Desde que el fotoperiodista leonés Andrés Martínez Casares abandonó las redacciones, su cámara ha viajado a México, Honduras, El Salvador, Guatemala y Haití, donde estuvo tres años retratando la vida del país más pobre del mundo tras el terremoto de 2010. Su objetivo se centra ahora en Egipto, desde donde traslada la situación posterior al golpe de Estado que a principios de julio derribó del poder a Mohamed Morsi, un año después de su elección y más de dos desde que el país se levantase para poner fin a la dictadura de Hosni Mubarak tras 30 años en el poder.
Cuando estuviste en el Festival Mundo Ético en León, tras volver de Haití, no sabías qué ibas a hacer. ¿Cómo surge lo de irte a Egipto?
Por entonces me había tomado unos meses sabáticos después de tres años muy intensos en Haití. En esas vacaciones había perdido un poco el contacto con la profesión y con la actualidad, así que no tenía muy claro cuál iba a ser el siguiente paso. Pocos días después comenzaron los disturbios de Estambul en el parque Gezi, para mí fue el momento de volver a trabajar, así que me fui para allí. Y a finales de ese mes, junio, se produjo una manifestación masiva que desembocó en el golpe de estado aquí en Egipto, resumiendo pronto y mal. Hice un viaje fugaz unos días después al Cairo, para ver cómo iban las cosas por aquí, y entonces decidí volver al final del Ramadán. Para mí tenía cierta lógica que si se intentaba un desalojo -los seguidores de los Hermanos Musulmanes se habían acampado en Rabaa Al Adawiya y junto a la Universidad del Cairo-, sería al acabar este periodo tan señalado para los musulmanes. Y así fue.
¿Continúas trabajando para agencias?
Sí, continuo trabajando para agencias pero ahora mismo no de la misma manera que lo hacía antes. Antes todo iba para la línea de una agencia, Efe primero, luego Xinhua, con una gran distribución pero perdiendo todos los derechos sobre el trabajo. Y más centrado en el día a día. Ahora distribuyo a través de una agencia más pequeña, Polaris, con la que ya trabajaba en Haití haciendo encargos para algunas revistas, y publico menos pero más controlado el tema de los derechos, aunque económicamente es mucho más arriesgado y exigente.
Cuéntanos un poco cómo es tu vida ahí.
Pues ahora vivo en un apartamento con otros cuatro periodistas extranjeros. Pero he pasado por un hotel, por casa de un amigo también fotógrafo. A cada rato donde tocaba hasta que me decidí a plantarme un par de meses aquí. Y el día a día, pues como en otras partes, pendientes de si hay algo pasando, que ahora mismo está todo muy tranquilo, y, si no, organizando algún que otro reportaje.
¿Con qué problemas te has encontrado para desarrollar tu trabajo?
El principal problema vino los días después del desalojo de Rabaa, los militares estaban bastante tensos y era fácil que te parasen en los 'check points'. Es normal, lo ocurrido allí fue bastante duro, y las fotos eran muy duras, ese tipo de imágenes no interesa que se distribuyan. Así que viendo el panorama yo decidí mantenerme en bajo perfil y arriesgar sólo si merecía la pena cubrir los eventos, ademas la negativa por parte de la oficina de prensa a renovar las credenciales de periodistas extranjeros no ayudaba, creando más problemas.
Parece que existen muchas reticencias a calificar el golpe de estado como golpe de estado, sobre todo para determinados países. ¿Qué intereses existen detrás de este golpe de estado? ¿A quién beneficia?
Es muy curioso cómo en algunos países donde se produce una acción como esta, se niega que sea un golpe de estado o se usan eufemismos para definirlo, pero la definición de un golpe de estado es la de una acción por la que de forma forzosa se aparta a la autoridad de un Gobierno. Y yo diría que es lo que ha pasado aquí.
En cuanto a intereses y beneficiados, es un tema en el que no me atrevo a entrar porque no conozco lo suficiente sobre la política del país así que aventurarme a responderte a ello sería una irresponsabilidad por mi parte. Pero yo creo que a quién más perjudica toda esta situación es al pueblo egipcio, igual peco de ingenuo, pero en una democracia incipiente el hecho de que ocurra esto, sienta un mal precedente.
Cuando se produjo el accidente de tren de Santiago, muchos salieron criticando las imágenes que se habían publicado en los medios españoles. Estos días asistimos a numerosas imágenes de gran crudeza tanto en Egipto como en Siria y parece que la alarma es menor por estar más lejos. ¿Cuál es tu opinión sobre la publicación de este tipo de fotos en ambos casos?
Buff, bueno, esta es la eterna discusión. Desde mi punto de vista creo que no gusta ver la realidad cuando esta implica dolor y sufrimiento. Nos la cogemos con papel de fumar cuando hay un muerto, más si nos toca de cerca. Pero al final, si queremos tener conciencia de la tragedia, necesitamos que se nos muestre. No podemos negar lo que pasa más allá de la puerta de nuestras casas. De todas formas, cuando los protagonistas de las fotos son españoles, nos pica más verlas, porque nos hace sentirnos vulnerables, ellos podríamos haber sido nosotros, y eso no nos gusta. La muerte nos acojona.
Tienes un trabajo con muchos riesgos que tú has elegido. ¿Tienes momentos a menudo en los que piensas en dejarlo?
Sobre todo el de conseguir tener dinero en la cuenta corriente (risas). Claro, esta mañana por ejemplo. Cuando no llegan encargos, cuando es complicado trabajar, cuando los resultados no son los esperados. Pero vamos, imagino que como el que tiene un negocio al uso, digamos. O cuando te planteas que igual no tienes para el billete de vuelta y dices, joder, voy a tener que mendigar y luego pagar la deuda, ¿quién cojones me manda meterme en estas historias?. Pero unas situaciones compensan otras. O como te comentaba al principio, que este año decidí tomarme cinco meses sabáticos, tras tres años en Haití y otro viajando por Centroamérica. Volví a España renqueante de un episodio de dengue, y con la espalda bastante tocada. Así que tocaba reponer fuerzas, y en ese tiempo por supuesto que algunas veces pensé en dejarlo, pero en el fondo sé que luego querría estar en algún otro sitio contando lo que pasa. El día que realmente me lo plantee, lo dejaré.
¿Cuáles son las principales recompensas que encuentras en tu trabajo?
Es muy tópico, pero es cierto, decir que cuando veas una de mis fotos te pares, pienses y llegues a ser consciente de que hay mas realidades que la que tienes alrededor. Que mires, que sientas... Y que te pique, porque entonces te darás cuenta de que lo que aparece ahí es de verdad. Ese es mi trabajo, contarte lo que hay. Sin más.