El poeta berciano Juan Carlos Mestre, Premio Castilla y León de las Letras 2017

El artista berciano Juan Carlos Mestre (1957) obtuvo este miércoles el Premio Castilla y León de las Letras en su edición correspondiente a 2017. El jurado acordó por unanimidad concederle este galardón como autor “polifacético, poeta original, imaginativo y feliz, por ser autor de una obra desbordante en la que se mezclan con excelencia todos los géneros literarios”. Heredero y renovador de la gran tradición literaria berciana, los más importantes premios nacionales, el Adonais y los Premios Nacionales de Poesía y de la Crítica, acreditan su brillante talento.

El jurado estaba compuesto por Ernesto Escapa, escritor, editor y crítico literario; Enrique Berzal, profesor titular de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valladolid; Óscar Esquivias, escritor y Premio Castilla y León de las Letras 2016; Nicolás Miñambres, catedrático de Instituto; Eduardo Álvarez, periodista y director de Castilla y León TV, y Carlos Travesí, como secretario del jurado.

Los galardonados hasta el momento con el Premio Castilla y León de las Letras son Miguel Delibes, en 1984; Antonio Gamoneda, en 1985; Claudio Rodríguez, en 1986; Julián Marías, en 1987; José Jiménez Lozano, en 1988; Francisco Pino, en 1989; Rosa Chacel, en 1990; Carmen Martín Gaite, en 1991; José María Valverde, en 1992; Emilio Alarcos, en 1993; Victoriano Crémer, en 1994; Gonzalo Torrente Ballester, en 1995; Francisco Rodríguez Adrados, en 1996; Gonzalo Santonja, en 1997; Antonio Colinas, en 1998; y Antonio Pereira, en 1999.

A partir del año 2000 lo recibieron Luis Mateo Díez, en el primer año del milenio; Eugenio de Nora, en 2001; Elena Santiago, en 2002; Josefina Aldecoa, en 2003; Luciano González Egido, en 2004; José Ángel González Sainz, en 2005; Raúl Guerra Garrido, en 2006; Gustavo Martín Garzo, en 2007; José María Merino, en 2008; José Luis Alonso de Santos, en 2009; Andrés Trapiello, en 2010; José María Fernández Nieto, en 2011; Juan Pedro Aparicio, en 2012; Jesús Hilario Tundidor, en 2013; Fermín Herrero, en 2014; Arcadio Pardo y Luis López Álvarez, en 2015 y Óscar Esquivias, en 2016.

Mestre recibe “con humildad y gratitud” el galardón

El poeta villafranquino Juan Carlos Mestre recibió “con humildad y gratitud” la concesión de este galardón. Desde Madrid, donde reside, destacó sus recuerdos de los maestros y amigos que le precedieron en este galardón, entre los que destacó a Antonio Gamoneda y Antonio Pereira, con los que ha compartido la “aventura espiritual y cierta manera de estar en el mundo” y a quienes atribuye un papel esencial en su trayectoria.

“La poesía es la conciencia de algo de lo que no podemos tener conciencia de ninguna otra manera y desde que soy niño y tengo conciencia de la realidad, mi percepción del mundo ha sido una percepción poética, sin duda porque he tenido cerca el magisterio, la amistad de esas dos personas excepcionales en mi vida. Me bastaría con conseguir la huella, que no la prueba, de su camino para sentirme satisfecho con el empeño que, con razón o sin ella, uno ha empeñado el esfuerzo absoluto de su vida”, manifestó.

Mestre agradeció al jurado “por haber reparado en lo que siempre es un discurso situado en la periferia del saber, como es la poesía, tan alejado de los grandes focos mediáticos, un trabajo tan solitario pero que, sin embargo, creo que de alguna manera ilumina, si no la travesía cívica de la vida, al menos la conciencia personal de cada uno”.

Él, remarcó, no cree posible una poesía sin ideas y, por ello, lo que escribe, tiene que ver con “la contingencia libertadora y el espíritu ciertamente revolucionario que inspira a toda poesía verdadera; es decir, aquella que asume la desobediencia frente a lo injusto como el primer deber moral y ético de la persona”.

Sus libros de poemas, subrayó, están llenos de personas débiles y descontentas. Quiere que su poesía sea como una casa de huéspedes “y que en estos momentos más que nunca lo fuera también para esos miles de personas que todavía yacen en las cunetas de la patria, como el sueño pendiente de ser soñado; la gran aspiración de libertad y justicia sobre la que todavía no ha habido restitución moral”.