Dos modelos de universidad

11 de mayo de 2023 19:00 h

En 1218 el rey de León Alfonso IX (que en sentido estricto debería de denominarse Alfonso VIII) crea la Universidad de Salamanca. En ella se podrán estudiar entre otras materias las de física, medicina, leyes o gramática. 

Por otro lado, en 1499 el cardenal Cisneros funda la Universidad de Alcalá de Henares. Pero lo hace desde una perspectiva radicalmente distinta. Las materias sobre las que se enseña se ciñen exclusivamente a las que el cardenal considera propias para formar al clero. En ese sentido desecha materias como la física, la medicina o el derecho por cuanto desde su perspectiva no aportaban nada a la formación de ese clero. No hay que olvidar que Cisneros era un cardenal protegido por Isabel La Católica como reina de la Corona de Castilla y que ejerció como regente de esta. 

El rey leonés promovió las Cortes de 1188 que la Unesco reconoce como el embrión del parlamentarismo. Se da entrada por vez primera al pueblo en esas Cortes y se reconocen una serie de derechos que hoy siguen asombrando al mundo por lo que suponía de avance social en la lucha por las libertades.

El cardenal Cisneros entre 1499 y 1500 mandó destruir la biblioteca nazarí. Se hace una gran hoguera con los libros de esa biblioteca buscando eliminar todo aquello que de una u otra forma se pudiese vincular a la cultura musulmana. Ya ven como esa quema de libros es algo que se ha repetido a lo largo de la historia. Uno se podría preguntar como es posible que aquel que promueve la quema de libros en una plaza pública, sea a la vez impulsor de la creación de la Universidad de Alcalá. Podríamos decir que esto es así por cuanto lo que se promovía era instruir en una cultura única al servicio de un credo religioso.

El modelo de universidad que promovía el Cardenal Cisneros lo encontramos hoy en diferentes países musulmanes en los que el poder se sigue vinculando a preceptos religiosos. En ese sentido no difiere mucho ese modelo del que pudieran hoy tener los talibanes en Afganistán. Será diferente el credo, pero el esquema es muy similar.

Salamanca: modelo abierto

El modelo por el que se crea la Universidad de Salamanca es abierto y escapa de los preceptos religiosos. El saber y el conocimiento interesa en tanto seres humanos y no está al servicio de un determinado credo. Por eso, por ejemplo, promueve el estudio de la medicina en tanto es algo que puede ayudar a superar enfermedades.  

A diferencia del regente de Castilla (Cardenal Cisneros) en la Universidad de Salamanca se busca ampliar los conocimientos (no quemar los libros que no se asocian con nuestro particular credo).

Esto es una referencia a la propia historia, pero en modo alguno creo que sea ajeno al mundo de nuestros días. A nivel internacional asistimos a que muchos países intentan promover modelos de “verdad única” al que todos los demás nos debemos someter. Podríamos decir que a nivel mundial existe una cierta división entre los países que se rigen por los principios democráticos y aquellos otros que lo hacen por principios teocráticos. A lo largo de los siglos podemos decir que la unión entre religión y política suele dar unos malos resultados. En unos casos los dictadores se han apoyado en las cúpulas religiosas, aunque también ha habido otros que las han suprimido para actuar como poder único. 

Valores democráticos en pluralidad social

Los valores democráticos están unidos a la pluralidad social. Es la diferencia entre una universidad como la de Salamanca abierta a todo tipo de conocimientos y la de Alcalá de Henares de pensamiento único. 

Es muy importante no confundir la identidad con un determinado marco territorial con la identidad con una ideología o forma de pensar. Tampoco cabe que una parte de un territorio se atribuya “el todo”. Creo que es necesario recuperar “la España plural”. Tan español será aquel que es comunista como aquel otro que es simpatizante de vox. Pero también es necesario recuperar esa “otra España” que no está ni en Madrid ni en Barcelona, que es de Zaragoza, Teruel, Soria, Castellón o León. 

No es sólo que los leoneses no seamos castellanos. Es que a lo largo de la historia, nuestros conceptos del mundo han venido a ser contrapuestos. Aquí lo hemos ejemplificado con lo que ha sido el modelo de creación de las Universidades de Salamanca y de Alcalá de Henares. No es el único caso. Hay que evitar que la propaganda sustituya a la historia. Que la repetición muchas veces de una mentira no pase a que se considere verdad (aunque sólo sea por simple desconocimiento). 

Queremos una sociedad de hombres y mujeres libres en su forma de ser y de opinar. Hay que evitar los modelos impuestos.