La 'palra d'El Rebollal'

Sergio Fuentes Sánchez / ICAL

El Rebollar es una comarca salmantina formada por cinco municipios: El Payo, Navasfrías, Villasrubias, Peñaparda y Robleda. Es precisamente este último pueblo el que está considerado como el corazón de esta comarca que conserva un habla distinto al de la provincia: El rebollano o la 'palra d'El Rebollal'. Cualquiera que visite Robleda podrá comprobar que sus calles están identificadas con dos denominaciones, la castellana y la local.

Un dialecto que conserva las características de la lengua asturleonesa que se asentó aquí durante la repoblación de la zona allá por los siglos XII y XIII, en un momento de expansión del reino leonés con los reyes Fernando II y Alfonso IX. Este territorio marcado por la Sierra de Gata limita al norte con la Tierra de Guinaldo, al oeste con Portugal, al este con el Campo de Agadones y Cáceres y al sur con Extremadura. El entorno forma parte del Espacio Natural de El Rebollar, cuyo nombre se debe a la abundancia de bosques de robles rebollo y, a su vez, enlaza con la Reserva Natural de la Sierra de la Malcata en Portugal.

En la actualidad, esta comarca sufre una pérdida de población muy importante, las estadísticas demuestran que tres de cada cuatro habitantes desaparecieron desde los años 50, una coyuntura que la convirtió en una de las zonas más despobladas y envejecida de Castilla y León. Algo que indudablemente afectó a uno de los dialectos salmantinos que aún persisten. Hoy por hoy, sólo alrededor de 2.500 personas conservan esta lengua, entre las que destacan muchos de los emigrantes que marcharon en grupo y trasladaron esta lengua a diferentes municipio europeos, como al parisino de Pontault Combault.

Uno de los más importantes estudiosos de este dialecto es Ángel Iglesias Ovejero, profesor de Literatura y Lengua Hispánica en la Universidad de Orleans en Estados Unidos y natural de Robleda. Autor del libro 'El habla del Rebollar', desgrana que hay rasgos diferenciales suficientes para definir este habla rebollana como un subdialecto históricamente leonés. Eso sí, con diferencias claras entre el dialecto portugués del oeste, la modalidad castellana al norte y las hablas extremeñas al sur y al este del territorio.

Iglesias destaca en su libro que este subdialecto leonés se enriqueció con numerosos lusismos y con arcaísmos castellanos, así como con vulgarismos más generales de la zona. Y en todo ello hay que ver probablemente el efecto de causas históricas comunes a estos pueblos de la raya hispano-portuguesa, suscribe. Para el filólogo, esta mezcla lingüística es consecuencia de la condición fronteriza y de la influencia mozárabe y las sucesivas repoblaciones de diversa procedencia sobre todo astur-leonesa y gallego-portuguesa.

El tamborilero por afición y etnógrafo por devoción, José Benito Mateos Pascual, hijo de peñapardina y de villarubiense, aunque nacido en Madrid, es uno de los mayores defensores de esta lengua. Asegura que sería una tragedia cultural que se perdiese, ya “que cada lengua es una manera particular de ver el mundo”. A la pregunta de cómo ve el mundo en rebollano, responde: “muy bonito”.

Defensor de su “lengua materna”, coincide con el profesor Iglesias en que la clave de su conservación fue el aislamiento de la zona, “es una tierra que casi no pilla de camino a ninguna parte”, matiza. Asegura que ya en 1161 se habla esta peculiar adaptación del leonés como la demuestran los documentos de creación de la Diócesis de Ciudad Rodrigo o los documentos de cesión de Villasrubias a diferentes órdenes militares defensoras de la frontera.

José Vicente / ICAL El rebollano, un dialecto leonés que se habla en Salamanca. Los letreros de las calles en la localidad de Robleda (Salamanca) están escritos en rebollano y en español

Como características generales desmenuza que este dialecto modifica el final de las palabras acabadas en 'o' por 'u', y así, perro se convierte en 'perru' y gato en 'gatu'. Asi mismo la 'e' final se modifica por 'i' haciendo de puente, 'puenti' y de calle, 'calli'. En los verbos la 'r' final muta en 'l', de este modo cantar pasa a ser 'cantal'. Afirma este estudioso que el nombre de la comarca 'El rebollal' y su árbol identitario, el roble hacen que se hayan creado muchas palabras relacionadas, tales como 'verdión', 'tallarico' o 'barda'.

Dentro de su área geográfica también se encuentran subdialectos del leonés; la variedad altoextremeña del 'mañego' en la frontera sur de El Rebollar que estaría formada por los pueblos cacereños de Valverde del Fresno, Eljas, San Martín de Trevejo, Acebo, Hoyos, Perales del Puerto, Gata, Cadalso, Descargamaría, o Robledillo de Gata. Y también en pueblos portugueses limítrofes con la comarca salmantina como Lageosa, Patatucos, Forcalhos, Aldeia do Bispo o Foios se puede escuchar lo que allí denominan la 'fala'.