La plaza de la Catedral de León acoge hasta el 7 de junio la muestra fotográfica 'Tierra de sueños' de Cristina García Rodero, que recoge 40 imágenes de la vida cotidiana de los habitantes de Anantapur, en el estado de Andhra Pradesh, una de las zonas más pobres de la India, donde viven las comunidades más marginales y vulnerables del país.
En la exposición, la autora se sumerge en el mundo de las mujeres “donde se funden la alegría y el sufrimiento de quienes encubren con color y apostura los claroscuros de su propia existencia”. La iniciativa forma parte del programa Arte en la calle, a través del cual la Fundación 'la Caixa“ quiere aproximar el arte a las personas fuera del marco habitual de museos y salas de exposiciones.
El alcalde de León, José Antonio Diez; la concejala de Cultura, Evelia Fernández; el director de Área de Negocio de CaixaBank en León, Jesús David García, y la delegada de la Fundación 'La Caixa' en Castilla y León, Rosana Cano, acompañaron a la autora y comisaria, Cristina García Rodero, en la apertura al público de la exposición.
Esta exposición es fruto del trabajo que desarrollan conjuntamente la Fundación 'La Caixa' y la Fundación Vicente Ferrer en la India para mejorar sustancialmente las condiciones de vida de los más vulnerables. Durante un mes y medio, García Rodero visitó hospitales, centros de acogida de mujeres víctimas de maltratos, talleres, escuelas y casas para conseguir retratos que dan voz a personas a menudo olvidadas como los más pequeños, discapacitados y, muy especialmente, las mujeres “que pasan de las manos del padre a las del marido”, reconoció la fotógrafa.
Madres, campesinas, costureras, novias de distintas confesiones, profesoras, enfermeras y estudiantes tienen un papel destacado en este proyecto, que representa uno de los principales motores de la transformación de las comunidades de Anantapur.
“La muestra ahonda en lo más sensible y mágico del mundo femenino y en la fuerza y la capacidad de superación de las mujeres de Anantapur”, señalan los organizadores y añaden que la fotógrafa se ha acercado a ellas “con un respeto reverencial. Obstinada y desmedida, Cristina García Rodero ha sabido sumergirse en ese mundo, fundirse en la alegría y sufrimiento de quienes encubren con color y apostura los claroscuros de su propia existencia”.