Las memorias de Isabel Preysler

“A la segunda noche llamé a mi alma y le dije: estoy cansado, alma mía; demasiado duró mi andar (la búsqueda de mí fuera de mí)…”. El psicoanalista suizo Carl Gustav Jung vivió la primera crisis de la Europa moderna, la de la Primera Guerra Mundial, y la angustia derivada le llevó de regreso a su propia alma (de modo y manera que transformó su psicoanálisis en un instrumento de reconexión con el alma, y de recuperación del sentido de la vida)… Así nos lo cuenta de hecho en El libro Rojo, un manuscrito que contiene, bella y crípticamente transcritas, las visiones que lo sacudieron durante esa dura crisis (la cual no era solo una crisis personal, sino la crisis de todo un continente y toda una civilización).

En efecto, en momentos de desgarro volver a la vertiente espiritual, volver al alma, no puede revertir el desgarro, pero puede convertir ese desgarro en algo pertinente, encajable y luminoso.

Europa como idea y como logro político civilizatorio avanzado y emulable está en profunda crisis debido a nuestra pereza democrática y a nuestra desmemoria histórica. Por eso de nuevo en nuestras sociedades están de moda la exterioridad, novedad, la pose, el ego, la independencia, la vanidad, la tontería… ¡La falta de alma en cualquier caso!

Sin embargo, aunque no lo parezca a veces, cada uno de los europeos tenemos un maravilloso cerebro con millones de neuronas (más que estrellas hay en el cielo) conectadas en redes. La inteligencia de hecho, como explica Howard Gardner, es la unión de esas redes. Y eso mismo explican las religiones (etimológicamente religare significa unir; religión es unión): que tenemos que dejarnos de independencia y de vanidad, y tenemos que tratar de unir todas las redes de neuronas del cerebro ¡Todas!, pues cuando todas las neuronas del cerebro están reunidas, es cuando somos lo que somos auténticamente… ¡Es cuando somos alma!

La decadencia de la Europa de Sócrates, Platón, Aristóteles, San Benito, Cervantes, Dante, Shakespeare, Moliere, Goethe, Santa Teresa de Jesús, Kafka, Camoens y el Oráculo de Delfos ya está aquí, y tiene sus síntomas culturales evidentes.

De hecho el gran fenómeno editorial del momento en español son y serán las recién publicadas memorias (ahora resulta que las memorias son un género literario semejante a un tanga que tapa solo lo imprescindible) de Isabel Preysler

¡Cágate lorito!