A las cuatro y cuarto de la tarde del miércoles, en el Centro de Salud de José Aguado en León hay dos consultas de Pediatría con sendas profesionales muy jóvenes y muy voluntariosas. Pero agobiadas. Porque fuera, en la sala de espera de la planta baja, se agolpan 14 niños y niñas en espera de un remedio a sus variadas dolencias. Ninguna se antoja grave. Fiebres altas, vómitos, dolores intensos de barriga, algún mal golpe...
Para acompañarlos y consolarlos, sobre todo madres y algún padre que otro. En total más de 30 personas contando a los adultos. Una de ellas acoge la cabeza de su pequeño, hecho un ovillo, sobre su regazo mientras le acaricia la nuca, como diciéndole “tranquilo, paciencia, pronto nos toca”. Otro se entretiene viendo dibujos en la pantalla el teléfono móvil, tumbado sobre el suelo de la amplia pero rebosante sala.
La mayoría han leído ya la noticia de que la Junta de Castilla y León, la administración con plenas competencias en Sanidad, pretende tomar una decisión drástica: suprimir los llamados Puntos de Atención Continuada (PAC), conocidos más como Urgencias Pediátricas. Son esas consultas vespertinas, como ésta del Centro de Salud de José Aguado, que a día de hoy atienden las dolencias infantiles para no tener que acudir a Urgencias en el área de Pediatría del Hospital de León, situado a las afueras de la capital leonesa.
Los Puntos de Atención Continuada están ahora ubicados aquí, en José Aguado, para todos los menores de 14 años de la capital leonesa, y hay otro en Pico Tuerto, en Ponferrada, para toda la capital berciana. Hay otros dos en la Comunidad, ambos en Valladolid: Pilarica o Arturo Eyries. Pero el consejero de Sanidad de la Junta, Antonio María Sáez Aguado (PP), tiene tan claro su cierre que argumenta que en ninguno se presta con “todas las garantías” la atención médica a los bebés y los chavales como en los hospitales.
El consejero cree que se usan en exceso y mal
De ahí el planteamiento, aún sin fecha, a modo de globo sonda, pero que considera que se implantará “pronto”, de que para cualquier emergencia médica de niños y niñas las familias tengan que acudir a un único punto: Urgencias en el Hospital de León o el del Bierzo. Lugares, defiende el consejero, donde existen triages previos de los pacientes, es decir, donde se clasifiquen en virtud de la gravedad de la dolencia, y con más medios para atender a las urgencias “auténticas”. Insinuando que algunas no lo son, se sobreentiende.
Por si cabe duda, Sáez Aguado afirma que son los propios pediatras de los PAC los que afirman que a sus consultas sólo van las familias con problemas menores y que, incluso, fomentan la “hiperfrecuentación”. O sea, que van demasiado y acuden innecesariamente, hablando en plata, exclusivamente por la comodidad de llevar a sus hijos enfermos a la consulta de mañana en sus respectivos centros de salud.
Unánime queja por la “ocurrencia”
Sí. Las madres y padres que esperan en la PAC de urgencias pediátricas de José Aguado conocen el anuncio de la medida. “Me lo comentó hoy mi madre”. “Lo leí ayer”. Y están que trinan por algo que tildan tanto de “locura” como de “ocurrencia”, palabra que se repite en todos los casos. Sin excepción, al menos en los consultados por iLeon.com.
Los motivos coinciden. Noemí Morán, junto a su pequeña con una dolorosa conjuntivitis, niega que acuda por capricho: “Si vengo es porque mi hija lo necesita, no podemos esperar a la consulta con su pediatra (del Centro de Salud de El Crucero), porque llamé ayer -por el martes- y me dieron cita para el lunes”, remarca. Es decir, seis días por delante.
