Seguramente el señor Mañueco preferiría que desde el título encabezara él, vamos su nombre, la noticia. Pues no, en mis letras de opinión mando yo… de momento.
Girará el comentario en torno a la Facultad de Medicina para León, en Legio, la ciudad silenciosa donde el león, su símbolo, ya no ruge. Se lamenta, se queja, sufre, y los ciudadanos nos restañamos las heridas de la batalla autonómica que, los nuestros, nos hicieron perder. Heridas que serán llagas de postración, cuando algún día los galenos, aquí formados, estén en disposición de curarnos.
Por otra parte, y para la ocasión, cual 'novela de intrigas' ya servida, iré del postre al entrante, resaltando el abuso de poder político, insolente y repetitivo
De lo notorio a lo noticioso de siempre, “A cambio del acuerdo logrado para León y Burgos…” (ha tenido que darse, sine qua non, esa paridad, nada desconocida ) han impuesto –¡Mucho!–quienes mandan. Y va de la exigencia a la clara contrapartida, como veremos…
Para ello, sin solución de continuidad, pasamos a lo foráneo noticiable. La primera nos queda cerca: 'La USAL de Salamanca implantará Veterinaria… y la UVA de Valladolid, Farmacia'. ¡Qué caro nos cuesta su centralismo! Van en busca de controlar el campo de la Farmacodinámica, Biotecnología, la boyante producción de fármacos (experimental e industrial que se da en León), el Instituto de Investigación Biosanitaria aquí en desarrollo, etcétera. ¡Les preocupa que despeguemos con poder en algo! Control, control... ¡Siempre control!
De ahí que debamos preguntarnos: ¿Hasta cuánto podemos asumir tamaña dependencia? ¡Salirnos del ente no es obsesión, es supervivencia!
No se trataba de pretender cerrar allende León otros grifos, sino de abrir los nuestros sin cortapisas, “con prudencia medioambiental sí”, algo que, por cierto, otros no contemplan. Tendréis sed, nos dirán con engañoso gesto, en tanto en la hipotética mesa añadirán, hay que repartir el agua, cuando ellos ya están bien abastecidos, y aquí seguimos creciendo cada día más… ¡En sufrimiento!
No ha sido cuestión de reequilibrios entre Universidades. Ha sido de prurito de quien manda en el ente, surgente en la facción centralizadora castellana. De modo claro en Valladolid.
Pero atención, antes del supuesto plato fuerte, carne o pescado aderezados no sé si al uso leonés, o 'de Vanguardia', en cuyo caso ayudarán los del grado de Ciencias Gastronómicas en León, ese que tuvimos que compartir con Valladolid y Burgos--- ¡o nada! ¡Y tragamos! Lo prudente es que no nos saciemos con las engañosas palabras políticas, pues habrá frenos, zancadillas y falta de presupuesto para nosotros, como siempre… y en un “largo nos lo fiais”: 'León contará a partir de 2026 con el título de Medicina'.
Facultad de Medicina para León, que se anuncia precedida del remoquete: “Que hemos conseguido arrancar”. Lo que viene a decir que nada va aquí por derecho, y sí por decisión política de quienes mandan.
En los entrantes, nuestra flamante rectora, que cargada de razón nos decía que tenían todo dispuesto para empezar... ¡Ya! Pues resulta que en los entremeses, en la mesa epigrafiada, admitió lo que quisieron “darnos para cuando han estimado oportuno”. No se ofenda, por favor, no es mi intención molestar, dicho con naturalidad, la respeto. ¡Quienes nos causan el dolor son los gerifaltes políticos del ente autonómico! Que juegan con alevosía su bazas de dominio y control. Los que deglutimos los sapos crudos somos los leoneses.
Puede ser asumible que, mientras aderezamos la ensalada, transcurra un tiempo, un curso, un año, el 24/25. ¡Pero no dos! como imposición; en tanto lo castellano (¡Valladolid!, al menos, Burgos, no sé) es inmediato, y van tomando posiciones centralistas y dineros.
Con los papeles bien puestos sobre la mesa, la ULE estaba en disposición de decir: ¡Estos son nuestros poderes! ¡No admitimos más demora!
El compromiso político presupuestario y la gestión no pueden ser de forma unilateral, al menos cuando se trata de lo leonés, pero menos aún centralista y usurpador, con escamoteo de 'nuestros dineros'; ya que entrenados están los autonomistas, para encaminarlos a otros menesteres. Han de llegar aquí en tiempo y forma, hay largos meses hasta el curso 25/26. Y no hace falta que “nos hagan las cuentas”. Sabemos hacerlas.
¡Ah! Y no estamos en condiciones brindar, ni siquiera como recibimiento. ¡Quieta la copa! Y no confundamos pragmatismo con tolerancia, ni asumamos la imposición per se…
Y con la servilleta plegada, resulta que acabamos de llegar “al convite” y en nuestro estómago ruge el hambre… y es pura, pues no espera hartura.