El 'bloqueo' sanitario obliga a reabrir hoy la planta 12 del Hospital, último espacio cerrado por los recortes

C.J. Domínguez

(Avance) Casi 50 camas 'cruzadas', es decir, metidas con calzador en habitaciones que no les corresponden, y picos que superan los 500 ingresos en el servicio de Urgencias al día, mientras la planta 12 del Princesa Sofía en el Hospital de León permanece cerrada a cal y canto. Una situación que algunos sindicatos, como UGT, no dudan en tildar de “catastrófica”.

La 'explosión' se atribuye a un brote de gripe que alcanza niveles próximos a la epidemia, muy pocas semanas después de haber concluido la actual campaña de vacunación, e incluso se habla del efecto de las bajas temperaturas.

Pero la visión de las autoridades sanitarias son bien diferentes. Así lo transmite el gerente del Hospital de León, Juan Luis Burón, quien avanza como novedad que el tan criticado cierre de la planta 12 del completo será “esta misma tarde”, apenas un día después de la apertura también de la segunda planta del ala izquierda del Hospital Monte San Isidro, que se reabrió en la jornada del lunes, por cierto, entre críticas de algunos de los trabajadores de este centro hospitalario.

Burón matiza que ni se trata sólo de gripe, sino de “multipatologías, especialmente en gente de edad avanzada”, ni nos encontramos en el pico más elevado de incidencia, el cual en realidad “fue entre el 26 de diciembre y el 2 de enero, con 531 ingresos de Urgencia de media”, una cifra que esta semana ronda los 450, es decir, a niveles de mediados del pasado mes, matiza el gerente.

Aún así, advierte que el 'triaje' (selección previa al ingreso) en Urgencias está surtiendo un efecto adecuado, para garantizar que los casos graves ingresen con mayor celeridad, en detrimento de aquellos que admiten más demora, y que éstas como media están situadas entre las 5 y las 6 horas. Pero, ¿por qué no se han reabierto antes estos espacios clausurados durante meses en aras al ahorro? “Porque no es sólo abrir las camas, hacen falta todos los recursos y servicios que la acompañan, la medicación, la limpieza, la comida, la atención médica... Por eso es lento (reabrir), aunque hemos estado atendiendo a todo el mundo en el sitio que consideramos más adecuado en cada momento”, se afana en explicar Burón.

Una visión radicalmente distinta de la que denuncian algunos usuarios y la mayoría de los sindicatos.