Marina Pollán: “Aún no podemos saber si la vacuna del coronavirus servirá para las siguientes oleadas que puedan venir”

El pasado 13 de mayo se contestó a una pregunta que todos los españoles se hacían. ¿Cuánta gente habría infectado el coronavirus en España? El resultado fue una media –decepcionante para muchos y alarmante para otros–, de tan sólo un cinco por ciento (unos 2,35 millones). Con lo que se descartaba una defensa por inmunidad de grupo pese a que otros estudios estadísticos, como el del Imperial London College, apuntaban que podrían haber sido hasta siete millones (un 15%).

Los datos rigurosos –ese cinco por ciento que sí vaticinó este otro estudio estadístico con algo de más acierto– se conocieron gracias a que el Gobierno de España ordenó realizar un Estudio de Seroprevalencia del coronavirus SARS-CoV-2, el que causa la enfermedad Covid-19. Un trabajo que se inició el 27 de abril y que fue diseñado el Centro Nacional de Epidemiología de España del Instituto de Salud Carlos III (IscIII).

En la provincia de León, los datos indicaron que la prevalencia del coronavirus era de un 7%, dos puntos por encima de la media nacional; mientras que en la comunidad autónoma de Castilla y León fue de un 7,2%. Los datos totales indican que casi uno de cada cinco contagiados (18,6%) de toda la autonomía eran de la provincia leonesa y casi el cuarenta por ciento de la Región del Reino de León.

La directora de este centro, y coordinadora del Estudio de Sero-Epidemiología (que es como se denomina técnicamente y que se puede consultar aquí) es Marina Pollán Santamaría (1960), leonesa militante de La Bañeza; aunque viva en Madrid. Licenciada en Medicina por la Universidad de Salamanca (1984) comenzó su carrera profesional como residente MIR en Medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital Universitario Ramón y Cajal en 1988 y entró en el Instituto de Salud del Carlos III en 1990.

De familia de científicos –ya que es la hermana del tristemente fallecido hace cinco años Tomás Pollán, un admirado físico de la Universidad de Zaragoza que fue el inventor de la cocina de inducción–, trabaja desde ese año en Epidemiología del cáncer en el centro nacional de esta disciplina (del que actualmente es directora), llevando la dirección del Servicio de Epidemiología del Cáncer, perteneciente al área de Epidemiología Ambiental y Cáncer, desde el año 2000. Doctorada con premio extraordinario en la Universidad Autónoma de Madrid en 2001 con la tesis 'Ocupación,exposición ocupacional a radiaciones electromagnéticas y cáncer de mama', ha contribuido a la redacción de 58 publicaciones científicas internacionales y 28 españolas.

Científica leonesa con gran capacidad de divulgación

Pollán es una científíca que es de esas que cualquier periodista considera una joya, por su forma amistosa y sencilla de hablar y explicar las cosas difíciles para que las entienda todo el mundo –como se puede comprobar escuchando esta entrevista de Juan Ramón Lucas en La Brújula de Onda Cero del mismo 13 de mayo– que, además de esa notable capacidad de divulgación, posee un vasto currículum investigador que la sitúa entre las mejores de España.

Además forma parte, entre otros, de comités de expertos como el de Investigación y Tecnología Agraria de la Consejería de Agricultura de Castilla y León (Itacyl), el de asesoramiento del Ministerio de Sanidad en materia de campos electromagnéticos, o el que estudiaba y siguió los efectos sobre la salud del vertido del malhadado buque 'Prestige' cuyo chapapote inundó las playas gallegas. Es, por supuesto, miembro de la Junta de la Sociedad Española de Epidemiología.

