“Nada de lo que hacía Isabel Carrasco era casual. Supo comprar voluntades y laminar a quien cuestionaba su forma de actuar. Siempre obró en beneficio propio. Era un animal político que entró de lleno en la peor versión de la política. Su final fue trágico y abrupto, el fruto de una locura generada a través de su propio entorno”.
El periodista Javier Calvo (León, 1965) presenta este viernes 15 de marzo a las 19.30 horas en la Fundación Sierra Pambley de la capital leonesa el libro titulado 'Yo, Isabel'. Editado por Eolas Ediciones, la publicación, a la venta aquí, es una visión fraguada sobre decenas de testimonios recabados por el autor, y con un matiz personal, que analiza la controvertida figura de Isabel Carrasco en vísperas del décimo aniversario de su asesinato a manos de una afiliada de su propio partido, Montserrat González.
“Con mínimos tintes novelados”, en palabras del autor, el libro recrea el entorno de la mujer más poderosa de León en las últimas décadas “hasta el mismo instante en el que una mente enferma de odio le arrebató la vida”. Pero para llegar hasta la pasarela del puente sobre el río Bernesga donde murió al recibir tres disparos a bocajarro en mayo de 2004, Calvo trata de recorrer la experiencia vital y la trayectoria pública de quien define como “un personaje único, un animal político”, cuyo final reflejó a su juicio el hecho de que “había maniobrado sin piedad alguna hasta conseguir todos los objetivos que se planteó a lo largo de su vida”. Dejando demasiados enemigos, eso sí.
Y es que “Carrasco no tuvo compasión alguna, nunca perdonó a sus enemigos, jamás tuvo sentimientos en el escenario político y siempre impuso su ley más allá de la propia ley”. De ahí que no pocos de quienes la conocieron consideran que su final, “y por dura que pueda parecer la afirmación, fue escrito por ella misma'”, dice el periodista.
Han pasado diez años. Y el 'reino' donde Carrasco fue déspota, León, ya es un lugar donde “se han modificado los entornos, el político, el mediático y el social”. Cree Javier Calvo que 'la Carrasco' (como se la conocía de manera popular) “acaparaba tanto, dominaba tanto, que su ausencia reordenó el escenario”. Aunque defiende también que “se fueron sus estridencias, pero perviven algunos vicios ocultos”.
¿Quién fue realmente Isabel Carrasco? “Resumiendo, una gran política, con una capacidad de trabajo enorme y una voluntad admirable. Una mujer que escondía sus propios miedos y complejos detrás de un carácter indomable. Quiso reinar como si estuviera en la Edad Media, y creo que por momentos lo llegó a conseguir”. También argumenta, en base a las entrevistas personales de su entorno, que “se vio favorecida en sus aspiraciones personales por el silencio cómplice de todo León”.
En sus muchos años en política, especialmente en su última época desde la sede de la Diputación, el Palacio de los Guzmanes, Carrasco contaminó su entorno con una política destructiva en la que todo “era miedo, temor... Todo era 'conmigo o contra mí', porque ”nunca hizo 'prisioneros', por así decirlo“ y lo basó todo en régimen en el que ”el miedo era su mejor arma“ y generó al final ”un entorno muy contaminado a nivel político, económico y periodístico. De ahí que, en el ámbito de los medios de comunicación, “enriqueció a quienes la ensalzaban y estranguló a quienes contaban la realidad de sus acciones”.