Cuando la pobreza energética acecha

R. Travesí/Ical

Cruz Roja ayudó a pagar a la población 728 facturas de suministros en el ámbito doméstico en Castilla y León como electricidad, gas, gasoil, agua e incluso teléfono durante 2013. La suma de estos recibos supuso un desembolso económico de 87.235 euros, una cantidad que ayudó, sobre todo, a que personas residentes en la Comunidad Autónoma pudieran mantener su casa a temperaturas adecuadas durante el invierno.

Fuentes de la organización apuntan que el mayor número de “entregas”, tal y como se califican en el argot asistencial, se centró en recibos de luz y gas. Es decir, hubo más entregas que beneficiarios puesto que la entidad social pudo pagar más de un recibo a una familia, aunque la media estuvo en 120 euros, explicaron desde la entidad a Ical.

Más de la mitad de todo el dinero que Cruz Roja destinó al pago de facturas de hogares con necesidades el año pasado correspondió al suministro de electricidad (44.791 euros), seguido de los 33.151 euros para hacer frente a los gastos de gas y gasoil. Se completa con los 9.225 euros que sirvieron para sufragar recibos del agua y las dos facturas de teléfono.

Uno de cada tres euros que destinó Cruz Roja para paliar la pobreza energética fue a parar a la provincia de Burgos, donde la organización ayudó a pagar 210 emergencias, con un importe de 25.722 euros. En segundo lugar aparece León, con 24,8 por ciento (21.648 euros) y detrás Salamanca (14,4 por ciento con 12.629 euros) y Valladolid (13,4 por ciento con 11.696 euros).

En cuanto a las diferencias existentes en las ayudas por provincias, la coordinadora de Cruz Roja en Castilla y León, Eva Fernández, explica que los programas que lleva a cabo la entidad se complementan con los que prestan otras organizaciones y asociaciones. Todo depende del grado de penetración que exista en uno u otro lugar.

Más aún, afirma, con la puesta en marcha de la Red de Protección a las Familias afectadas por la crisis en la Comunidad, impulsada por la Junta de Castilla y León. Una red integral que permite el abordaje de todo tipo de emergencias sociales a causa de situaciones de extrema necesidad, con la colaboración de todas las instituciones del tercer sector. “Donde yo no puedo llegar que atiendan esa emergencia otros porque lo realmente importante es satisfacer la necesidad de una persona o familia, independientemente de quién presta esa ayuda”, asevera.

Pese al incremento de la partida reservada para la pobreza energética, el grueso del desembolso de Cruz Roja va destinado a cubrir las necesidades de alimentación y de vivienda. De ahí, la campaña puesta en marcha el año pasado de 'Ahora más que nunca' que se ha convertido, desde entonces, en un claro llamamiento para prestar ayuda a las personas en una situación extrema de vulnerabilidad, por los efectos de la crisis que azota el país. De forma puntual, la organización también reparte mantas y estufas entre sus usuarios con más necesidades.

Pobreza invisible

Frente a pobrezas más visibles como el hambre, hay otras más silenciosas pero igual de perjudiciales para la salud. Una situación a la que se llega ante la imposibilidad de una familia de mantener su casa en condiciones de climatización adecuadas o bien por la obligación de destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética. En una tierra como Castilla y León, la mayor preocupación llega con el invierno para tratar de mantener la temperatura entre los 18 y los 20 grados.

Miriam Chacón / ICAL La coordinadora regional de Cruz Roja, Eva Fernández

Cruz Roja calcula que más del 30 por ciento de las familias que atiende la organización en la Comunidad sufre pobreza energética Es un porcentaje similar a la media nacional, aunque Fernández asegura que es imposible llegar a todas las peticiones para el pago de facturas, aunque priorizan los hogares desfavorecidos donde hay niños y personas mayores.

Son ayudas puntuales para ayudar a una determinada familia a sobreponerse a una ayuda de emergencia porque los expertos recomiendan evitar la cronificación de estos pagos y tratar de buscar alternativas para que estas personas consigan ingresos por otra vía. De ahí el “abordaje integral” que lleva a cabo Cruz Roja con cada usuario, que va más allá de la actividad más asistencial.

Eso se logra con una evaluación de cada situación y con el posterior acompañamiento en los programas de empleo, ya sea facilitando la búsqueda de un trabajo o bien con cursos de formación. Pero también ha habido una reorientación de algunos servicios para prestar una ayuda anímica a personas que llevan años sin un empleo y, lo que es peor, sin esperanza de que la situación mejore a corto plazo.

La responsable de la entidad en Castilla y León reconoce que las ayudas para hacer frente al pago de las facturas de energía son las que más han aumentado en los últimos meses, junto al de la vivienda. “Cada vez hay más demanda por parte de la población porque cuando una familia hace cuentas para llegar a final de mes, uno de los primeros recortes tiene que ver con el tema de suministros y de calefacción”, manifiesta.

La demanda de ayuda para hacer frente al pago de facturas, sobre todo de calefacción, se incrementa ahora con la dureza de los meses de invierno por la climatología adversa que padece la Comunidad Autónoma. Pero Fernández afirma que a lo largo del año se suceden las peticiones para la electricidad, el gas para cocinar o, incluso, el agua.

El frío y la humedad permanentes en un hogar pueden desencadenar serios problemas respiratorios como asma o bronquitis, y causar enfermedades cardiorespiratorias. El Observatorio Español de la Sostenibilidad (OSE), un organismo financiado por el Estado y formado por científicos de universidades españolas, calcula que la pobreza energética provoca entre 2.300 y 9.300 muertes prematuras cada invierno en el conjunto del país.

Hay más datos que dan idea de los efectos de la crisis, con un efecto claro en el consumo energético. Una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), con datos correspondientes a 2012, recoge que la pobreza energética afecta al 7,5 por ciento de los hogares de Castilla y León, lo que se traduce en que 73.275 familias reconocían que no podían mantener su vivienda con una temperatura adecuada.

Cambio de perfil

Fernández destaca el cambio de perfil del usuario que atiende Cruz Roja. Frente a la ayuda que se venía prestando a los colectivos vulnerables, en exclusión e inmigrantes la crisis ha dado un vuelco a la atención con solicitantes que, antes de la recesión, tenían una vida normal al contar con un empleo.

“Ha habido una brecha evidente porque ahora llegan personas que nunca habían tenido necesidad de acudir a los servicios sociales de base o a una organización como Cruz Roja para pedir ayuda, trabajo, alimentos o libros para sus hijos”, declara la coordinadora regional.

Frente a esta situación de penuria, muestra su satisfacción con la “solidaridad” que demuestra la ciudadanía con la crisis. “Si llegamos más lejos es por la confianza de la gente que se ha incrementado en estos momentos y la sociedad civil muestra su mejor cara para ayudar a los más necesitados”, apunta. En el caso de Cruz Roja, se ha notado con el incremento de las donaciones u ofreciéndose para colaborar como voluntario.