Es un estudio en que a un conjunto de personas en la población se le invita a participar y se les llama para analizar si tienen anticuerpos, que son las defensas que nuestro cuerpo produce de forma natural frente a un determinado agente infeccioso, en este caso es el virus que produce la Covid-19, el coronavirus, que se llama científicamente SARS-CoV-2

Pollán Santamaría conversa con ILEÓN.com respondiendo a preguntas sobre cómo se realizó el estudio de seroprevalencia y cómo se continúa haciendo, ya que tendrá dos fases más (la segunda acaba de terminar este mismo viernes y se sabrán sus resultados la proxima semana). Asimismo, da consejos para que la gente se proteja bien avisando de los peligros de usar mal las mascarillas y los guantes; y explica cómo están de avanzadas las investigaciones de las vacunas y de los antivirales.

También responde a qué va a ocurrir en el futuro con la supuesta segunda onda contagiosa que muchos científicos estiman que no podrá evitarse (aunque hay gran incertidumbre sobre ello), y si este coronavirus se parecerá a la gripe y la primera vacuna servirá... o no. Finalmente deja claro su apoyo “al difícil trabajo” de Fernando Simón y reclama la necesidad de inversión para la investigación en España, para que no nos vuelva a 'pillar' una pandemia con unos equipos a los que la crisis de hace diez años “hizo estragos”.

Marina Pollán, que asegura que adora León y que tiene pensado venirse aquí cuando termine su carrera profesional –o al menos lo desea en esta entrevista–, también aprovechó para “dar las gracias a todos participantes de la provincia de León y a animarles a que sigan haciéndolo, porque es muy importante para el estudio”. Unos resultados, los de la primera fase, que desgrana así.

— Dirigir un estudio de estas características para mostrar a la gente lo que ha pasado con la pandemia del coronavirus en España debe ser algo muy importante.

— Sí. Sí es importante. Nos está costando mucho esfuerzo a muchas personas pero estamos muy satisfechos sobre todo de la respuesta de la gente con tasas de participación muy altas y aprovecho para agradecérselo a todos los participantes de mi tierra.

— ¿Cuánta gente ha podido participar en León?

— En cada sección censal participan 24 hogares. De León tuvimos como 21 secciones censales. Multiplicado por 24 hogares y número de personas que estén en ese hogar, pues eso sería la cifra [nota: el estudio afirma que fueron 884 personas las que participaron en la provincia de León].

— ¿Qué es un estudio de seroprevalencia? ¿Cómo se ha realizado éste de España?

— Es un estudio en que a un conjunto de personas en la población se le invita a participar y se les llama para analizar si tienen anticuerpos, que son las defensas que nuestro cuerpo produce de forma natural frente a un determinado agente infeccioso, en este caso es el virus que produce la Covid-19, el coronavirus, que se llama científicamente SARS-CoV-2. Pero éste no es un estudio de seroprevalencia cualquiera. Podemos sacar pecho ya que al final lo hemos llamado como un estudio seroepidemiológico porque además de de tener los datos de seroprevalencia estamos complementándo la información que sacamos del título de anticuerpos con información epidemiológica de las personas que participan. Es decir, para saber, aparte de su edad, las condiciones demográficas, si han tenido síntomas compatibles con Covid-19 y alguno de los factores de riesgo. Y nuestro estudio también es de interés porque es de base poblacional. Lo que significa es que, ayudados por el Instituto Nacional de Estadística, lo que hemos hecho es una muestra representativa del conjunto de España para que nos de datos fiables con una desagregación suficiente a nivel provincial. Y luego también es especial en el sentido de que si sólo fuera esta parte de la que hemos informado en rueda de prensa, ésta nos da una foto fija de cuál es la situación inmunitaria en este momento de la población; pero lo que se va a hacer es realizar tres rondas, ésta y otras dos más. La segunda, de hecho, ya ha empezado [nota: este 18 de mayo] y seguro que hay personas de mi tierra que ya han sido llamadas. Lo que vamos a hacer es repetir esta foto tres veces para ver cómo evoluciona la epidemia, porque estamos en un momento en que es muy interesante no sólo saber cómo estamos sino saber cómo evolucionamos ahora que las fases van cambiando y la movilidad va aumentando. Este tipo de información nos puede dar una idea de la circulación del virus.

