El conjunto de la obra fotográfica de Vicente Nieto Canedo constituye un recorrido visual de extraordinario valor artístico e histórico por tres décadas cruciales y traumáticas de la historia española del siglo XX, desde 1936 hasta 1967, año en el que las circunstancias laborales le obligan a abandonar definitivamente la práctica de la fotografía.
Nacido en Ponferrada (León) en 1913, se traslada a vivir a Madrid en 1928 donde adquiere en 1933 su primera cámara fotográfica, una Kodak Baby Brownie con la que desarrolla sus primeras experiencias fotográficas, siendo especialmente significativo el conjunto formado por las imágenes tomadas durante la Guerra Civil. Alistado como voluntario en las milicias republicanas comienza a fotografiar la vida cotidiana de las tropas.
Los motivos retratados están lejos de representar explícitamente el dramatismo del conflicto bélico o los comportamientos heroicos de los soldados. Al contrario el autor muestra un escenario paradójico en el que lo real reside en la precariedad de recursos y la simplicidad a menudo pintoresca de la vida diaria, mientras que las escenas bélicas son puestas en escena ficticias. Así, aun desde una práctica de la fotografía carente de conocimientos técnicos, Vicente Nieto inicia una trayectoria creativa encaminada a descubrir las posibilidades expresivas del medio fotográfico para convertir la realidad en imágenes significativas.
Los años cincuenta supusieron un punto de inflexión decisivo para la obra de Vicente Nieto. En 1955 ingresa en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, para la que dirigirá en boletín mensual entre 1958 y 1964, y al año siguiente adquiere una cámara profesional Rolleiflex, instalando además un laboratorio de fotografía en su vivienda. Es por tanto desde estos años centrales de la década de los cincuenta hasta 1967 cuando Vicente Nieto desarrolla la parte más intensa y fructífera de su trabajo fotográfico.
El medio rural y sus habitantes se convertirán en protagonistas de buena parte de su obra, retratados habitualmente en el transcurso de las excursiones organizadas por la Real Sociedad Fotográfica a localidades próximas a Madrid, aunque también retratará escenarios y personajes urbanos. Sus obras transmiten una intensa veracidad, obtenida a partir de la intención del autor de emplear las posibilidades expresivas del medio fotográfico en acentuar los elementos significativos de la realidad. La acción de la luz sobre los objetos, los desenfocados, la presencia del fuera de campo o la múltiple direccionalidad de las composiciones espaciales son recursos mediante los que Vicente Nieto trasciende el carácter costumbrista de los estereotipos humanos y paisajísticos. Aquí reside su fuerza expresiva y su honestidad visual.
La presente exposición, promovida por el Ministerio de Cultura, organizada por el Centro Documental de la Memoria Histórica y comisariada por el fotógrafo leonés Amando Casado, supone el reconocimiento definitivo a la obra excepcional de este fotógrafo lúcido y apasionado, que entendió la fotografía como su medio vital para mirar e interpretar la realidad.