No es el único caso. Al lunes también abocaban a la niña de Patricia, que la noche anterior alcanzó “los 40 de fiebre”, hasta el punto de que “iba a subir al Hospital, pero vine porque me dijeron que hoy había aquí menos gente”. Y está “encantada” con la atención y la inmediatez de estas urgencias pediátricas, porque “suelen ser muy rápidas” las doctoras.
Conciliación laboral y lejanía del Hospital
Los padres no acuden solo por el pequeño que está enfermo sino necesariamente con sus hermanos, cuando no tienen con quién dejarlos. Es el caso de Andrés, que sale de consulta en José Aguado de la mano de Olivia y Daniela. Pertenecen a este mismo centro de salud pero una consulta ordinaria se dilataría demasiado, admite, y además “subir al Hospital me resultaría casi imposible, con nuestro trabajo, cuando tenemos aquí una pediatra a cinco minutos caminando”. Como el resto, tiene claro que clausurar este Punto de Atención Continuada “sería un desastre”.
Nuria, otra madre, lo corrobora. También sale con dos pequeños y cree que estar abocados a ir con la dolencia de uno de ellos al Hospital de León “sería un atraso, como cuando yo era pequeña, décadas atrás, con esperas de horas y horas”. “Y, ¿qué hago yo en ese caso, sin coche, cojo a los críos en brazos, es que (los que deciden estas cosas) no tienen hijos, de verdad?”.
“Quieren acabar con el sistema”
Ella tiene claro que “el problema es muy sencillo, es fruto de los recortes, parece que quieren acabar con el sistema” cuando “lo único que tienen que hacer es contratar” más profesionales. “Mira, yo ya estuve el domingo tres horas, ayer -el martes- otras dos, me dicen que tengo que hacerle unas pruebas aquí mismo, y que cuando tengamos los resultados pida cita otra vez..., ¿de verdad?”, se lamenta amargamente.
Porque, como el resto, aunque asuman que no se trata de dolencias muy graves, son conscientes como padres de que abocarlo todo al Hospital conseguirá el efecto contrario al que la Junta dice perseguir, generando un “colapso” hospitalario, opina Noemí.
La visión de los colectivos de pediatras difiere. Lo explica en esta reciente entrevista en Onda Cero Mercedes Garrido, presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Castilla y León, uno de los tres colectivos profesionales en los que el consejero de Sanidad se ampara.
Una asociación lamenta que no se atienda por orden de gravedad
Para empezar, porque “este modelo sólo existe en Castilla y León” y “tras varios años” creen que se ha demostrado que estas urgencias pediátricas 'satélites' “no reducen las urgencias hospitalarias” sino que se “han convertido en consultas sobresaturadas sin una verdadera clasificación por gravedad”, ya que “sólo se atiende por orden de llegada”.
Es decir, son hoy a su entender “consultas sin cita previa” cuando “la patología normal” de los pequeños “debería ser vista por sus pediatras habituales para mejorar el seguimiento de esos niños”. Claro que como Noemí Morán recuerda, la cita con su pediatra “cuando la aplicación no falla, que falla mucho” suele darse a cinco días vista.
Pendientes del reloj
Otro detalle que afea Nuria como madre es lo estricto del horario de las consultas, que arracan a las tres de la tarde y que hasta hace dos años se mantenían hasta las diez de la noche, pero que ahora se limitan a las nueve. En puntísimo. “Ahora me ha ocurrido que a las ocho y media, que igual llevas esperando mucho, una hora o más, te dicen que ya no atienden, que subas al Hospital. Y vuelta a empezar”.
Sólo en una cosa coincide la pediatra Garrido con las familias que ven “con preocupación” la “ocurrencia” del cierre de los Puntos de Atención Continuada: que “hacen falta más pediatras, como más médicos de familia”. “Y mejores condiciones laborales”, añade. Aunque en tiempo de recortes y falta de profesionales, está por ver que la Junta tenga otro diagnóstico que no sea amputar, las urgencias pediátricas, en este caso.