— ¿Es una especie de panel o una muestra dinámica?

— Es la misma muestra. Las mismas personas. Los epidemiólogos a ésto le llamamos un estudio longitudinal, una cohorte. Es decir, las personas que han sido seleccionadas y dicen que sí, obviamente, porque es voluntario, son invitadas a repetir las mismas durante tres veces. ¿Por qué son las mismas personas y no otras? Pues porque así vemos cómo cambia en la misma persona a lo largo del tiempo la situación. Por ejemplo, si ahora mismo un determinado participante tiene anticuerpos saber si a las tres semanas y a las seis sigue teniéndolos. Esto es una información muy valiosa sobre cuánto dura la inmunidad de un virus que es nuevo y del que conocemos muy pocas cosas.

— Hasta el punto de que podría llegar a desaparecer la inmunidad. ¿O no?

— No se sabe. No se sabe tampoco. Hay algunos estudios que se han hecho, en China obviamente, alguna cohorte pequeñita en Estados Unidos que se ha publicado estos días... pero son muy pequeños y a veces de enfermos muy seleccionados. En general estudian personas que han tenido síntomas muy graves y es muy importante saber cómo se mantiene esta inmunidad en población general; que al final es lo que nos interesa para saber cómo nos podremos enfrentar a la nueva oleada del virus si es que vuelve a aparecer.

— ¿Puede que el estudio que está coordinando en España sea ahora mismo el de seroprevalencia más grande de todo el planeta?

— Hay diseñados otros. Ahora sabemos que empiezan estudios más grandes que el nuestro. Estados Unidos parece ser que tiene programado hacer uno mucho más grande. Hay que tener en cuenta que los Estados Unidos de América es un país mucho más grande que España, aunque en comparación estadística sí podríamos decir que el nuestro es más grande, pero en número de encuestados será menor. También sabemos que Italia va a hacer un estudio más grande que el nuestro, que todavía no lo han realizado, y también tienen un tamaño mayor que nosotros. De momento y hasta donde tenemos noticia, con datos ya publicados o comentados en prensa, nuestro estudio es el más grande. Pero lo más interesante para nosotros no es que sea muy grande, lo importante es que sea representativo de la población; si tenemos un estudio muy grande pero la participación está sesgada o no se seleccionan las personas que representen al total de la población, pues entonces por muy grande que sea el estudio no sería bueno.

— Este estudio tiene una 'arquitectura' especial porque está realizado colaborando con el INE, con sus estadísticas. ¿Podría servir para otro tipo de macroestudios sanitarios de otro tipo en España o se queda aquí?

— De momento el estudio nació para Covid-19 y las personas que han decidido participar lo han hecho en estas condiciones. Todos los estudios han pasado por el comité de Ética y el INE lo único que nos ha ayudado es en seleccionar los domicilios y facilitarnos el contacto de estas personas. El diseño es nuestro, del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (el IscIII) donde yo trabajo. En el Ministerio de Sanidad se ha puesto en marcha una plataforma tecnológica para poder realizar el trabajo de campo e ir introduciendo todos los datos de todas las personas de los sistemas de salud de todas las comunidades autónomas, que son los que están realizando realmente el trabajo 'in situ' en cada una de las provincias. ¿Este estudio se podría aprovechar? Pues ya nos gustaría, pero para hacer cosas diferentes con las cohortes que están participando ahora tendríamos que solicitar de nuevo el consentimiento informado de estas personas; tendríamos que decirles qué queremos hacer y ellas deberían aprobar, o no, otros objetivos que no estén relacionados con el estudio actual.

“Es un estudio complejo con más de sesenta mil participantes”

La epidemióloga leonesa del Carlos III continúa contando cómo se ha llevado a cabo el estudio, con una coordinación importante entre las comunidades autónomas y varios centros de investigación estatales. Agradece el trabajo de “muchísima gente” para llevarlo a cabo, sobre todo porque las encuestas se han de repetir hasta en tres ocasiones. Y se congratula de que haya habido “un altísimo nivel de participación por parte de los ciudadanos”.

