Confirman la condena por detención ilegal y conducción temeraria a un joven que metió a su expareja en el maletero

Agencia ICAL

El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha desestimado el recurso presentado contra la sentencia que condenó a un joven a total de seis años de prisión como autor de un delito de detención ilegal y conducción temeraria con lesiones imprudente sobre su expareja. La víctima planteaba el reconocimiento de un delito de revelación de secretos que no se reconoce por el TSJ.

El dictamen que ratifica el pronunciamiento de la Audiencia Provincial de León alega que hay una falta de prueba pericial y que resulta insuficiente la declaración de la víctima, que supone que el acusado accedió a sus mensajes de WhatsApp o Instagram, y la declaración de su madre por referencias al estado de nerviosismo de su hija y lo que le comentó.

“Estas sospechas no corroboradas se incluyen en el atestado, pero no cuentan con ningún otro elemento que acredite la lectura de los mensajes del móvil de la víctima, así como el borrado y envío de otros mensajes desde el terminal móvil”, argumenta el TSJ.

Los hechos se produjeron en la madrugada del 11 de octubre de 2022, cuando el acusado coincidió con su expareja en varios locales de ocio nocturno de la ciudad, tras lo que la esperó en las inmediaciones de su domicilio, donde inició una discusión. En un momento dado y durante esa discusión, el joven le dijo a la chica “¿A que te meto en el maletero?”.

Ya con la mujer en el maletero y tras quitarle el teléfono móvil, el hombre condujo durante media hora, mientras la víctima consiguió accionar una palanca y plegar los asientos traseros del vehículo para acceder a la zona de los asientes traseros. Ante la posibilidad de que la joven pudiera salir, él “aceleró el vehículo y, al frenar bruscamente, ella salió disparada y se empotró contra el salpicadero del coche”.

Como consecuencia de esto, tal y como recoge la sentencia, la mujer sufrió varias lesiones que precisaron para su curación de una primera asistencia facultativa y tratamiento médico-quirúrgico, además de estrés postraumático grave. Ante la sangre que presentaba la mujer en el rostro, el acusado la llevó a su domicilio, donde se limpió la herida y la obligó a cambiarse de ropa.