El pequeño embalse de León que puede visitarse seco por primera vez en años

El embalse de Selga de Ordás, uno de los más pequeños de la provincia de León y habitualmente lleno durante la mayor parte del año, luce estos días una imagen sorprendente: una amplia extensión de tierra amarilla, de seca, y apenas un hilo de agua serpenteando por el fondo del vaso, en algunas zonas helada por el frío. El vaciado progresivo de las últimas semanas ha dejado una estampa inusual y nueva para muchos vecinos.

Situado entre Rioseco de Ordás y La Magdalena, este pequeño embalse —que entró en funcionamiento en 1963 y al que se añadió un salto hidroeléctrico en 2004— tiene una superficie de 75 hectáreas y una capacidad de 2,35 hectómetros cúbicos, lo que lo convierte en uno de los de menor tamaño de la provincia. Según apuntan desde la zona, el vaciado responde a la necesidad de acometer trabajos de reparación en parte de sus canales, lo que ha obligado a reducir su nivel hasta casi dejarlo seco.

Selga de Ordás es un punto destacado para los aficionados a la ornitología, como zona de avistamiento de aves. Las fotografías remitidas por Juan Luis Hernansanz reflejan tanto la evolución del vaciado como la presencia de varias especies que se han reunido en la zona este otoño, a pesar de que el nivel del agua del embalse ha ido bajando considerablemente hasta prácticamente desaparecer.

No es habitual ver pantanos tan secos en León, y menos uno tan visible como Selga de Ordás, que actúa como embalse de regulación de los ríos Porma y Luna y como contraembalse del Pantano de Luna. Por todo ello, la imagen actual ha despertado la curiosidad de vecinos y visitantes, que estos días se acercan a contemplar una estampa que, rara vez se repetirá.

Evolución del nivel del agua en el embalse, y avistamiento de aves, en las últimas semanas