— ¿Las comunidades autónomas han colaborado bien en el estudio de seroprevalencia?

— Sí, sí. Este estudio es muy complejo; con más de sesenta mil participantes ya se pueden hacer a una idea. Desde el Instituto de Salud Carlos III, el Centro Nacional de Epidemiología que yo dirijo, se hizo el diseño y mi mismo instituto y la Escuela Nacional de Sanidad han puesto en marcha una plataforma para formar a todo el personal que participa en el estudio; el Centro Nacional de Microbiología es el que ha elegido los test, las pruebas que estamos utilizando para determinar anticuerpos, el Ministerio ha puesto la plataforma tecnológica que estaba comentando; y luego el Consejo Interterritorial, que es el organismo en que están representandos todos los sistemas de salud de todas las comunidades autónomas, aprobó el estudio y se hizo cargo en cada autonomía de su ejecución para que sea el propio sistema sanitario el que avise a estas personas para tomarles la información, hacerles los tests y darles los resultados. Esto se puede hacer porque uno de los test se hace 'in situ', así la información se le da al participante a los diez minutos de tomar una gotita de sangre del dedo. Y la otra prueba es de laboratorio que requiere análisis en laboratorio centralizado. Si alguien quiere saber ese resultado se lo facilitarán los profesionales sanitarios de su comunidad con sólo pedirlo. Por eso quiero dejar claro que participan muchas personas y aunque ahora yo esté en esta entrevista y asuma la coordinación científica es un trabajo de todos.

¿Respecto a la mascarilla y los guantes? Pues tienen su utilidad, pero hay que tener en cuenta que si la tocas por dentro puede no protegerte. O sea, puede dar una sensación de falsa protección. Mascarilla sí, pero hay que tener en cuenta cóo usarla. Lo mismo ocurre con los guantes

— ¿Si son sesenta mil ciudadanos participando, entonces cuántos profesionales sanitarios están implicados? Será un número enorme.

— Mucha gente. Tenemos una plataforma para cada centro de salud, pero es cada comunidad autónoma la que ha decidido organizar el trabajo de camposegún su situación y según la manera en que consideraba que podía ser más eficaz. En la mayor parte de los casos han sido los departamentos de Atención Primaria los que están realizando el trabajo en los centros de salud cercanos a los distritos que han sido seleccionados. Aunque hay diferencias entre unas comunidades y otras, tenemos más de dos mil centros de salud implicados, con muchos profesionales, aunque no podría decir cuantos en cada uno; pero muchos, muchos profesionales.

— ¿Cómo se espera que sea la evolución de la Covid-19 en las siguientes oleadas? ¿Va a aumentar mucho o el confinamiento va a cortar su expansión?

— Bueno, hemos estado confinados; pero ahora estamos un poquito más desconfinados. Si la inmunidad, es decir... si las personas que presentaban anticuerpos en la ronda primera mantienen estos niveles de anticuerpos, lógicamente lo que esperaremos es que en las siguientes rondas nos encontremos cifras de prevalencia más alta. Pero ésto no lo sabemos seguro, porque si no no hubiéramos hecho otras oleadas, porque si estuviéramos seguros de que la inmunidad permanece con una única ronda pues tal vez sería suficiente.

En este momento de la entrevista, la científica leonesa se para y corrije: “Bueno, no. Yo misma me voy a contradecir. No sería suficiente porque si el virus sigue circulando habría nuevas infecciones y por lo tanto nuevas personas que generan inmunidad”.

Hemos estado confinados; pero ahora estamos un poquito más desconfinados. Si la inmunidad, es decir... si las personas que presentaban anticuerpos en la ronda primera mantienen estos niveles de anticuerpos, lógicamente lo que esperaremos es que en las siguientes rondas nos encontremos cifras de prevalencia más alta

— O sea, que vamos a poder detectar cómo se comporta el virus en estas dos oleadas siguientes. ¿Cuándo terminaría la segunda ola y la tercera entonces?

