La Ronda Interior de León, que une la plaza del Espolón con la calle La Palomera, tras más de cuatro años de obras, afronta su última etapa tras la demolición esta semana de los últimos edificios que despejan este nuevo vial.
Permitirá canalizar el antiguo tráfico rodado junto a la Muralla de León, cuyo vial está ya peatonalizado desde hace meses.
Las obras de la Ronda Interior de León se han visto retrasadas en los últimos meses por la demora de los últimos procesos expropiatorios en las calles Fernando I y Alfonso el Justiciero, y que esta semana han concluido con la demolición de los últimos edificios que ha abierto una nueva calle en la capital leonesa. Una demolición que ha atraído durante toda la semana la atención y miradas de los vecinos que han visto como la configuración de la ciudad cambiaba.
Los continuos retrasos obligaron al Ayuntamiento a una apertura provisional del tramo ya ejecutado conectándolo con las calles Alfonso el Justiciero y Fernando I, con constantes cortes en la circulación por las obras que han causado durante los últimos meses afecciones al tráfico.
Con los últimos derribos, el proyecto, considerado como una de las infraestructuras más complejas de la ciudad, se encuentra en su etapa final, y se prevé que esté finalizada y plenamente operativa a finales del primer trimestre de 2025, según ha adelantado el alcalde de León, José Antonio Diez.
Una vez que se finalicen estas obras toda esta zona de la Muralla de León y el tráfico rodado que soportaba habrán cambiado la configuración de la ciudad, que ya ha ganado para el disfrute de los leoneses toda la zona de esta parte de la Muralla romana que durante décadas sufrió y padeció el tráfico rodado junto a sus piedras milenarias.
Un proyecto que también ha servido para renovar la red de saneamiento y abastecimiento de agua así como para habilitar nuevas canalizaciones que estarán destinadas a la red de energía eléctrica, gas y telecomunicaciones.