En plena temporada turística uno de los pueblos más bellos y remotos de la provincia de León, Soto de Sajambre, ubicado en el corazón del Parque Nacional de Picos de Europa ha pasado cuatro días totalmente desconectado. Un fallo en la línea que comunica a un repetidor de Vodafone en el pueblo ha provocado que los habitantes, que en verano ascienden a 140 personas, se hayan quedado sin cobertura móvil y sin internet.
Un fallo que la compañía asegura que se debe al anidamiento de una cigüeña en el nodo de la única línea que llega hasta Soto de Sajambre y que se encuentra en Mansilla de las Mulas, un municipio leonés que se encuentra a más de 100 kilómetros de Soto. Al encontrarse en periodo de anidación, la compañía no puede deshacerse del nido sin pedir los permisos pertinentes a las Administraciones hasta que llegue agosto, cuando termina éste. ILEÓN se ha puesto en contacto con Vodafone, que ha asegurado que se están tramitando los permisos necesarios y que tratarán de solucionarlo cuanto antes, aunque sin plazos.
Esta línea atraviesa otras localidades que, debido a que tienen alternativas de conexión al utilizar Vodafone las infraestructuras de otras compañías como emergencia o usando las de pueblos vecinos, no se han visto desconectados como los vecinos y hosteleros de Soto, que solo tienen un repetidor de Vodafone desde 2011.
El problema ya viene de antes. El repetidor siempre ha dado problemas a los vecinos, que en invierno son en torno a 30 personas. Tanto es así que, tras recorrer el pueblo en busca de señal, habían descubierto que, si se subían sobre una piedra, podían llegar a obtener una mínima dosis de cobertura que les servía para recibir las llamadas más importantes. Este lugar se popularizó como la Piedra de la Cobertura, que todavía existe y que se encuentra perfectamente señalizada con instrucciones de uso incluidas.
Por si esto fuera poco, el miércoles una desbrozadora que limpiaba los márge,nes de los caminos cortó por accidente el cable de la telefonía fija de Soto, de la que es responsable Movistar, al haber caído la instalación al suelo por falta de mantenimiento. Por suerte, esta avería tan solo duró un día, ya que fue reparada.
Un retorno en crisis
Desde hace 12 días los problemas de conexión a internet y línea móvil se han hecho cada vez más frecuentes hasta que el lunes 17 de julio la comunicación se interrumpió del todo. El viernes, sin embargo, en algunos puntos del día los vecinos llegaban a tener cobertura. Esta incomunicación ha afectado a todos ciudadanos que se encuentran en Soto durante los meses de verano, ya sea trabajando (en hostelería o incluso a distancia) o veraneando, y que ascienden a 140.
Es el caso de Marta, que se trasladó hace más de dos semanas al pueblo para cuidar de un familiar con ayuda de su hermana y teletrabaja desde entonces: “Los primeros días el teletrabajo era normal, había algún corte puntual que cada vez pasaba más a menudo. El lunes empezó a fallar muchísimo más y ya desde las 13 horas nos quedamos con cero comunicación. No pude seguir trabajando”.
Aquel mismo día Marta bajó hasta Oseja de Sajambre, cabecera del municipio, donde encontraron cobertura y le fue posible llamar para dar parte a Vodafone sobre la incidencia. Del mismo modo, avisó al resto de los vecinos para que hicieran lo propio con la esperanza de que, al recibir numerosas quejas, la compañía tomase cartas en el asunto lo más rápido posible.
Finalmente, ya que la situación no se solucionaba, Marta tuvo que optar por trasladarse a teletrabajar desde el pueblo más cercano, a 15 kilómetros. Su hermana ha tenido que recurrir a pedirse unos días de vacaciones: “¿Cómo no van a estar los pueblos vaciados? Si pudiera me quedaría más tiempo al año, pero así es imposible. Si no nos solucionan nos tendremos que ir. Y como nosotras hay más gente en el pueblo que ha pedido teletrabajar para volver aquí pero lo hicieron pensando en que iban a tener las condiciones para poder hacerlo. Una empresa no te permite que teletrabajes si no tienes asegurada la conexión a internet. Ahora que estamos en campaña escucho continuamente a políticos hablar de la España vaciada y me pregunto si saben de verdad lo que es esto. Vivimos un abandono en mayúsculas”, lamenta Marta.
El alcalde de Oseja de Sajambre, al que pertenece Soto, Antonio Mendoza, critica la desatención de las compañías telefónicas: “Las compañías, todas, son un desastre. Está muy bien que se pongan servicios en los pueblos pero los que hay son escasos y hay que mantenerlos, algo que no se hace. Los cables se caen al suelo por el abandono, claro que luego llega una desbrozadora y los corta”. Mendoza asegura que Vodafone le ha trasladado que el problema quedaría solucionado la tarde del viernes, aunque preguntada por ILEÓN la compañía no quiso dar plazos y los vecinos afirman que el viernes por la tarde la conexión seguía dando problemas.
La incomunicación en pueblos tan recónditos como Soto de Sajambre se da todo el año, pero en verano las circunstancias suelen ser mejores. Siempre y cuando no ocurran imprevistos de este talante con la conectividad: “En invierno tenemos la nieve y en verano las cigüeñas”, lamenta el alcalde.
El nodo de Mansilla de las Mulas donde se encuentra el nido de cigüeña que provoca los problemas se encuentra a más de 115 kilómetros de Soto de Sajambre y, a pesar de recorrer muchas localidades, desde Vodafone aseguran que solo afecta a este remoto pueblo. Sin embargo, Mendoza afirma que tiene constancia de que también Valdeteja, de Valdelugueros, ha sido afectada.
Además, esta situación provoca que las emergencias no puedan ser atendidas: “Si le pasa algo a alguien lo único que pueden hacer es coger el coche e irse zumbando. No hay otra forma”, cuenta esta vecina. Muchos vecinos ya se están planteando marcharse debido a la inseguridad que les produce este aislamiento.
Una dificultad añadida para los negocios
Los teletrabajadores no son los únicos que viven este problema. Los vecinos comentan que a la localidad han llegado dos jóvenes de Gijón que han instalado hace un mes una food truck llamada Pasqualina, un negocio innovador y promovido por mujeres jóvenes y emprendedoras, María y Marina, que se han encontrado con las primeras trabas para llevar a cabo su negocio.
Cada vez es más habitual pagar con tarjeta, y más en sitios como Soto de Sajambre, donde el cajero más cercano se encuentra en la localidad asturiana de Cangas de Onís, a 35 kilómetros de distancia. Durante estos días los datáfonos no han funcionado a falta de conexión, lo que impide llevar a cabo los requeridos cobros con tarjeta: “La gente joven paga cada vez más con tarjeta y a nosotras eso nos dificulta. El viernes hemos tenido cobertura cada poco rato. Tenemos cinco minutos en los que nos llegan las llamadas y luego se acabó. Lo sufrimos nosotras, los vecinos y también el hostal, que no puede recibir llamadas ni reservas online”, comenta María.
ILEÓN ha constatado que durante el viernes los vecinos lograron volver a recibir llamadas, aunque de forma intermitente.