La marcha BTT Valle de Sabero, decana de la provincia de León, cumple 30 años

Foto histórica de la Marcha BTT de Sabero

Abel Aparicio

Decía Noemí Sabugal en su libro ‘Hijos del carbón’ (Alfaguara, 2020), que la cuenca de Sabero es el espejo en que se pudieron mirar el resto de cuencas de la provincia de León, ya que lo que se vio allí, ocurriría años después en el resto. Quizá sea por casualidad, aunque no lo parece, que la primera marcha en bicicleta de montaña de León recorriera el Valle de Sabero allá en 1993, hace treinta años. Como cada año desde entonces, el primer domingo del mes de junio se celebra la Marcha BTT Valle de Sabero.

Uno de los organizadores, José María Escapa García, resalta que “gracias al grupo de personas que se apasionaron por un deporte que era incipiente y el entorno majestuoso del valle de Sabero, tuvo lugar la primera quedada”. José María y todas las personas relacionadas con la bicicleta de montaña, tanto del Valle de Sabero como de la cercana Cistierna tienen claro que el máximo responsable de esto es Roberto Valbuena, hijo de Sabero. “Roberto, gracias a su relación con el Club Deportivo Syncro Bike de León, fue quien puso la primera piedra de este proyecto que este domingo 4 de junio cumple treinta años”, resalta Escapa García.

Algo que tienen claro en Sabero, y que ocurre en muy pocos lugares —la marcha BTT Bembibre y la October Bike en Astorga son dos de las honrosas excepciones— es que no quieren ser una marcha competitiva ni entrar en la vorágine de ver en cuánto aumentan las inscripciones respecto al año anterior. “La marcha de Sabero no es una competición, es una marcha, y el objetivo es un día de convivencia”, matiza Roberto, para rematar diciendo que “muchas veces nos llamó alguna empresa o asociación para hacerlo más profesional y creemos que eso desvirtuaría la marcha, queremos respetar el origen con el que nació”. El número de participantes tiene una media de unos ciento ochenta. Unos años doscientos, otros ciento cincuenta, pero la media es esa. El tope de este año es de ciento setenta inscripciones. “Pretendemos que la gente que venga esté bien atendida y se vayan con un buen recuerdo”, subrayan desde este valle minero. Uno de los objetivos para la marcha decana es el aumento, año a año, del número de participantes femeninas, que en la actualidad cuenta con un porcentaje aproximado de un setenta por ciento hombres y un treinta por ciento mujeres.

“Como toda actividad, si quieres que salga bien”, remarcan desde la organización, “tiene que contar con la implicación de muchas personas”, y es que en el valle lo sienten como algo suyo. Son más de cuarenta voluntarios los que ayudan a señalizar, repartir avituallamientos y comida, apoyar en zonas puntuales, organizar las duchas, lavadero de bicis y todo lo que implica una actividad como esta. La marcha trascurre por numerosos pueblos, tales como Sotillos, Olleros, Sahelices, Sabero, Alejico, La Ercina, Verdiago y Valdoré. Otro de los puntos clave de esta marcha es que el recorrido no se repite ningún año, se guarda la esencia, claro, pero siempre hay variaciones.

José María tiene una relación especial con la marcha, ya que, como le cuenta a este medio, “la comida que se ofrecía en la marcha la hacía mi abuelo Antonio García, que hoy aún sigue estando por ahí con ochenta y cuatro años. Esta esencia no se puede perder”.

Para finalizar, y como no podía ser de otra manera, desde la organización quieren indicar que a los participantes se le entrega una entrada para visitar el Museo de la Minería y la Siderurgia. “Los guiños a la minería son constantes. Este año pasaremos por el castillete de Herrera II como un reconocimiento a los mineros que iban a la mina en bicicleta”, indica con emoción José María.

Ya saben, BTT Valle de Sabero, una marcha no competitiva para conocer en profundidad un valle que fue minero y que pretende darse a conocer al mundo con actividades que hunden sus raíces en lo que fue su época dorada, la minería.

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