

cada noche,

y mi mano acariciaba su perfil ignoto

y mis oídos besaban un latido íntimo,

tan íntimo,

que hice mío.

Se curvaba mi vientre,

y aun sin ser,

su luz me hizo mujer.

Y aun sin ser,

tarareé una nana

y lo acuné.

Mas quiso ser,

y la colina perdió su curva,

era llanura.

Rompiste en llanto

y yo, hijo, yo

te abracé.

(Alicia López Martínez, 'Se curvaba mi vientre', dedicado a su hijo Iván, incluido en 'Pálpitos de luna nueva')

León literario

Su pasión por su patria/matria le lleva a afirmar que León ha sido, es y será literatura porque es cuna de revistas como 'Espadaña', “de magníficos prosistas como Josefína Aldecoa, Concha Espina, Luis Mateo Diez, José María Merino o Julio Llamazares y de poetas de los que he bebido y bebo como Gamoneda, Eugenio de Nora, Victoriano Crémer, Antonio Colinas, Juan Carlos Mestre. A esto hay que añadir el hecho de que León tenga en su haber ávidos lectores y 'oidores' a través de la red de Bibliotecas y los innumerables eventos literarios que hay en la ciudad. Dentro de este campo están unas personas generosas y que ponen su corazón para que todo fluya”.

EE.UU significó vencer el reto de saberme poseedora de mi yo. Estar en ese país, ha calado en mi personalidad por haber sido la primera bifurcación en el camino de la vida y un punto y aparte

Entre estos eventos destaca el Ágora de la Poesía, que, cada último viernes de fin de mes, se celebra en la ciudad de León con la reunión de personas dispuestas -haga frío, nieve o llueva- a leer sus textos, sus poemas. Cabe recordar que el Ágora de poesía acaba de ser premiado con el galardón Armonía de las Letras 2019 que se otorga a través de 'El proyecto cultural CamparredOnda' bajo la batuta del escritor Gregorio Fernández Castañón.

“Lo que más despierta mi interés es el choque, el impacto que pueda significar leer, escuchar, ver un texto... Es un foro literario innovador que se aleja del tópico y emana libertad. Allí, al aire libre, León ofrece a quien lo desee la posibilidad de expresar, escuchar, estar. Su lema lo conocemos todos: 'La poesía no compite, se comparte'. Y así es. Me identifico con ella por sentir esa libertad cada último viernes de mes y por ser en sí misma un vínculo de unión entre la poesía y yo; entre la poesía y los demás, en definitiva, entre la poesía y la poesía, pues allí ella es la protagonista”, expresa Alicia, sabedora de que la literatura, como cualquier arte, es belleza, “es enseñanza y afán de voluntad de ser; en definitiva, creo que es un acto de rebeldía contra lo acomodaticio que aflora en nuestra sociedad y contra la ignorancia”, nos revela con lucidez esta apasionada lectora de clásicos y contemporáneos, algunos de los cuales tienen un vínculo directo con su poética como Bécquer, Baudelaire, Lorca, Cernuda, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Gloria Fuertes, John Keats, Aleixandre, Juan Carlos Mestre, Blas de Otero o Ángel González.

Una poética que, por un lado, es intimista porque mira hacia sus adentros, retrata estados anímicos, preocupaciones, sueños, la infancia; y por otro mira hacia afuera, a su entorno más próximo y también lo dibuja: acontecimientos, seres queridos, la naturaleza que la rodea, la ciudad.

En estos momentos continúa escribiendo. Y está con otro poemario. En un futuro, “quién sabe”, quizá publique de nuevo “en otro acto de osadía onírica”.

Entrevista breve a Alicia López Martínez

“Escribir es dejar una parte de ti”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Cualquier libro que me haya revuelto la conciencia. Son numerosos. Y lo he hecho desde la infancia.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Soy incapaz de ver un único personaje imprescindible en la literatura. Sí, una persona en la vida: mi hijo.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Si te soy sincera, no recuerdo ninguno.

Un rasgo que defina tu personalidad.

La desconozco. Creo que serían varios que se ajustarían al punto de vista de cada persona con la que comparto vida o coincido en la vida.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Por encima de todo, sinceridad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

La sociedad actual está pasando por situación compleja donde los principios que rigen la humanidad son, en no pocas ocasiones, desvirtuados y calumniados. La política me tiene decepcionada.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

No puedo concretar. Me divierten muchas cosas entre ellas leer, escribir, estar con mi hijo...

¿Por qué escribes?

Porque me divierte, porque me desahoga y me relaja. Me permite plasmar mis inquietudes, sentimientos en un momento dado. Porque escribir es dejar una parte de ti en unas letras que están dispuestas para ser escuchadas y leídas con el fin de recrear.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No. Me sirven para explorar y descubrir un mundo literario o no, al que dar acceso si así lo deseas.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Numerosas. Clásicas o contemporáneas, con tal de que me impacten.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Sigo algún blog y soy bloguera. Hace tiempo tenía dos blogs donde escribía mis poemas y que decidí eliminar sin saber bien el motivo. Tal vez la timidez. En la actualidad mantengo abierto uno a nivel profesional y que utilizo únicamente para mis clases.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Quizá este verso de uno de mis poemarios inéditos cuyo título es 'Allegro, ma no troppo':

“Caminante, sí hay camino

camino para desandar

aun cuando sea

con los motivos tristes

a cuestas.“