— Pues la segunda oleada empezó el día dieciocho y terminó este viernes 29 [nota: la entrevista se realizó el 19 de mayo, pero la presión de la actualidad informativa del coronavirus ha retrasado su transcripción]. Luego hay una semana de descanso. Y la siguiente oleada empieza a la otra semana. Es decir, citamos a las personas con un mínimo de tiempo entre una visita y otra de 15 días y un promedio de tiempo de unos 21 días.

— ¿Cómo de fiables son los datos a nivel provincial? ¿Es una muestra adecuada?

— Está calculada precisamente para eso, para poder tener información a nivel provincial; no está diseñada para tener datos a nivel municipal. El máximo nivel de desagregación para el que está calculado el tamaño muestral es la provincia. Y de hecho pensamos desde el principio que tenía que ser así porque los datos de contagios que teníamos confirmados sabíamos ya que podíamos esperar que iba a haber grandes diferencias entre unas provincias y otras. Como ha mostrado el estudio. León tiene una situación intermedia, una prevalencia en este momento estimada de un siete por ciento y la media nacional es del cinco por ciento y con la información que tenemos y la alta tasa de participación podemos dar esta cifra con bastantes garantías.

— Sin embargo parece que un siete por ciento es un poco más alto que lo que es la media de España. ¿Por qué ha podido ser, por el envejecimiento o por la forma de vivir de los leoneses que estamos siempre en los bares? ¿Por qué tenemos más prevalencia si somos una provincia tan pequeña en población y tampoco es que tenga mucho movimiento económico?

— Ya. Cuando dije intermedia tengo que explicar que yo vivo en Madrid y la situación en Madrid ha sido pues muy dura. Tenemos una tasa del once por ciento y estamos rodeados de provincias que tienen tasas más altas, pero es verdad que si la media es el cinco, siete no está en el promedio, está un poquito alto. Respecto a lo que ha podido pasar no lo sabemos, de todas maneras una de las posibles hipótesis de la situación de las provincias periféricas es la circulación; parece como que el virus ha ido irradiando desde el centro, desde Madrid que ha tenido un impacto muy grande, hasta zonas de las provincias limítrofes y aledañas. Hay que tener en cuenta que en Madrid vivimos muchas personas que tenemos residencia o que venimos de otros lugares de España. Yo misma me considero leonesa, tengo casa en León y sabemos que en el momento del confinamiento, o antes, ha habido personas que han decidido marchar o visitar su pueblo, la zona de donde proceden. Y una parte de la mayor exposición de Castilla y León y en Castilla-La Mancha, siendo una hipótesis que no podemos probar, vendría precisamente de esta relación que tenemos muchos madrileños con estas dos comunidades autónomas.

“A mí de León me gusta todo, me siento muy leonesa”

En este momento de la entrevista, aprovechando la pregunta sobre sus vínculos con su tierra natal, Marina Pollán también indica cómo se ha de proteger la gente para evitar contagiarse, confesando sus dudas sobre el uso de mascarillas y guantes “porque cuando se usan mal se tiene una falsa sensación de seguridad y se corre el riesgo de contagiarse más fácilmente”.

Respecto a lo que ha podido pasar no lo sabemos, de todas maneras una de las posibles hipótesis de la situación de las provincias periféricas es la circulación; parece como que el virus ha ido irradiando desde el centro, desde Madrid que ha tenido un impacto muy grande, hasta zonas de las provincias limítrofes y aledañas

— ¿De León qué recuerda usted más? ¿Qué le gusta más?

— A mí de León me gusta todo. Me siento muy leonesa. Mis compañeros de trabajo me toman el pelo por eso; porque a veces cuando nos encontramos dos personas de León en Madrid suele ser motivo de reconocimiento, como que tenemos muchas cosas en común. De León capital, aunque yo soy de La Bañeza, me gusta mucho también la Catedral, los monumentos, el ambiente... me encanta el Barrio Húmedo. Me gusta mi tierra y siempre he pensado que cuando termine mi actividad laboral pues posiblemente me vaya a vivir a mi tierra.

