El Ayuntamiento de León galardona la trayectoria del fotógrafo Mauricio Peña con la Insignia de Oro de la ciudad

Rodeado de los que más le querían, su familia y de sus compañeros de la Prensa –tanto foteros como plumillas–, el periodista gráfico Mauricio Peña de Haro recibió esta mañana la Medalla de Oro de la Ciudad de León a son del 'Santa Bárbara Bendita' y el aplauso generalizado y entusiasta de todos los asistentes.

No sólo los trabajadores del oficio, sino también autoridades varias tanto del Ayuntamiento como la Diputación de León y la Junta (cuyo delegado territorial hoy es el que fuera periodista Eduardo Diego), Guardia Civil, Ejército y representantes sociales de todo tipo. Todos aquellos que fueron protagonistas en sus imágenes. En realidad todo León después de 45 años de llevar la cámara a todas las partes de la provincia, y más allá.

El Palacín de León acogió hoy este emocionante acto de entrega de la Insignia de Oro de la ciudad, según informa de ello la Agencia ICAL. Mauricio Peña recibió la distinción de manos del alcalde de León, José Antonio Diez. “Esta insignia no es más que nuestra contribución a la distinción que Mauri merece, un homenaje que suma admiración, reconocimiento y agradecimiento”, expresó Diez durante su intervención.

El periodista gráfico, que recordó que “todos, fotógrafos y redactores lo son” recibió el honor tras su reciente jubilación y después de una trayectoria profesional de más de 40 años en la que, destacó el alcalde, “ha sabido transmitir a sus compañeros su pasión por el trabajo bien hecho”.

“Su legado es mucho más que miles y miles de grandes fotos, de crónica gráfica de una ciudad y de una provincia”, incidió Diez, quien definió a Peña como “un profesional de los pies a la cabeza”. “Tras esas aparentemente fáciles instantáneas que se convierten en magia, en información, que valen más que mil palabras, que se captaron en menos de un segundo, hay también años de preparación, de acostumbrar a los ojos a mirar, de técnica y de algo que no se detecta en el profesional a primera vista, pero que se aprecia cuando tienes la oportunidad de hablar con él o de observar su trabajo a lo largo del tiempo: su interés y preocupación por los seres humanos”, apuntó José Antonio Diez.

El alcalde de León quiso, además, hacer extensivo el homenaje a cuantos se dedican en la ciudad a contar lo que pasa en ella con imágenes, a los profesionales de la fotografía que han acompañado a Mauricio Peña en el oficio y a quienes lo aprendieron de su mano, según un teletipo de la Agencia EFE.

“Ha sabido transmitir a sus compañeros su pasión por el trabajo bien hecho”, ha reconocido el regidor de la capital leonesa. “Su legado –prosiguió, ”es mucho más que miles y miles de grandes fotos, de crónica gráfica de una ciudad y de una provincia“, ha incidido Diez, quien ha definido a Peña como ”un profesional de los pies a la cabeza“.

“Tras esas aparentemente fáciles instantáneas que se convierten en magia, en información, que valen más que mil palabras, que se captaron en menos de un segundo, hay también años de preparación, de acostumbrar a los ojos a mirar, de técnica y de algo que no se detecta en el profesional a primera vista pero que sí se aprecia cuando tienes la oportunidad de hablar con él o de observar su trabajo a lo largo del tiempo: su interés y preocupación por los seres humanos”, ha apuntado José Antonio Diez.

Por su parte, el galardonado hizo un recorrido por las personas que le han marcado durante su trayectoria –destacando a Jesús Egido, a Óscar Campillo y a Fulgencio Fernández, además de a sus compañeros fotógrafos– y tuvo palabras de agradecimiento y cariño para La Nueva Crónica –y a sus dueños, los Lesmes–, medio al que dedicó su última década de trabajo, sin olvidar a su familia, a la que ahora puede dedicar mucho más tiempo.

Tras el acto de entrega, fue el momento de las fotos, con la familia, con los fotógrafos, con los amigos, con los viejos compañeros de La Crónica y decenas más de personas se acercaron a llevarse un recuerdo con el hasta ahora decano de los fotógrafos leoneses. Jubilado, sí; pero ayer mismo se acercó a La Bañeza para estar en la protesta de los trabajadores de la Azucarera de La Bañeza. El oficio de toda su vida, el que mostró con imágenes la vida de los leoneses durante más de cuatro décadas, lo lleva bien dentro. Y lo mostró excepcionalmente a todo el mundo, compañeros y lectores.

Los agradecimientos de Mauricio Peña

En su emocionante discurso de agradecimiento Mauricio Peña destacó a varios compañeros que fueron fundamentales en su oficio. Destacando tres.

“El primero, Jesús Egido, para mí eso un descubrimiento del periodismo en estado puro. Él me mostró que fuera de aquí el fotoperiodismo estaba en otra dimensión. Empezó a darle más protagonismo a la fotografía en el periódico. Fotos más grandes, visuales e informativas. Me enseñó a leer una fotografía de prensa, porque aunque no lo cerean las fotografías también se leen. Gracias Jesús”.

