Los almirantes en tierra

Las dificultades en el frente del Donetsk siguen creciendo, mientras una parte de las tropas ucranianas siguen cerca de Kursk, en territorio ruso, en una operación que produce jugosos titulares de prensa pero poco más.

En estos casos, viene bien echar un vistazo a los clásicos, a ver lo que nos dicen de estas cosas.

Decía Rommel que la guerra en el desierto tenía que ser dirigida por un almirante en vez de por un general, y que a él, que le había tocado ese papel, le quedaba muy claro que conquistar kilómetros cuadrados de desierto era tan soberanamente estúpido como conquistar millas cuadradas de mar.

En el desierto, como en el mar, lo importante es localizar y atacar las unidades del enemigo, destruir sus fuertes, sus puntos de aprovisionamiento, y reducir la movilidad de sus unidades. Lo demás, lo que se avanza o lo que se retrocede, es completamente irrelevante.

En estos momentos, podemos ver de nuevo este fenómeno en la guerra entre Ucrania y Rusia. A Rusia le sobra territorio al que retroceder mientras los ucranianos avanzan en Kursk- De hecho, aunque en algunos puntos parece que los rusos se han limitado a evacuar a los civiles, sin enviar fuerzas defensivas apreciables, los ucranianos han dejado de avanzar, porque le faltan fuerzas para cubrir los flancos del territorio ocupado.

Si convertimos la zona de ataque en un cuadrado imaginario, tenemos que un frente de 50 kilómetros de ancho y 20 de profundidad, es un frente de 90 kilómetros de contacto con el enemigo y 1200 kilómetros cuadrados de éxito. Y para eso, se necesitan unos veinte mil hombres. Si los ucranianos pretendiesen avanzar el doble, o pongamos el triple, tendríamos un frente de 50 kilómetros de ancho y 60 de profundidad, lo que dejaría 3000 kilómetros cuadrados conquistados, pero 170 kilómetros de zona de contacto. Para esto ya necesitas cuarenta mil hombres como poco, y ojo, porque acabas de alejarte de tus puntos de apoyo y suministro, por lo que necesitarás más camiones que recorran distancias más largas, y a descubierto, que es la situación más peligrosa actualmente, por la presencia de los drones. Y entonces, ¿qué? ¿Seguimos avanzado? Cuanto más te alejas, mayor riesgo corres, sobre todo si no ensanchas el punto de partida. Pues venga: ampliamos la base a 1.200 kilómetros, y avanzamos 100 kilómetros. son 10.000 kilómetros cuadrados de terreno conquistado, y tenemos una zona de contacto de 300 kilómetros, para lo que necesitaríamos cerca de ochenta mil hombres.

Pues ahora es el momento de ir a un mapa, y en la región de Kursk trazar ese cuadrado de 100 por 100 kilómetros y darse cuenta de que equivale a una especie de lunar en el mapa de Rusia. Algo así como si un almirante español dijera que va a conquistar Canadá y ha conseguido llegar con sus barcos a Madeira.

Avanzar, cuando no sabes a dónde vas, se llamó desde siempre perderse. Y esa palabra no ha cambiado.

Veremos si con el tiempo descubrimos que hay algún buen motivo para esto, pero de momento suena raro. Muy raro.