— ¿Entonces a todos esos leoneses que tanto estima qué les aconseja a partir de ahora sobre lo que tienen que hacer para protegerse contra el coronavirus? ¿Mascarilla sí, mascarilla no? ¿Guantes sí, guantes no? ¿Qué es lo que hay que hacer?

— Lo primero es seguir las recomendaciones. Ésto es muy importante. Y son las de higiene personal, de lavarse las manos, de no tocarse la cara. Es difícil, pero es una costumbre que tendremos que aprender. Y también cumplir el distanciamiento social. ¿Respecto a la mascarilla y los guantes? Pues tienen su utilidad, sobre todo si eres infectante, sabes que hace poco que te han diagnosticado obviamente y tienes que estar confinado. Pero la mascarilla bien utilizada puede ser un medio de protección, pero hay que tener en cuenta que si la tocas por dentro puede no protegerte. O sea, puede dar una sensación de falsa protección. Mascarilla sí, pero hay que tener en cuenta cóo usarla. Lo mismo ocurre con los guantes. Puede que una persona use mascarilla y guantes pensando que ésto le protege de todo, y entonces no tiene que hacer nada más, y sin embargo puede estar ella misma contagiando la propia mascarilla. Hay que ser muy conscientes de ésto: el virus es bastante infectante, se transmite por las gotitas éstas y por contacto. Y si uno reflexiona sobre estas posibilidades de contacto se da cuenta de que la mascarilla efectivamente es un medio de protección, pero hay que mantener la mascarilla adecuadamente.

“No es realista pensar que vayamos a tener la vacuna disponible antes de un año”

La científica leonesa responde en esta parte de la conversación a las preguntas del millón. La vacuna, cuándo estará y si servirá para algo, porque todo el mundo sabe que las vacunas de la gripe suelen ser distintas cada año y el SARS-CoV-2 es 'familia' de este tipo de virus tan común “que lleva tanto tiempo entre nosotros”. Es realista sin tapujos, como corresponde a una investigadora rigurosa; pero reconoce que son todo hipótesis “porque sabemos muy poco de este microorganismo”.

— Tocan las preguntas de las que todo el mundo quiere respuesta: ¿Para cuándo tendremos una vacuna contra el coronavirus? ¿Y para cuándo antivirales?

— Realmente no soy yo la persona que tiene que contesar ésto, porque yo soy epidemióloga y no trabajo en el laboratorio; pero sé que se están haciendo muchos esfuerzos internacionales y también aquí en España. Hay grupos trabajando en la vacuna, los hemos visto todos en televisión y tengo el gusto de conocer a una de las personas que trabajan en este sentido, pero hay que ser realistas; aunque se pueda acelerar el proceso, poner en marcha –y esto aplica tanto a las vacunas como a un nuevo tratamiento que se esté desarrollando–, antes de poder aplicarlo a enfermos o a la población general para protegerla, el desarrollo de un nuevo medicamento y también una vacuna pasa por una serie de fases. Tiene que poder demostrar que realmente tiene la eficacia que dice tener, que no tiene efectos secundarios indeseables... y ésto es muy importante en el caso de las vacunas porque se aplican a población teóricamente sana. Entonces esto significa tiempo. Hay que hacer todos esos estudios y me consta que se está haciendo un esfuerzo internacional muy importante, pero todos los expertos a los que yo he escuchado dicen que no es realista pensar que vayamos a tener la vacuna disponible antes de un año.

— ¿Respecto a la frase “el coronavirus es parecido a la gripe”, qué va a pasar? Porque de la vacuna de la gripe sabemos que de un año a otro o es menos efectiva o no sirve, que es distinta. ¿Va a ser lo mismo con el coronavirus SARS-CoV-2 o no sabemos eso todavía?