“El siguiente es indudablemente Oscar Campillo. Para mí, el director, el periodista que a pesar de haber llegado a lo más alto en el mundo del periodismo, sigue cada mañana luchando por una profesión cada día más denostada. Oscar fue la persona que me dio algo tan escaso hoy en día como es la libertad. Libertad para poder decidir las fotografías que se publicaban cada día. Porque en aquellos tiempos, las fotografías las escogía cualquiera, menos los fotógrafos. Con Oscar he vivido algunos de los momentos para mí más inolvidables de toda mi carrera, como el desalojo de Riaño o el inicio de la primera marcha minera del Carbón. Por citarme los que más repercusión y mediática han tenido. En cierta ocasión, un sábado que estaba en descanso el fin de semana, sonó el teléfono de casa. Los móviles, por suerte, no existían. Llega Oscar y me dice: 'Mañana a las doce y media de la mañana te paso a buscar. No le hice ni una preguntita. Yo le dije, 'vale'. Al día siguiente a las doce y media de la mañana estaba bajo mi casa, en el coche. Ahí le pregunté: ¿Dónde vamos? Su respuesta fue rápida: 'Villablino. Hoy salen los mineros de la MSP hacia Madrid. Ayer salí a la Redacción y pregunté quién quería ir a las seis y media de la mañana a Villab.ino, y todos agacharon la cabeza'. Óscar vió enseguida que estábamos ante una de las noticias más importantes de la década, sabiendo que abriría durante ocho días seguidos los informativos de todos los medios de España. Gracias, Oscar. Ayer director, y hoy y siempre amigo y periodista”.

“Y luego apareció mi media naranja profesional, Ful. Con Fulgencio Fernández he recorrido la mayoría de los pueblos de esta provincia, sobre todo en nuestra querida montaña, descubriendo personajes increíbles con unas historias vitales y graciosas. Ful los entrevistaba. Yendo con él he descubieto descubriendo algunos héroes, porque es el mejor calificativo que se puede poner. Habitantes de pueblos hoy ya abandonados, como Robles, el estímulo de Goliazo. Personajes como Angelina, de los Llanos de Valdeón, con su pelo enmarañado y una vida escrita con arrugas en su rostro, cargadas de subir a hombres los sacos de cemento para construir el refugio de Collado Firmoso. Los sacos eran casi tan grandes como ella. Con tío Quico, de Pinilla de la Valdería, que con 111 años llevase el nombre más viejo de Europa y con el que tuve la inmensa fortuna de compartir su carta de cumpleaños de sus 111 años. Gracias, Ful, por descubrirme al personal que tanto he aprendido”.

“Agradecer también a los compañeros de La Nueva Crónica. Sin su apoyo, difícilmente hubiera sobrevivido en este nuevo periodismo que nadie sabe a dónde va. Y luego están ellos, mis compañeros de cámara. Primero aquellos con los que he compartido medio, desde Vicente Tascón, José de la Varga, Secundino Pérez, mi eterno compañero. Marcos, José Manuel López, que marcó un antes y un después en mi forma de ver la fotografía y me supuso un enorme reconocimiento. Daniel Martín, con el que tuve la suerte de compartir el nacimiento de La Nueva Crónica. Laura Pastoriza, con la que he recorrido miles de kilómetros en busca de la noticia. Y, por último, el Benjamín, al que le he dado la alternativa, colgando la cámara: Saúl Aren. Les deseo toda la suerte de nuevo”.

“Y, en segundo lugar, pero no menos importante, los compañeros y amigos. En otros lugares son rivales. Aquí no. Y para que se sienta la diferencia, recuerdo que en uno de mis primeros viajes a Madrid, al cubrir una información en la que había muchos medios de comunicación y muchos fotógrafos, me sorprendió la rivalidad que existía entre ellos. Un colega de El País que me conocía me dijo una frase que nunca jamás se me olvidó: 'Aquí, en Madrid, es tampoco la mejor foto que puedas hacer como aquella que no dejes hacer'. En León eso no es así. Aquí somos compañeros y amigos. Por eso es toda mi gratitud para ellos. Empezando por César, primero el padre y después su hijo, el inolvidable Norberto, Jesús Salvadores, Ana María Díez, Ramiro, Fernando Otero, Ángel, López, Peio, Ana César y Luis de la Mata en El Bierzo... y Campillo, el incansable, incansable Campi. Y, por supuesto, Javier Casares, fotoperiodista de la vieja escuela y siempre en la lucha por dignificar nuestra profesión. Pero, sobre todo, un gran amigo. Gracias a todos vosotros”.

“Y para terminar, dos agradecimientos. El primero a la familia Lesmes, porque hace doce años, en plena crisis económica y con un goteo constante de cierre de periódicos, dieron todo su apoyo a una idea que un grupo de periodistas de la desaparecida Crónica, encabezados por Raúl de las Heras y David Rubio, y con el incondicional apoyo de un gran periodista y mejorpersona que recientemente nos ha dejado, Jesús Sanz, me ha permitido rematar mi vida laboral haciendo lo que siempre me ha apasionado, fotoperiodismo. Gracias Manuel, Carmina, Nuria, Álvaro y Aranchaa por vuestro incondicional apoyo”.

“Y el segundo es para ellos, los que han sufrido mis ausencias de años, fiestas de colegio y familiares, mi familia: Ana, mi mujer; mis hijos, Inés y Sergio; Ilenia y Yeira, mis nietas. Vamos a recuperar el tiempo perdido”.

“Y, si me permitís, un aporte final. Compañeros y compañeras periodistas... fotoperiodistas... somos lo mismo. En los tiempos oscuros, más bien negros, que vive nuestra profesión, os pido que estéis luchando por un periodismo libre e independiente. Tened en cuenta que el día que el periodismo muera, todos, absolutamente todos, seremos un poco menos libres. Periodismo en vena. Muchas gracias”.