El agua de León para León, como motor prioritario de su impulso al campo. Esa, muy resumida pero muy gráfica, es la filosofía que se esconde detrás del acuerdo adoptado esta mañana en la Diputación de León y por el que se quiere que la llamada Mesa por León blinde la modernización de todos los regadíos pendientes de la provincia, muy especial los dependientes del pantano de Riaño más de 30 años después, e impida que ese agua siga acabando incluso suministrando a polígonos industriales de Valladolid o Palencia, encima con exenciones que los agricultores leoneses no disfrutan.
Con tales argumentos se presentó en el Pleno de esta mañana en la Diputación una moción sorpresa, no anuncia, por parte del equipo de Gobierno de PSOE y UPL y defendida por el único diputado leonesista y líder sindical agrario, Matías Llorente. “Acabamos de ser convocados a la Mesa de León mañana en Ponferrada”, resumió el presidente, el socialista Eduardo Morán, para justificar la urgencia de un texto que pretende que sea llevado y defendido mañana en el foro por el futuro de la provincia que celebrará su segundo encuentro.
Pese a censurar suavemente la forma de presentarse, tanto el Partido Popular como Ciudadanos apoyaron le texto en todos sus términos, ampliando por parte de los primeros el compromiso del agua de Riaño las modernización pendiente en el Canal del Bajo Bierzo e incluyendo así entre los receptores de este acuerdo no sólo al Ministerio de Agricultura, la Junta de Castilla y León y la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) sino también a la de Miño-Sil. Con todo este contenido, la moción salió adelante y se presentará mañana en la Mesa por León con total unanimidad política.
En el debate, Matías Llorente recordó que la prioridad del agua para regar los campos leoneses desde Riaño se incumple a través del trasvase al río Carrión mientras permanecen 10.300 hectáreas sin modernizar en Payuelos que “necesitan una aportación económica para adaptar la agricultura a las nuevas exigencias de la PAC”, temiéndose, junto con el PSOE leonés, que se dejen sin ejecutar para que el agua siga fluyendo a Palencia y Valladolid.
Igualmente, relató las 52.000 hectáreas que sumarían todas las comunidades de regantes leonesas con idéntica finalidad de beneficiar a un sector primario que, recordó, ha arrimado el hombro como ninguno en esta crisis sanitaria.
El presidente socialista Morán habló de que no hacerse “hipotecaría el futuro de los regadíos” de la provincia, idea que compartieron Francisco Castañón por el PP, sólo afeando el desconocimiento previo de la medida, y Gemma Villarroel por Ciudadanos, quien denunció literalmente que la “CHD va en contra de los intereses de esta provincia”. A pesar de considerar que con la crisis sanitaria, los recursos económicos deben dirigirse prioritariamente a sanidad, empleo y servicios sociales, “también debemos luchar por lo que nos quitan, por lo nuestro”.