— Pues es posible que ocurra, porque sabemos que este tipo de virus, el coronavirus pertenece efectivamente a la misma familia, son virus que son capaces de mutar. Es decir, cambian; un poquito. Entonces si cambia mucho la parte del virus que la vacuna reconoce, ésta pierde eficacia. Puede ser parcialmente eficaz o muy poco eficaz. Entonces por eso, en el caso de la gripe que es un virus que lleva con nosotros muchísimo tiempo, cada año se hace un estudio de cuáles son los tipos de virus gripales que están flotando en el ambiente, que son prevalentes en esa onda epidémica, y se utiliza la vacuna adecuada para esos tipos. Con el coronavirus SARS-CoV-2 es la primera onda que tenemos. No sabemos cómo se va a comportar, pero podría ocurrir una cosa así.

— O sea, que es probable que vaya a haber segunda ola.

— Pues no soy viróloga, no lo sé, pero es factible. Es posible. De hecho las medidas de protección que se están tomando, tanto a nivel nacional como internacional están asumiendo que la segunda onda puede volver. Yo lo que sí espero es que la segunda no sea tan virulenta y no produzca tantas muertes. La primera vez que un organismo infeccioso entra en contacto con una población susceptible pues pilla a la población sin ninguna defensa. La segunda oleada y la tercera ya tendrá un recuerdo en nuestro sistema inmunitario de haber tenido contacto con ese virus o con un virus parecido a ese. Y eso significa que la letalidad y la agresividad del virus pues esperamos que sea menor. Pero nadie lo sabe con seguridad realmente.

“Nos ha cambiado la vida de un día para otro; a veces me parece estar viviendo una película”

Las dos últimas preguntas de la entrevista son más personales, una sobre cómo ha vivido durante el estado de alarma de la pandemia Covid-19 (y lo extraño que le ha resultado todo como al resto de los españoles, y otra con tintes más profesionales, pero que le toca de lleno: cómo se han comportado sus compañeros científicos, qué opina de las críticas al portavoz del Gobierno científico Fernando Simón, y qué piensa de cómo han trabajado, y cómo está, la investigación española en la lucha contra el coronavirus.

— A estos momentos los podremos llamar 'los tiempos del coronavirus' y supongo que quedará para la Historia. ¿No tiene la sensación de vivir ahora en un mundo distópico de Ciencia Ficción?

A mí el coronavirus me ha cambiado mucho la vida. Yo ahora trabajo todos los días. No hay sábado ni domingo. Y el tema del confinamiento, no poder salir, no poder ver a los amigos. La relación en el trabajo incluso, con las mascarillas y el tener que mantener la distancia de seguridad. Nos ha cambiado la vida de un día para otro. Y sí, a mí a veces me parece estar viviendo una película que no es la realidad; porque claro, llevamos tantos años en otra realidad que esto resulta muy extraño

— Pues es verdad. A mí me ha cambiado mucho la vida. Yo ahora trabajo todos los días. No hay sábado ni domingo. Y el tema del confinamiento, no poder salir, no poder ver a los amigos. La relación en el trabajo incluso, con las mascarillas y el tener que mantener la distancia de seguridad. Nos ha cambiado la vida de un día para otro. Y sí, a mí a veces me parece estar viviendo una película que no es la realidad; porque claro, llevamos tantos años en otra realidad que esto resulta muy extraño. Pero si tenemos en cuenta lo que pasó con la gripe del siglo pasado [nota: hace justo cien años], que causó muchísimos estragos, y leyendo noticias de lo que era y supuso en aquel momento, pues uno se da cuenta de que, claro, nuestra vida tiene un espacio temporal muy limitado y no vivimos aquello. Desde luego nuestros padres no lo vivieron y a veces nuestros abuelos o bisabuelos no están aquí para contárnoslo; pero las ondas epidémicas de cierta envergadura no son nuevas. Lo que es nuevo en nuestra situación es que en el siglo XXI vivimos en una Sociedad globalizada donde podemos tener la información casi en tiempo real a través de la televisión y ésto no ocurría antes. Y también tenemos información de la investigación que se está haciendo, de los tratamientos que se están probando... estamos viviendo una onda epidémica, que no es la primera vez que sucede ni mucho menos en la historia de la humanidad, pero sí que con unas condiciones del siglo XXI que no se habían dado antes. ¿Y qué pasará después? Pues quién lo sabe. Yo creo que el coronavirus ha venido para decirnos que al final la vida es menos cierta de lo que pensamos siempre. Vivimos en una Sociedad relativamente desarrollada, y digo relativamente porque hay personas que lo están pasando muy mal, que parece que te levantas cada día y sabes lo que va a pasar... y en realidad la vida está hecha de mucha incertidumbre. Y este virus nos lo está recordando todos los días, yo creo.

