El Gobierno de España y la Junta de Castilla y León tienen a punto un acuerdo económico, en el que ambas partes pondrán un dinero aún por concretar, para la práctica supresión de los peajes para los vehículos pesados de dos autopistas en la Comunidad: la AP-1, en la provincia de Burgos, y AP-6, en Segovia, camino de Madrid. Se trata de reducir la siniestralidad y la carga de tráfico que soportan las carreteras nacionales que corren paralelas a aquellas: la N-I y la N-VI.
Estos acuerdos, a los que ya se ha referido el consejero de Fomento, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, han dejado fuera a otra sangrante autopista leonesa, la AP-71, entre León y Astorga, un caro peaje en el eje central de las comunicaciones de toda la provincia y cuyo escaso uso hace que se sobrecargue excesivamente la carretera Nacional 120 entre ambas ciudades, provocando no pocos accidentes graves, entre otros inconvenientes.
Los datos oficiales del Ministerio de Fomento sobre la afluencia de vehículos, también los camiones de gran tonelaje, no dejan lugar a dudas: las autopistas burgalesa y segoviana tienen una afluencia media de vehículos más elevada que la leonesa. También de vehículos pesados.
Pero esas mismas las estadísticas demuestran otra realidad: que sólo 1 de cada 3 camiones optan por pagar el peaje de la polémica autopista, lo que hace que el 66% restante siga circulando por la conflictiva N-120.
En concreto, mapas oficiales de tráfico que obran en la web del propio Ministerio cifraron el año pasado en 1.075 los vehículos cada día de alto tonelaje que eligieron la carretera convencional, mientras que sólo 519 pasaron al día de media por 'caja' en la autopista para cubrir los 45 kilómetros entre León y Astorga. De esos 519 camiones, 33 diarios fueron camiones con mercancías peligrosas. En el cómputo global, los vehículos que fueron contabilizados de media al día por el punto de control de afluencia media en la N-120 se elevaron a casi 7.100.
Vehículos en caravana en la carretera N-120, con varios camiones.
Bajando el número desde la crisis
El porcentaje del uso de la autopista no ha hecho más que caer en los últimos años. Hace una década, justo antes del inicio de la crisis económica, en 2007, eran más de 700 camiones cada día los que estaban dispuestos a 'echarse a un lado' de la carretera nacional pagando el peaje. Frente a los 519 del pasado ejercicio. En cambio, el aforo de tráfico por la carretera convencional o por la autopista apenas ha caído, es decir, que siguen circulando casi los mismos vehículos al día.
Parece evidente que una medida de exención amplia o total del peaje a los camiones en la AP-71, del mismo tipo que la que se aplicará en breve en Burgos y Segovia, haría que muchos de ellos, por no decir todos, dejarían más fluido el tránsito por la Nacional 120.
Una carretera en la que además se han sucedido los 'obstáculos' implementados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en esta vía, como uno de los cuatro radares de tramo de toda Castilla y León (dos de ellos son 'leoneses'); o una línea continua constante durante más de tres kilómetros desde Valverde de La Virgen a San Martín del Camino.
El reciente radar de tramo que vigila los excesos de velocidad de los conductores durante cinco kilómetros por la N-120 llega casi hasta el polígono industrial de Villadangos del Páramo, el más activo de la provincia, en el que por ejemplo se sitúa el centro logístico de Mercadona para todo el noroeste. Con lo que esto supone de tránsito de camiones permanente hacia ambas direcciones de las carretera nacional. Ningún camión de Mercadona usa la autopista ni la usará cuando en breve comience la expansión de esta marca de alimentación al norte de Portugal, que tendrá Villadangos como 'lanzadera'.
Y en un plazo aproximado de dos años se sumará el tráfico de los camiones de la multinacional Decathlon, que anunció su instalación en Villadangos también para suministrar desde aquí a todo el noroeste, tras cerrar la actual planta de Navarra.
Todo ese incremento de tráfico pesado sobrecargará aún más la carretera nacional frente a una autopista que, pese a beneficiarse de aquellas dificultades que esperan a los conductores en la N-120, sigue siendo claramente deficitaria. Y no sólo por superar los 5 euros el tránsito normal de un turismo a lo largo de sus 45 kilómetros.
La 'ruina de la corona' de Abertis
La historia de la AP-71 data ya de su polémica inauguración en el año 2000 bajo el Gobierno de José María Aznar y Francisco Álvarez Cascos, y sigue siendo la 'ruina de la Corona', ahora en manos de la empresa Abertis. Porque se trata de la autopista que más usuarios pierde cada ejercicio en toda España, si se exceptúan las radiales de Madrid.
La concesión finaliza el 11 de marzo de 2055. Y es posible que medidas tan restrictivas de la alternativa llena de 'trampas' de la N-120 pueda conseguir el casi imposible que ocurrió el pasado año 2015, el primero de muchos en que la autopista no tuvo un saldo muy negativo, porque hasta entonces había encadenado varios años en los que acabó despeñándose su uso por encima del 25% (-9% en 2013 y -15,3% en 2012). El ejercicio pasado por fin recuperó un 6,2%. Y sin embargo continúa siendo, con diferencia, la menos utilizada en la Comunidad autónoma.
Campañas de 'no al peaje' aún vigentes
Por todo ello, las campañas exigiendo el rescate del peaje datan de años atrás. Y se alimentan de cada accidente grave que la carretera Nacional 120 protagoniza. Sigue viva aún una en la plataforma de Internet Change.org (pinchando aquí) una recogida de firmas que ya supera las 6.500 y continúa creciendo.
Pero pese a todo, la autopista leonesa no está en negociación de la Junta con el Gobierno de España. A pesar de que ya el año pasado, el procurador de UPL en las Cortes de Castilla y León, Mariano Santos, consiguió el apoyo de todos los partidos políticos en el Parlamento autonómico, PP incluido, para suavizar ese peaje bonificándolo para los camiones. Un acuerdo que ha caído en un saco totalmente roto.