Con este breve artículo queremos destacar la importancia de Agatha Christie en el mundo de la literatura en su estilo de “misterio”. Sin ella grandes novelas de intriga, suspense y misterios no habrían sido posible. Y qué decir, del cine, cuántas de sus obras se han llevado a la gran pantalla.
Agatha Christie, nació en 1981 en Turquía – Reino Unido, y murió en 1986 siendo la escritora más leída del siglo veinte.
Recibió educación privada hasta la adolescencia, luego estudió canto en París; su padre murió a sus 11 años de edad. Se dio a conocer en 1920 con el Misterioso caso de Styles. En este primer relato escrito mientras trabajaba como enfermera en la Primera Guerra Mundial, apareció el famoso detective Hércules Poirot, y más tarde a una perspicaz señora mayor Miss Marple.
En 1914 se casó con Archibald Christie, de quien se divorció en 1928. Sumida en una larga depresión, protagonizó una desaparición enigmática: una noche de diciembre de 1937 su coche apareció abandonado cerca de la carretera, sin rastros de la escritora. Once días más tarde se registró en un hotel con el nombre de una amante de su marido. Fue encontrada por su familia y se recuperó tras un tratamiento psiquiátrico.
Dos años después se casó con el arqueólogo Max Mallowan, a quien acompañó en todos sus viajes a Irak y Siria. Llegó a pasar largas temporadas en estos países; esas estancias inspiraron varios de sus centenares de novelas posteriores, como Asesinato en la Mesopotamia (1930), Muerte en el Nilo (1936) y Cita con la muerte (1938).
La estructura de la trama de sus narraciones, basada en la tradición del enigma por descubrir, es siempre similar, y su desarrollo está en función de la observación psicológica. Algunas de sus novelas fueron adaptadas al teatro por la propia autora, y diversas de ellas han sido llevadas al cine. Entre sus títulos más populares se encuentran Asesinato en el Orient-Express (1934), Muerte en el Nilo (1937) y Diez negritos (1939). En su última novela, Telón (1974), la muerte del personaje Hércules Poirot concluye una carrera ficticia de casi sesenta años.
Agatha Christie fue también autora teatral de éxito, con obras como La ratonera o Testigo de cargo. La primera, estrenada en 1952, se representó en Londres ininterrumpidamente durante más de veinticinco años; la segunda fue llevada al cine en 1957 en una magnífica versión dirigida por Billy Wilder. Utilizó un seudónimo, Mary Westmaccot, cuando escribió algunas novelas de corte sentimental, sin demasiado éxito. En 1971 fue nombrada Dama del Imperio Británico.
Se le preguntó muchas veces que como se le ocurrían tantas novelas, a lo que respondió: “Los mejores crímenes para mis novelas se me han ocurrido fregando platos. Fregar los platos convierte a cualquiera en un maníaco homicida de categoría ”.