Las despedidas son siempre duras, más aún cuando a quien despedimos ha sido una buena persona, hoy Olleros y todo el Valle de Sabero se preparan para dar el último adiós a uno de sus vecinos más carismáticos, José Varela Díez.
Varela o como a mí me gustaba llamarle, Pepe, ha sido una de las personas más influyentes en el ámbito municipal, ya como histórico concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Sabero, donde ocupó cargos tanto en el equipo de gobierno como en la oposición. También fue alcalde presidente de la Junta Vecinal de Olleros durante algunos años.
Pepe llegó a este mundo en uno de los peores momentos de la historia del país, en medio de una guerra civil, no hace tantos días me recordaba las penurias que habían sufrido en la posguerra, las condiciones del trabajo en Hulleras de Sabero, donde llego a ser 'plantilla', que era por entonces jefe de los vigilantes.
Pepe pertenece a esa generación, que se encontró un país en ruinas y que con su esfuerzo y trabajo consiguieron transformarlo para que las generaciones venideras pudieramos disfrutar del gran país y de las oportunidades que hoy nos brinda.
Sí algo me gustaría recordar de Pepe, era su vitalidad, su energía, su manera de hablar, el poder conversar con alguien de política sin llegar a discutir, algo bastante inusual hoy en día.
Su pequeña granja también le echará de menos, en especial Carricuende ese precioso asno, al que todos íbamos a visitar cuando Pepe lo trajo hace ya algunos años.
Olleros pierde no solo a un buen vecino, sino a una buena persona, el caño de Olleros se queda huérfano, con una gran sensación de vacío, pero a la vez de recuerdo, porque para todos los vecinos de Olleros sera imposible visitar el caño y no acordarse de Pepe.
Hoy recuerdo el poema escrito por Pablo Neruda “Sólo muere quien es olvidado”, y de ti Pepe jamás nos vamos a olvidar.