Las encuestas electorales de estos días con la vista puesta en el 13 de febrero dejan segundas lecturas al margen de los escaños en juego. La que este lunes ofrece 40dB. para EL PAÍS y la SER certifica que hasta un 56% de los consultados en la circunscripción de León apostarían por separarse de Castilla y León y constituir una nueva autonomía formada por la Región Leonesa, con Zamora y Salamanca, donde los apoyos a esta fórmula caen al 30% y al 15%, respectivamente.
El resultado no hace sino ahondar en el movimiento de corte leonesista desatado en la provincia desde el impulso a finales de 2019 a las mociones proautonomía, que estrenaron recorrido precisamente el 27 de diciembre en el Ayuntamiento de León y que, tras el parón obligado por el estado de alarma derivado de la pandemia, ya han sumado el apoyo de municipios que representan más de la mitad de la población. De hecho, en la misma encuesta se puede observar que en la provincia leonesa sólo el 17,5% de las personas apoyan que continúe Castilla y León como está ahora, no es una dicotomía entre un 56 y un 44% como pudiera parecer con sólo el dato a favor de una nueva autonomía para la Región Leonesa.
En clave electoral, esta constatación de la desafección con la actual autonomía da alas a las buenas perspectivas de la Unión del Pueblo Leonés, que podría pasar de uno a tres procuradores en las Cortes de Castilla y León según varias encuestas, también en la que publican este lunes El País y la Ser.
Una mayoría opta por suprimir la autonomía
El caso es que esta encuesta revela otra inquietud ciudadana en otro sentido con respecto al actual mapa territorial. Y es que hasta un 35,8% de los consultados se muestran a favor de “un Estado con un único Gobierno central sin autonomías”, a los que se suman el 5,4% que apostaría por que la comunidad tuviera menos competencias. La mayor parte de quienes optan por una de estas dos posibilidades se declaran votantes de Vox (68%) y PP (47%), mientras que en el PSOE y Unidas Podemos este tipo de planteamientos lograrían el respaldo de una cuarta parte de su electorado.
Los partidarios de dejar el reparto de competencias intacto se quedan en un 22%. Hasta un 12,3% se muestran proclives a incrementar el grado de autonomía y un anecdótico 1,3% sería favorable a la autodeterminación.