La Diputación de León no encuentra jefes para dirigir a los bomberos que protejan a los pueblos

No hay 'patrones' ni capitanes y el barco navega, aunque a duras penas. Nadie quiere o puede puede pilotar uno de los más importantes cruceros en los que se ha embarcado, con casi 25 años años de retraso, la Diputación de León: la extinción de incendios en los pueblos de la provincia de León.

Hace escasos días, el área de Recursos Humanos ha tenido que admitir vía decreto de la Presidencia de la institución provincial que no hay más remedio que declarar desiertos los tres procesos que se habían puesto en marcha, con carácter de urgencia, para elegir a nuevos jefes del Servicio de Extinción de Incendios Urbanos, Salvamento y Emergencias (Sepeis). En unos casos, por falta de aspirantes. En otros, porque los pocos presentados no cumplen con los requisitos.

Se trata de unos procesos que urgían desde que a finales del pasado año 2023 el servicio se quedara sin un mando al frente, a pesar de ser un servicio vital para la seguridad de los pueblos leoneses, la mayor parte de ellos peligrosamente aislados de los parques de bomberos de las ciudades de León y Ponferrada. La persona que había sido designada en 2022, Pablo Bailón, había decidido el 31 de diciembre retornar a su destino de Cuenca después de apenas ocho meses de apertura de los primeros y ansiados parques comarcales de bomberos de Villablino, Valencia de Don Juan, a los que siguieron con mucha tardanza los de Astorga y Cistierna.

Aunque voces internas, y de algunos sindicatos, censuraron que la solución del equipo de Gobierno que forman PSOE y UPL era una fórmula de elección “a dedo” o “a la carta”, la diputada provincial de Personal, Ana Arias, defendía en abril que se necesitaba al frente “alguien pronto y con experiencia”. Por eso, se puso en marcha ese mismo mes un triple proceso de libre designación. Arias defendía, además, que era un sistema limpio y justo, entre otras cosas por estar plenamente recogido en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) en vigor de la Diputación leonesa.

Sin embargo, los tres procesos han resultado un fiasco. Y no hay ni jefe, si subjefe ni tampoco jefe técnico. Los tres procesos han sido declarados finalmente desiertos.

El primero, el del oficial superior o jefe de Bomberos, es decir, el puesto que Bailón dejó vacante. En este caso, no se presentó ningún candidato. Al de suboficial del Sepeis se presentaron tres profesionales, pero se resolvió que dos de ellos “no reúnen los requisitos de participación establecidos en la Base Tercera de las Bases Reguladoras del proceso convocado”; y para más inri el tercero desistió de su propio postulamiento. Y en el caso del concurso específico para oficial técnico, sólo hubo un candidato -uno de los que se había presentado al de suboficial- y nuevamente no reunía las condiciones, a juicio de Recursos Humanos.

La Corporación confiaba que en mayo como muy tarde los tres procesos selectivos hubieran concluido, y con éxito. Y no sólo se han retrasado sino que al final ni hay un sólo 'jefe' al frente del sistema de extinción y salvamento provincial. Y eso a pesar de que de momento se había apaciguado entonces con un acuerdo interno parte de la conflictividad que había trascendido al final del primer trimestre, generada por protestas a causa del personal escaso de los parques comarcales de bomberos para cubrir todos los turnos o la forma de compensar la “brutal acumulación” de horas extra de los pocos que permanecían en activo.

Ahora está en el aire la decisión de quién estará al frente de este servicio tan nuevo como básico para la práctica totalidad de los municipios de la provincia leonesa, mientras además se incrementa la plantilla con otras imprescindibles 20 nuevas ya convocadas de bomberos que permitan apuntalar, al menos entre la plantilla básica, un sistema que cuenta ya por fin con buena parte de la infraestructura y los medios pero carece del suficiente personal.