El dogal férreo

Máximo Soto Calvo

El alcalde, Gutiérrez, que como tal parece ejercer en la capital, y su equipo de ediles, enfrascados en la administración de su ámbito competencial, con más altibajos que otra cosa, parecen estar siempre esperando el toque de corneta de sus superiores en el partido. Con el tema del tren, o mejor de las vías, de la estación y del AVE, de sus actuaciones se desprende que no saben bien qué ciudad queremos los leoneses, y así, sin criterio firme demostrable, escuchan a sus mandos, y acatan, o cuando más elevan un tímida respuesta, o mascullan temerosos: “somos la Cuna de Parlamentarismo”, por que está de moda.

Si tienen alguna preferencia, más allá de estar a lo que les manden, lo disimulan muy bien a tenor de lo que han tragado con las vías del hermano menor, el “Hullero”, que estuvieron a punto de admitir, que ni el tren, ni el tran, o algo similar a un tranvía, llegara a “su estación” de siempre, sustituida por un apeadero en Nava o alrededores.

La estación del Norte, ésa que aún permanece en pie, pero sus vías no tienen actividad, es un espacio urbano muerto, pues, un fondo de saco adyacente la ha sustituido. Es el pago a la supresión del paso a nivel del Crucero. A ellos no atribuible ni una cosa ni otra, pero sí de una espera inacabable, sin ideas firmes, y compatibles con un modelo de ciudad. El corregidor presume de no ser un pedigüeño, y sí de saber aportar, ¿pero qué es lo que aporta, a no ser un trágala servil?

Según su posicionamiento, el Oeste de la capital, seguirá teniendo una barrera, eso sí ni de colores, ni levadiza: férrea y de paralelo entramado que ya no se va suprimir mediante soterramiento. Aquí, en León, se admite todo. Cierto que se está en una coyuntura económica mala, o peor que mala, pero si tuvieran claras las ideas de hacia dónde debe ir el asentamiento o la expansión de la capital y su entorno metropolitano, primero nos lo comunicarían a los ciudadanos para ratificarlo, ¿o no vivimos en democracia, eligiendo el pueblo? Y después allá, en los nichos del gobierno central, se jugarían bien las bazas, no pasando por cualquier cosa que se aparte de aquello que más nos convenga, aun cuando haya que ir recibiéndolo por entregas, pero bien planteadas, dada la coyuntura poco favorable, pero que lo debe ser para todos, no sólo para los leoneses.

¿Qué es eso de un apeadero?, suena a insulto o a desprestigio para la “capital Cuna del Parlamentarismo”. Hablamos de León, el que acogió la 7ª Zona de RENFE, tenía categoría técnica en ferrocarriles para el Noroeste, Talleres importantes de material móvil, y nos lo llevaron, y no importa que al hacerlo no tuviera el mismo nombre y las mismas competencias, lo cierto fue que nos degradaron.

Con el tema AVE, que siempre, pensando en su paso hacia Asturias, nos pareció ineludible su llegada, pronto iríamos viendo que la cosa no iba a pintar bien. Valladolid, donde está el centro del poder del ente autonómico “ése que habla por nosotros”, los políticos de aquí se callan y los ciudadanos leoneses no pintamos nada, consiguió que hasta allí llegara, bloqueando en ese momento que alcanzara a León. Cosa que, en una comunidad donde lo que procede es compartir, no debió aceptarse nunca. Pero claro el que va delante “es el primero”, llega a mesa puesta y para los que vamos en cola, las migajas... del ALVIA y el saco.

Cuando se desempolvó el trazado férreo del AVE hacia León, en tiempo de la presidencia del Gobierno Central, de nuestro paisano Rodríguez Zapatero, haciendo justicia y “como premio” se pensó en ubicar en nuestra capital el Centro de Control Logístico del AVE, para una zona de influencia similar a la de aquella Séptima Zona, salvando distancias, incorporando nuevas tecnologías, y conservando, o mejor aumentando oportunidad estratégica operativa.

Y se hizo un edificio para acogerlo. Y ahí está, pero sin control, ahora dicen que van a montar oficinas de ADIF. Ya no hay soterramiento de vías, ni se construirá la gran estación de la que se habló. Los Ayuntamientos de León y de San Andrés se pelean porque el regidor de la capital, y su equipo, léase Granizo, por ejemplo, a medias palabras parecen pasar porque nos construyan un apeadero, y en San Andrés se quejan de no beneficiarse en nada y Alaf, tiene proposiciones muy interesantes.

De sus viajes a Madrid, ahora sabemos por los medios, que les propusieron un apeadero, ubicando los posibles lugares en Los Juncales a 1,2 kilómetros del fondo de saco, o en la proximidad de la Vidriera, algo más distante, 4,5 Km. que conllevaría el uso de lanzaderas, para el servicio del AVE. Aceptable tan sólo como transitorio, y con un claro futuro. Que tiendan la vista hacia otras obras férreas en construcción, donde no admiten componendas, los proyectos siguen o se mejoran y aquí se degradan y simplemente tratan de dotarnos de un lejano apeadero.

Acabada la especulación del suelo que se iba a liberar en el Oeste, ya no somos negocio para nadie, y se deja en calma la zona, y sin saber urbanísticamente cual es el futuro, o el mejor destino que a ella, a las vías y al tren se debe dar. Así las cosas nos bajaremos del tren y ofreceremos a nuestros visitantes un apeadero; éxito que colocaremos en el haber del equipo municipal, quienes ya usan como sus jefes el latiguillo de “ la herencia recibida”.