— ¿Qué me puede decir una científica leonesa de sus colegas? ¿Cómo ha reaccionado la Ciencia ante esta pandemia y cómo ve el trabajo que está haciendo? ¿Y qué opina del trabajo de Fernando Simón a la hora de informar sobre lo que está pasando?

A la hora de criticar a Fernando Simón, cuando dicen que no vieron antes esta epidemia; porque no sé lo que le habrá pasado a otras personas pero cuando yo veía la situación en China no me imaginaba para nada que eso iba a venir aquí y que lo íbamos a vivir en primera persona; francamente, hay que tener en cuenta el nivel de incertidumbre que han manejado

— A Fernando Simón le conozco personalmente. Creo que está haciendo una gran labor desde su puesto en el Ministerio, donde tiene una tarea difícil en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias que él coordina reuniéndose con todas las comunidades autónomas para consensuar todas las medidas que se están tomando. Sé que ha sido muy contestado en los medios pero yo soy más cauta a la hora de criticar a Fernando Simón, lo que dicen que no vieran antes esta epidemia, porque no sé lo que le habrá pasado a otras personas pero cuando yo veía la situación en China no me imaginaba para nada que eso iba a venir aquí y que lo íbamos a vivir en primera persona. Francamente. Así que yo creo que a la hora de criticar a las personas que han tomado las decisiones hay que tener en cuenta el nivel de incertidumbre que han manejado. Hemos tenido con ocasión de otros coronavirus alertas de la Organización Mundial de la Salud que luego no llegaron a ser tan virulentas como parecía que eran. Es una situación muy difícil y a toro pasado es muy fácil ver que probablemente el confinamiento, que las medidas restrictivas, que anular los viajes o los vuelos con los países del Este que estaban teniendo casos pues hubieran sido medidas muy sensatas. Pero es muy fácil decirlo después. Y Fernando Simón no se dedica a la investigación. Respecto a los investigadores, no conozco obviamente a todos los grupos que están en ello, pero sí que tengo que decir que todas las personas que conozco, y desde luego las personas que se dedican al coronavirus tanto en mi centro como en el Instituto de Salud Carlos III y las universidades, etcétera, están intentando dar todo lo mejor que tienen. Otra cosa que también hay que tener en cuenta es que la investigación no se improvisa. Para tener buena investigación hay que tenerla dotada y bien alimentada de antes. Quiero decir que ahora contamos con el tejido investigador que hemos mantenido a lo largo del tiempo, la crisis hizo bastantes estragos y, como sabe todo el mundo, ha habido muy buenos investigadores en España qe se han tenido que ir; o gente muy bien formada que podía iniciar proyectos de investigación que se tuvieron que ir fuera. Entonces, creo que igual que todos hemos aprendido con este virus la importancia de mantener un buen sistema sanitario, un buen sistema público que es el que va a dar la cara y atender a los casos, pues también hay que tener en cuenta que para tener una buena investigación hay que tener un tejido investigador bien alimentado y engrasado, porque si no en una situación de crisis es imposible improvisarlo.