La arriesgada apuesta del Casa Valentín
La “Casa Valentín” nació como un hotel, y para construirla buscaron entonces al arquitecto Francisco Javier Sanz y Martínez, responsable también del famoso Gran Hotel de La Toja.
El proyecto original para el hotel “Terminus” contemplaba además la edificación de dos bloques de viviendas hacia el norte, lo que constituyó una arriesgada apuesta inmobiliaria para esa época, apostando por viviendas con calidades superiores en una zona no muy valorada por la gente de dinero para instalarse. En aquellos años, estar “del otro lado” del río Bernesga era casi como vivir en las afueras.
Fue promovido por el industrial Joaquín Gutiérrez, por la proximidad con la estación del ferrocarrila y junto a la conexión con la ciudad a través del puente de hierro de E. Saavedra.
A lo largo de su contrucción sufrió unas cuantas modificaciones en relación al proyecto original, tanto en altura como en distribución y diseño de la facchada. Fue inaugurado en 1929, y terminó destinándose al uso previsto sólo una pequeña parte del edificio con el nombre de “Hotel del Norte”. Finalmente, más tarde todo el edificio quedará destinado a viviendas.
La cúpula se destruyó en un incendio, pero fue reconstruida.
Toda la fachada del edificio está inspirada en los grandes hoteles urbanos de moda en aquella época, inspirados en el Gran Hotel de Nueva Inglaterra, proyecto de C. Bodrick.
Su construcción se encontró con algunos inconvenientes, por ser una zona de aluviones. Eso exigió utilizar pilotes de madera de roble y grandes zapatas de hormigón.
Durante la Guerra Civil fue utlizado con fines defensivos, debido a que como contaba con un sótano amplio, podía utilizarse como refugio para la población civil. En 1993 un incendio prácticamente arrasó toda la cubierta en 1993, pero fue reconstruida prácticamente idéntica a la original.
Fue uno de los primeros edificios de la ciudad que dispuso de ascensor, aunque el original no se conservó luego de algunas modificaciones. Estaba encajado entre las barandillas de madera de la escalera.
Fuente: Colegio de Arquitectos de León
