El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, anunció en su discurso del debate de política general de este martes el inicio de los fastos de la “unión” de los reinos de León con Castilla, sin los que no hubiera España, dice, siete años antes de la conmemoración del octavo centenario de la efeméride.
Mañueco pretendió así, en las primeras líneas de su discurso, colocar a la Comunidad Autónoma en el centro de la política nacional, refiriéndose al momento político “muy preocupante e incierto” actual, tras la fallida sesión de investidura del 'popular' Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno que deja la puerta abierta al socialista Pedro Sánchez a formar una gran coalición.
Pero es que, en realidad, la pretendida 'unión' de reinos entre Castilla y León que mencionó Mañueco nunca se produjo históricamente. Lo que ocurrió es que a la muerte de Alfonso IX la Corona Leonesa (un término historiográfico que indica que un rey lo era de varios reinos, en este caso León, Galicia y Badajoz) fue heredada por su hijo Fernando III, que era rey de la Corona castellana (compuesta por el reino de Castilla y el Reino de Toledo, lo que hoy sería Castilla-La Mancha). Sin embargo ninguno de esos reinos desapareció como tal, por lo que no se produce una unión –jamás ha existido el reino de Castilla y León con ese nombre ni políticamente hablando–, sino más bien una mancomunidad de reinos bajo el mando de un mismo monarca que se ha denominado por los historiadores 'Corona de Castilla'. De considerarse una unificación de reinos como tal, se debería celebrar también la unión de Galicia con Castilla.
Además, Fernando III heredó los reinos dependientes de León en 1230, con lo que el anuncio de Alfonso Fernández Mañueco para celebrar esta onomástica se produce siete años antes del octavo centenario. La Junta de Castilla y León ya promocionó ampliamente el octavo centenario de la llegada al trono castellano de Fernando III en 2014, mientras que prácticamente no aportó ayuda alguna al 1.100.º aniversario de la creación del Reino de León en 2010.
El líder autonómico afirmó también en su discurso que “Castilla y León contribuyó decisivamente a la conformación de lo que luego sería España y nos embarcó en empresas de trascendencia universal”. Sin embargo esta frase olvida convenientemente que unos de los primeros independentistas en la península fueron los castellanos, que se separaron del Reino de León en 1157, siendo el reino asturleonés el considerado Cuna de la actual España (también de Portugal, que se separó en 1143). El comparar la actual comunidad de Castilla y León creada en 1983, con evidente oposición de los leoneses, con los reinos medievales y el actual Estado Español con la Hispania del siglo XIII es un error histórico de primera magnitud que se denomina presentismo y es ampliamente criticado por los expertos.
La Junta de Castilla y León, no obstante, se ha propuesto “ir avanzando ya en este significativo momento de nuestra identidad y nuestra historia”, por lo que Mañueco anunció que “a partir del próximo año, nuestra fiesta de la Comunidad contará con protagonismo y programación en las nueve provincias de Castilla y León”, sin especificar en qué consistirán.
Eso sí, insistió en remarcar que Castilla y León “fue el aglutinante de la confluencia pacífica de los territorios hispanos”, una “evidencia indudable”. Citó a Sánchez Albornoz para asegurar que “no forzó a ninguno de los pueblos peninsulares para hacer España”, y añadió que “no colonizó a nadie ni impuso su lengua, a diferencia de lo que hoy vemos en alguno sitios de España”.
Ciñéndose más al presente, “en este año 2023 cumplimos 40 años siendo Comunidad Autónoma”, manifestó. “Estos 40 años de autonomía nos han dado clara conciencia de nuestra identidad colectiva e histórica, que ahora debemos proyectar hacia un porvenir que debemos labrar cada día con nuestro esfuerzo”, aseveró.
Autonomismo al margen, el resto del largo discurso de una hora y media estuvo plagado de promesas que llegar tarde, mal y nunca a León por parte de la administración que dirige y de críticas al Gobierno central. En las más de cuarenta páginas que leyó de pie antes los procuradores de las Cortes, Mañueco comprometió para los próximos meses la redacción del contrato de la ampliación de las UCI del Hospital de León que comprometió durante la pandemia de coronavirus COVID19, presumió de la implantación del servicio de radioterapia en una clínica privada de Ponferrada con la que ya se ha anunciado un contrato para derivar a los pacientes de la sanidad pública o la inminente construcción del centro de recuperación de animales en León que se firmó con la Universidad en 2016.
“Esta tierra tiene mucho futuro”, concluyó, “y es tarea de todos aportar lo mejor de nosotros mismos para seguir haciendo de Castilla y León una tierra de todos y para todos”. “Tenéis mi firme compromiso, ilusión y determinación para liderar esta transformación”.